llegada inhabitual

Decenas de falsos refugiados georgianos entraron en Barcelona en enero

Familias georgianas delante del Centre d'Emergències Socials de Barcelona

Familias georgianas delante del Centre d'Emergències Socials de Barcelona / periodico

Elisenda Colell

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Desde hace al menos un mes, el número de familias georgianas que piden un techo a Barcelona se ha multiplicado. En enero pasado el Servei d'Atenció a Inmigrants, Emigrants i Refugiats (SAIER) atendió al doble de georgianos que en todo el 2017. La demanda es tal que el Centre d'Emergències Socials de Barcelona (CUESB) ha tenido que agregar a su plantilla una traductora de este idioma. Dicen ser refugiados, pero ni al ayuntamiento ni a la Cruz Roja y menos al Consulado les cuadra ese estatus. "No tenemos ningún dato que nos indique que hay un conflicto allí, la situación política en aquella región es estable", explica a EL PERIÓDICO el responsable de Barcelona Ciutat Refugi, Ignasi Calbó. La situación la confirman expertos en la región. 

Este diario pudo comprobar el lunes pasado entre las ocho de la tarde y las once de la noche que los profesionales de emergencias del CUESB atendieron al menos a cinco familias georgianas. Todos fueron alojados. Dicen que son refugiados y que no tienen alojamiento. Siempre hay niños pequeños, y en alguna ocasión vienen acompañados de un compatriota que vive en Catalunya. "Me los he encontrado en el metro y les he traído hasta aquí", explicó una mujer georgiana, que dijo vivir en Montcada i Reixac. Se trata de una mujer de pelo rubio cuya presencia empieza a ser habitual en dependencias municipales para atención de personas inmigrantes. Casualidades que a ojos de fuentes sociales no lo son tanto. 

"Muchas veces viene una pareja sin hijos y luego aparecen los menores más tarde". Es un indicador que no cuadra. Otro lo es que en el aeropuerto vienen como turistas y no piden asilo. El Cuerpo Nacional de Policía (CNP) es el encargado de la entrada en el espacio Shenguen. Fuentes del cuerpo explican que las personas georgianas que aterrizan en Barcelona les enseñan que tienen dinero (90 euros por cada día que van a estar aquí), les muestran el billete de vuelta antes de tres meses y acreditan tener alojamiento, ya sea de familiares o de hotel pagado. No se activa el protocolo de refugio, que les puede alojar en la misma terminal o a través de la Cruz Roja, con fondos estatales. 

Taxis ya pagados

En dependencias municipales los recién llegados manifiestan que vienen a pedir asilo y se constata que no tienen dinero ni un sitio donde vivir. Algunas fuentes sospechan que es fuera de la terminal donde pagan a alguien y entonces se quedan sin nada. "Alguien les ayuda a ir directamente al CUESB, a veces van con mapas imprimidos y con taxis pagados previamente", apuntan algunas fuentes. Saben que este es un órgano municipal obligado a dar un techo, y en el caso de los niños no se puede negar. En realidad, este centro está pensado para casos de desahucios o alojamientos de emergencia (casos de derribo de fincas o incendios). Y no da abasto. 

Según ha podido saber EL PERIÓDICO, 338 georgianos han sido ya atendidos solo en enero del 2019, un aumento espectacular.  Si en el 2017 Barcelona atendió a 175 refugiados de Georgia, en el 2018 ya fueron 862 personas solicitantes de asilo. Superan a los de El Salvador y Honduras, donde allí sí es sabida la situación de caos y violencia del que huyen centenares de personas. El consistorio de Ada Colau ve esta situación con cierta "preocupación" y ya ha pedido reuniones con el consulado y la Delegación del Gobierno en Catalunya. Tampoco la Cruz Roja se explica este repunte, y asegura que no puede dar abasto ante este aumento.

Pueden entrar sin visado

El responsable de Barcelona Ciutat RefugiIgnasi Calbó, apunta que "no hay datos objetivos que expliquen un repunte de violencia o conflicto en Georgia". Una versión que confirma Marta Ter, experta de relaciones internacionales en el Cáucaso en el Observatorio Eurasia de la Universidad de Sevilla, y el propio consulado. "Hay un cierto desencanto con los partidos políticos tras las elecciones, pero el conflicto con Osetia del Sur está en punto muerto, no ha habido maniobras militares ni persecución étnica", apunta Ter. La experta apunta que recientemente el acceso de Georgia a Europa ya se hace sin visado, es decir, que pueden entrar como turistas al espacio Shenguen.

El consulado, preocupado

La cónsul de Georgia en Barcelona, Ketevan Gogolashvili, insiste a este diario que en su país "nadie es perseguido por cuestiones políticas, no existe ningún motivo para tramitar un asilo político". "Somos uno de los países más seguros de Europa", asevera, y añade que comparten la "preocupación" con las autoridades locales por este aumento de solicitudes de asilo. Temen que esta situación les devuelva a tener que tramitar otra vez el visado en Shenguen. "Hemos trabajado mucho para lograrlo", lamenta. La cónsul explica el aumento de sus compatriotas aquí porque "vienen a buscarse la vida" y aprovechan que en España las solicitudes de asilo tardan mucho tiempo en resolverse. "Mientras intentan prosperar y trabajar aquí", asegura, porque en los países donde las solicitudes de asilo se resuelven más rápido "ha bajado el número de georgianos en el país". "Estamos dispuestos a colaborar con las administraciones lo que haga falta", asegura, y propone limitar el trámite del asilo.  

Fuentes policiales explican que el caso de los ciudadanos georgianos no es el único que detectan. "Hay un abuso del asilo", que vinculan a un método que usan las mafias de introducción de personas para evitar la expulsión de extranjeros en España. "Ser solicitante de asilo paraliza la orden de expulsión, y hay personas de Argentina, Chile, México, países democráticos, que usan el asilo con el único objetivo de no ser expulsados", explican estas mismas fuentes.