reacciones

Los hoteleros creen que el alojamiento periféricos de Barcelona estará abocado a precios bajos

Opinan que los hoteles lejos del centro apenas aportarán valor añadido a la ciudad

zentauroepp46950313 solar190214204623

zentauroepp46950313 solar190214204623 / periodico

Patricia Castán / Toni Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El balance de proyectos de alojamiento turístico en Barcelona desde que se implantó el plan especial urbanístico de alojamiento turístico (PEUAT) -que ayer ofreció EL PERIÓDICO- ha despertado opiniones muy distintas a las del gobierno municipal de Colau. Para el sector hotelero, lejos de ser un éxito, las propuestas en las zonas periféricas se basarán forzosamente en el precio para compensar distancias, lo cual determinará un tipo de viajero motivado por los costes bajos, y negocios que sufrirán en momentos en que la demanda caiga. Desde los grupos de la oposición municipal, también han llovido los reproches. 

Un total de 16 proyectos con informes favorables están vigentes (9 ya han optado la tramitación), sumando 1.540 camas. Suponen una desconcentración de la oferta, como defiende el ayuntamiento. No obstante, el Gremi d'Hotels de Barcelona considera que se trata de una apuesta condenada a políticas de bajo precio. "Y son negocios con poco valor añadido para la ciudad", considera su presidente, Jordi Clos. Ninguna gran cadena internacional está detrás, porque estas priman la localización, argumenta. Y "si el turismo decrece serán los primeros en acusarlo".

Desde la patronal consideran que en los últimos dos años -con la ocupación estabilizada y descenso de precios-, su reivindicación no es abrir el grifo general de los hoteles, sino analizar uno a uno los proyectos y aceptarlos si aportan algo, como recuperar un edificio de valor patrimonial en desuso o decadencia, y con pocas camas. 

Recelo de la oposición

Entre la oposición, cunde el recelo. “Es evidente que la gente pone hoteles donde puede”, dice el concejal del PDECat Jordi Martí, que denuncia una autocomplacencia excesiva del gobierno por el incremento de proyectos lejos del centro. "Compartíamos congelar la oferta turística en la zona cero, en Ciutat Vella, pero no en las demás. Las promociones hoteleras se han ido de Barcelona, pero el turismo que duerme en L’Hospitalet sigue viniendo a visitar Barcelona, o sea que la presión no desaparece".

ERC ve en el PEUAT, que respaldó, "un buen instrumento", aunque cree que debe tener "ambición metropolitana". Sin embargo, considera que el gobierno está incumpliendo lo que pactó con los republicanos, la labor de inspección: "Nos tendríamos que preguntar porque se ha perdido a la mitad de los visualizadores de pisos turísticos ilegales. Son una pieza clave", afirma Jordi Coronas.

“Los socialistas ya advertimos de que no era el mejor PEUAT posible y que no era necesario precipitar su aprobación”, afirma Jaume Collboni, que era socio del gobierno, segundo teniente de alcalde, cuando la regulación recibió la luz verde. “Era necesario un plan de hoteles que tenía que servir para reactivar económicamente ámbitos concretos de la ciudad”, sostiene el socialista.

Para el alcaldable del PP, Josep Bou, el PEUAT equivale a “oportunidades y empleo perdidos”.  Bou subraya que los alquileres no han bajado "ni en distritos que no son turísticos”. “No creemos que el PEUAT haya sido un éxito cuando Nou Barris, Horta y Sant Andreu apenas acogen nuevos proyectos”.

Tampoco en las antípodas de Bou se elogia el plan hotelero. La concejal de la CUP Eulàlia Reguant lo resume así: “Que el PEUAT tenga como efecto el aumento de oferta hotelera en la periferia de la ciudad no es una buena noticia. El monocultivo del turismo tiene consecuencias para los vecinos, y extenderlo sólo falicilita que se profundice en esos problemas”.