ASENTAMIENTOS

Barcelona mantiene una población de 481 barraquistas

Los asentamientos de Poblenou van cambiando de ubicación pero la cifra de personas que viven en ellos se mantiene estable en los últimos años

Campamento en la calle Zamora, bajo el puente de la calle Pallars de Barcelona.

Campamento en la calle Zamora, bajo el puente de la calle Pallars de Barcelona.

El Periódico / Barcelona

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Los asentamientos barraquistas en Poblenou aparecen y desaparecen de la vista a medida que se trasladan tras cada desalojo, en función de si ocupan fábricas abandonadas o solares a la vista de todos. Pero la cifra de personas que viven en barracas en el conjunto de la ciudad se mantiene estable en torno a las 500. En el último recuento, del pasado mes de diciembre, ha señalado hoy la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz, el Ayuntamiento de Barcelona contabilizó 481, por debajo de las 536 identificadas a principios del 2018 pero por encima de las 444 con las que se cerró el 2017.

Laia Ortiz ha replicado que el ayuntamiento ha triplicado los recursos para atender a los habitantes de los asentamientos irregulares y que la política del Gobierno municipal de Colau es asegurar la atención social de estas personas en lugar de expulsarlas: "Nosotros somos una ciudad que quiere acompañar a estas personas, que ya se han visto expulsadas de otros lugares de Europa". Tras el desalojo el pasado verano de un gran descampado en la calle Tànger y, hace unas semanas, de unas naves industriales cercanas, la agrupación de barracas más visibles se encuentra ahora en la calle Zamora, bajo el paso elevado de la calle Pallars.

Ortiz tuvo que responder hoy ante la comisión de Derechos Sociales y Cultura a una pregunta del grupo municipal de Ciutadans, cuya concejal Marilén Barceló sostuvo que la presencia de drogodependientes al aire libre en el solar de Drassanes donde debía levantarse un hotel (este mediodía eran solo dos, durmiendo al sol sobre las mesas de ping-pong y sin ninguna barraca o tienda de campaña) demuestra que "se está pasando de los 'narcopisos' a los 'narcocoches' y a los 'narcocampamentos". Sin embargo, poco tiene que ver este episodio con los campamentos nómadas de Poblenou, asociados sobre todo a la actividad de recogida de chatarra. De hecho, dos tercios de los ocupantes de estos espacios son personas de origen romaní, procedentes sobre todo de Europa del Este y de Galicia y Portugal.

La evolución

La concejal del PDeCAT Maite Fandos ha reprochado a Ortiz que que el anterior mandato de Xavier Trias empezó con 736 personas en asentamientos y lo terminó con 384, que ahora han vuelto a aumentar hasta 481: "Vinieron aquí a arreglarlo todo, y lo están estropeando todo".

Según Quim Estivill, de la Xarxa de Suports als Assentaments, "la situación no va ni a mejor ni a peor ni en cuanto a número de personas ni en cuanto a que la situación esté mejorando para la mayoría de ellas". Estivill explica así el enquistamiento del fenómeno: "Con la primera generación, la integración la vemos muy escasa. En la integración laboral hay muy pocos casos de éxito, y eso perpetúa los guetos, en el mejor de los casos en pisos ocupados. Los que recogían chatarra, siguen recogiendo chatarra. Los manteros, siguen con la manta; los que mendigaban, mendigan. Si queremos ver el vaso medio lleno, en la segunda generación los niños van al colegio. Eso hace pensar que hay más esperanza, pero muy a largo plazo. En eso se está haciendo bien las cosas. Los servicios sociales trabajan duro. Pero el entorno familiar es tan precario, que será muy muy a largo plazo".

La socialista Carmen Andrés ha asegurado que hay más personas viviendo ahora en asentamientos irregulares que en barracas en los años 90, a lo que Ortiz ha respondido: "¿Cómo se resolvieron las barracas? Con urbanismo que excava y echa a las personas".