ECONOMÍA LOCAL

Los comercios de la Zona Franca de Barcelona lanzan descuentos para trabajadores del polígono

La acción persigue dar a conocer la oferta en tiendas y restaurantes de los barrios de La Marina

Barcelona Activa pone en circulación talonarios para reactivar la economía de proximidad en La Marina

Barcelona Activa pone en circulación talonarios para reactivar la economía de proximidad en La Marina / ALBERT BERTRAN

Luis Benavides

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Dinamizar la economía local de los barrios de La Marina de Port y La Marina de Prat Vermell. Con este objetivo Barcelona Activa y el Distrito de Sants-Montjuïc, con la colaboración de la asociación de comerciantes de La Marina, diseñaron unos talonarios con ofertas y descuentos exclusivos en unos 60 establecimientos de la zona que fueron enviados a siete grandes empresas ubicadas en los polígonos próximos.  Estos cheques se repartieron en noviembre y las promociones caducan el próximo mes de abril.

Las empresas destinatarias suman casi 1.000 empleados, un filón nada desdeñable para un tejido comercial que necesita abrirse no solo al vecindario sino a las personas que puedan estar de paso o trabajando en los polígonos industriales y empresariales. “El comercio de proximidad en el barrio ha mejorado, pero está un poco estancado y nos pareció una buena idea aprovechar que por aquí mucha gente pasa cada día”, explica la dinamizadora de la Associació de Comerciants de La MarinaLaura Julibert.

La oferta para los empleados de estas siete empresas es amplia, desde bodegas a farmacia pasando por restaurantes y talleres mecánicos. “Nosotros ofrecemos descuentos del 15% en productos de parafarmacia y hasta la fecha han venido unas 15 personas con estos cheques, gente que de otra manera seguramente no habrían pasado por aquí”, explica Lluís Urbizu Barenys, de la Farmàcia Barenys, situada en el número 122 del paseo de la Zona Franca. “Pueden parecer pocos pero la idea es que nos conozcan, dar un buen servicio y que luego repitan sin los cheques”, añade Urbizu, al frente de una farmacia de barrio fundada en 1975.

En el taller Midas de la calle de Foc han recibido a media docena de trabajadores de las grandes empresas de la zona, compañías como Santiveri, Airpharm o Suez. En esta franquicia ofrecen descuentos del 20% en revisiones a coches y motos.  “Nos pueden dejar su vehículo y se lo devolvemos al salir del trabajo”, explica el jefe del taller, Ferran Boiso, quien ha observado muchas mejoras en los cinco años que lleva en el barrio. “En los últimos años el barrio se ha puesto al día; con la llegada de algunas empresas y el Mobile, que traen mucha gente, y la nueva parada de metro, una reivindicación histórica”, subraya el jefe de un taller que emplea a cinco personas y abre 12 horas al día.

Puntos a mejorar

Jessica Pérez trabaja como administrativa en una de las empresas a las que se enviaron los talonarios, Sertram, y usó uno de los vales de descuento en una tienda para mascotas. Si no aprovechó más cheques fue por falta de tiempo. “Me habría gustado probar algunos restaurantes del talonario, pero tenemos la oficina alejada del paseo (de la Zona Franca) y solo tenemos una hora para comer”, lamenta Pérez. Este detalle es clave para entender el discreto éxito de esta iniciativa -algunos negocios apenas han recibido tres cheques desde el pasado mes de noviembre- y seguro que aparecerá entre los puntos débiles cuando en abril se haga un balance final.  

Este proyecto de colaboración a tres bandas (pública, empresarial y asociativa), enmarcada dentro de los Planes de Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Barcelona, podría tener una segunda edición. Incluso los establecimientos más críticos con el resultado de la primera también participarían, eso sí, incorporando algunos cambios. Es el caso de Rosa Belda, de Celler la Marina, un establecimiento asociado que tuvo serias dudas de ofrecer descuentos a los trabajadores de la zona. “No lo veía claro porque me debo a los clientes del barrio. Tengo una clientela muy fiel y me sabía mal ofrecer descuentos en algunos productos a los de fuera”, recuerda Belda, quien intentó ajustar al máximo sus precios –con ayuda de los proveedores- para que sus clientes habituales no notaran esa discriminación. “Si volvemos a hacer algo parecido, tengo claro que ofreceré algo diferente. Por ejemplo, una cata de vinos o cava en la que también podrán participar vecinos. Así se acercarán a mi establecimiento, verán cómo trabajamos y el producto que ofrecemos”, añade.

La asociación de comerciantes, con 82 establecimientos asociados, explica Julibert, con talonarios o sin, “no dejará de trabajar para dinamizar el comercio de proximidad”. En estos momentos, avanza, están ultimando un vídeo para dar a conocer la rica oferta comercial y gastronómica de los barrios de La Marina entre los trabajadores de los polígonos de Pedrosa y Zona Franca. “Tenemos mucho que ofrecer, y muy bueno. El mejor ejemplo es la Granja Elena –continúa la dinamizadora-, distinguida esta semana con un premio Barcelona Restauración por su trayectoria y su calidad gastronómica”.