Prevención municipal

Colau suspende la concesión de licencias en la calle de Girona antes de reformarla

carrer girona

carrer girona / FERRAN NADEU

Toni Sust

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El Ayuntamiento de Barcelona se propone una transformación significativa de la calle de Girona, una vía que nace a unos metros de la frontera del Eixample con Ciutat Vella y acaba en la calle de Còrsega, el límite con Gràcia. El gobierno de Ada Colau prevé convertir la calle en "un eje verde con prioridad para los peatones con un y con nuevas zonas y espacios libres", según la terminología municipal.

Para que se entienda, el consistorio quiere hacer de Girona otra Enrique Granados, pero con matices importantes, como el de que haya un millar de restaurantes menos, por exagerar la cifra, pero no tanto. El consistorio quiere que en Girona no se repita el monocultivo de Enric Granados,  que se fue consolidando y que acabó con tejido comercial tradicional.

Evitar errores del pasado

Con el fin de subrayar que esta vez no va a suceder lo mismo, la teniente de alcalde Urbanismo, Janet Sanz, ha comparecido este lunes para anunciar que se inicia la elaboración de un plan de usos que persigue ordenar las actividades del entorno de la calle de Girona, con especial atención a la zona del mercado de la Concepció. Y para elaborar el plan de usos y evitar a un tiempo que el atractivo de la reforma dispare la especulación económica en los locales de esta parte de la Dreta del Eixample, el consistorio ha anunciado la suspensión durante un año de la concesión de licencias de actividades de concurrencia pública en el ámbito que se encuentra entre las calles de Roger de Llúria, Còrsega (en la fachada del lado del Eixample), paseo de Sant Joan (excepto en el tramo que está por encima de la Diagonal), ronda de Sant Pere (entre paseo de Sant Joan y la plaza de Urquinaona) y la plaza de Urquinaona (en el caso de las fachadas que pertenecen al Eixample).

“El objetivo es hacerlo bien y que no se acabe generando un problema, como pasó en otras zonas”, ha dicho Sanz antes de concretar a qué se refería: “Hay que evitar los errores que se cometieron en la calle de Enric Granados. No repetirlo es una de las cuestiones que nos motivan para actuar”. Como ejemplo positivo, la teniente de alcalde ha citado el caso de Sant Antoni, donde, ha subrayado, se ha conservado la variedad en la oferta comercial pese a la reforma de la zona.

El grupo impulsor

Hasta ahora, la futura reurbanización de Girona ha sido objeto de debate en el marco de un grupo impulsor en el que participan representantes de los vecinos, entidades y comerciantes. A mediados de febrero está previsto que los primeros criterios establecidos por el grupo se den a conocer en un encuentro abierto que precederá la redacción de un anteproyecto de la reforma durante el mes de marzo.

Sanz ha subrayado el impacto que tiene como polo de atracción el mercado de la Concepció, que fue remodelado en 1998. Un motor que en ocasiones también tiene como efecto el de la concentración de negocios similares. De hecho, el gobierno de Colau destaca que en los últimos años ya ha habido un incremento de presencia de establecimientos destinados a la restauración en el entorno del mercado.

Actividades suspendidas

Mientras esté vigente la suspensión no se concederá licencias ni se admitirán comunicados para abrir o ampliar establecimientos de concurrencia pública y actividades vinculadas al ocio y la alimentación, con la excepción de las que ya estaban en trámite.

Las actividades sobre las que pesará la suspensión son las que siguen: exhibiciones o espectáculos realizados en recintos cubiertos; actividades musicales; actividades de restauración; actividades de juego y atracciones, con la excepción de las ludotecas; actividades audiovisuales; comercio alimentario con degustación; horchaterías y heladerías, tengan o no degustación, y locales de comidas preparadas.

Supermanzana o no supermanzana

Uno de las posibles fines de la concreción de la reforma de Girona es que la zona acabe albergando otra supermanzana, aunque la forma del espacio lo dificulta. Sobre esta posibilidad, Sanz precisa que a la vista de que se trata de una remodelación que se producirá en el próximo mandato, está por ver cómo acaba. Sobre todo porque si no sigue el gobierno actual la gestión de las supermanzanas puede ser revisada, a la vista de las críticas recibidas por las planificadas por Colau.

La medida de suspender licencias hasta la redacción de un plan de usos se ha dado ya varias veces en este mandato. En Sant Antoni se dictó en febrero del 2017 y hasta que se aprobó el nuevo plan de usos, en julio del 2018. El distrito de Ciutat Vella suspendió en octubre del 2016 la concesión de licencias relacionadas con el turismo y el ocio y elaboró un plan de usos restrictivo que el pleno municipal aprobó en febrero del 2018. En el caso de la avenida del Paral·lel y Gran de Sant Andreu, la suspensión llegó a finales del 2017.

La medida anunciada por Sanz no fue bien recibida por el principal grupo de la oposición, el del PDEcat, cuya concejala Francina Vila alertó de que la suspensión puede ocasionar “una nueva chapuza”, que es lo que en su opinión sucedió en el caso de Sant Antoni.