SOLUCIÓN A UN CONFLICTO

El ayuntamiento propone ampliar el edificio Meier para que el Macba pueda crecer

La nueva construcción tendría entre 700 y 1.100 metros cuadrados más que la descartada opción de la capilla de la Misericòrdia

Fachada del Macba

Fachada del Macba / periodico

Natàlia Farré

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Proximidad, más espacio del reclamado y solución a problemas existentes, como la conexión interior del museo con el auditorio. Esta es una de las propuestas presentadas este jueves por el ayuntamiento para solucionar la ampliación del Macba. Un aumento de metros que hasta ahora pasaba por ocupar la capilla de la Misericòrdia pero que con la posible revocación (en el pleno del próximo 22 de febrero) de su cesión al centro de arte, para destinarla al nuevo CAP Raval Nord, debe buscar un nuevo emplazamiento. La propuesta en cuestión pasa por levantar un cubo junto al actual edificio Meier, en el espacio de conexión que hay entre la plaza dels Àngels y la de Joan Coromines y, al mismo tiempo, construir hacia abajo un subterráneo,  en dirección a la esta segunda plaza, además de ceder el patio llamado de las esculturas que separa el museo del CCCB.

De las cuatro opciones planteadas, esta es la que está más desarrollada por parte del consistorio porque es la que ven más clara. "Un plan serio que hemos trabajado desde el punto de vista técnico para asegurar no solo que el museo pueda seguir con su plan estratégico sino también que mejore muchas de sus condiciones actuales. En mi opinión es bastante mejor que la de la Misericòrdia", ha asegurado el comisionado municipal de Cultura Joan Subirats. De momento, la propuesta se ha expuesto hoy a los grupos políticos del consistorio -"somos servidores públicos y hemos de trabajar juntos para una buena solución para el CAP Raval Nord y para el Macba"- y la semana que viene se llevará al consejo ejecutivo del museo. Aunque la presidenta de la Fundació Macba, Ainhoa Grandes, ha estado presente presente en la reunión con los grupos políticos.    

Zona verde en el terrado

Hay tres maneras posibles de levantar el edificio, que van desde tapar el actual paso hacia Joan Coromines, hasta mantener el cubo separado del construido por Meier, pasando por el punto intermedio que es la construcción total pero manteniendo un paso. La segunda, la menos invasiva, es por la que apuesta el consistorio. En función del tipo de la forma del edificio que se acabé construyendo se ganarían entre 3.000 y 3.400 metros cuadrados para el museo, mientras que la ampliación en la capilla de la Misericòrdia se conseguían solo 2.300. La nueva construcción, además, solucionaría la conexión del museo con su auditorio, crecería en almacén (una parte podría ser para el CCCB) y ampliaría la zona verde del barrio ya que el terrado se plantearía como tal dentro del programa Terrats Verds.

Pero todo plan tiene inconvenientes. Este requiere un cambio del plan de usos, para pasar la zona en construcción de uso público a uso para equipamientos, y una negociación con la Diputació, propietaria de parte del espacio, a la que habría que compensar. También debería planearse un acuerdo financiero. Los dos millones reservados para la ampliación del Macba son fondos Feder para rehabilitar edificios históricos, no para nuevas construcciones, de manera que debería hacerse una permuta económica: destinar los fondos europeos para adecuar la capilla para el CAP y los destinados a este menester pasarlos a la ampliación del Macba. El consistorio también contempla darle seguridad jurídica al museo ante posibles cambios electorales con la firma de un protocolo y un convenio.

Coherencia institucional

Las otras tres opciones que plantea el ayuntamiento al Macba son: ocupar el actual edificio del CAP Raval Nord (siempre descartada por el museo), que necesita el aval de Patrimonio de la Generalitat;  crecer por una de las plantas del párking de la plaza dels Àngels (obligaría a compensar a la concesionaria actual) o ampliar con un edificio nuevo el Convent dels Àngels, cedido al Macba en el 2006 y que obligaría a buscar nuevas ubicaciones para una escuela infantil y una oficina consistorial. Con todo, la última palabra la tendrá el museo: "Proponemos estas opciones pero serán el Macba, sus servicios técnicos y su consejo ejecutivo los que decidirán". Y con todo, por mucho que el museo pretenda retener la capilla de la Misericòrdia, la cuestión parece harto improbable. El trámite de revocación ya está en marcha (se ha presentado el decreto en base al interés general y a los cinco años que han pasado desde la cesión sin que el museo empezara las obras) y la votación será en el pleno del 22 de febrero.  

A juicio de Subirats, no hay que ver el conflicto generado por la pretensión del mismo edificio, la capilla de la Misericòrdia, por dos instituciones (Macba y CatSalut), como un problema de quién gana o pierde. "Estamos intentando evitar que gane salud sobre cultura o al revés. Se trata de resolver dos problemas que tiene la ciudad en el ámbito sanitario y cultural, y la solución que planteamos es 'win-win'".  A los reproches de algunos sectores sobre que el consistorio desatiende la cultura, el comisionado ha sacado la lista de aportaciones públicas al museo; la del ayuntamiento es la más alta. Y ha recordado la coherencia institucional que ha mostrado el lado mar de la plaza de Sant Jaume para pedir lo mismo al lado montaña: "La Conselleria de Salut y la de Cultura forman parte de un mismo Govern, una postura unitaria sería de agradecer". En la disputa por la capilla de la Misericòrdia el departamento de Alba Vergés se ha puesto del lado del CAP y el de Laura Borràs, del Macba.