pulso entre científicos y animalistas

Barcelona camina hacia el 'brexit' zoológico

Los trabajadores del parque avisan de que la ciudad puede quedar fuera de los programas de conservación

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Carles Cols

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La pretensión de reducir a la mínima expresión la reproducción de especies en el Zoo de Barcelona podría situar a este parque fuera de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la ‘oms’ del medio natural, o sea, un brexit zoológico en toda regla. Es una de las advertencias que el sindicato de empresa del parque ha hecho llegar a la Fundació Zoo de Barcelona, a la vista de que el próximo miércoles, tras un primer intento fallido, se someterá de nuevo a votación el futuro del recinto. En la anterior reunión, celebrada el pasado 23 de enero, se introdujo por sorpresa y en el último minuto una modificación en el texto negociado durante cuatro años que, en la práctica, solo permitía la reproducción de especies amenazadas cuyas crías, de forma rápida y sin contratiempos, pudieran ser reintroducidas en sus hábitats naturales. Con ese criterio, la lista es minúscula.

Fue Carme Maté, paradójicamente exdirectora del Zoo, quien introdujo las modificaciones sin que fueran previamente discutidas. Al menos, no lo fueron con los miembros de la fundación procedentes del frente más científico. Eran del agrado, al parecer, de los grupos animalistas a los que Ada Colau ha dado voz y voto en este mandato sobre el futuro del parque animalista de la Ciutadella.

Riqueza genética

A la vista de que puede decidirse el próximo miércoles un brusco golpe de timón en la gestión del Zoo de Barcelona, el comité de empresa, con el aval de los biólogos y veterinarios del parque que lideran importantes proyectos de conservación de especies, han dirigido una carta a la fundación. “La propuesta pretende dejar a una lado los criterios de la comunidad internacional, particularmente los propios de la UICN sobre conservación ‘ex situ’”. En la carta se desgranan las razones de reproducir en cautividad especies amenazadas con la mirada puesta en el medio plazo, es decir, siendo conscientes de que la reintroducción en la naturaleza no es aún viable. La más clara de ellas es la necesidad de asegurar la riqueza genética de la especie. De hecho, los programas de reproducción en los que participan los zoos europeos tienen como principal objetivo ese fin, evitar un empobrecimiento genético de la especie. “La participación en la red internacional de conservación requiere precisamente la aceptación de los criterios y estándares internacionales y de las decisiones colegiadas sobre la gestión de poblaciones que se llevan a cabo. La no aceptación de estos criterios precipitaría la exclusión del Zoo de Barcelona de esta red”, se expone en la carta.

A su manera, el comité de empresa advierte de que una decisión en la dirección equivocada, destinada a satisfacer las demandas de los grupos animalistas, puede ser en último término perjudicial para algunas especies.