La batalla de Barcelona

Así hacen campaña en Twitter los alcaldables barceloneses

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Toni Sust

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Dijeron que Twitter había muerto y ahora dicen que ha resucitado. Facebook flaquea pero aguanta. Los políticos han encontrado en las dos redes sociales y en menor medida en Instagram, la red preferida por los más jóvenes, un medio para intentar hacer llegar su mensaje a los votantes. Y también para colar fotos suyas, o bromas de dudoso gusto, o lanzar dardos a sus rivales. En resumen: salir en la foto. Los hay más contenidos y menos habituados, pero es difícil que renuncien a esa percha. Aquí se analiza esencialmente el papel de los alcaldables barceloneses –los confirmados y algunos posibles- en las principales redes sociales, con especial atención a Twitter, la que parece más destinada a mensajes estrictamente vinculados con cuestiones de trabajo.

Colau, el síndrome de Zelig

Ada Colau es, según su equipo, casi “un medio de comunicación en sí misma”. Muy activa en las redes sociales, tiene cuenta en Twitter, Facebook e Instagram (en esta última, cuenta personal y profesional). Algunos tuits los elabora su equipo pero nunca se publica ninguno que ella no conozca antes. En ocasiones envía mensajes sobre los que hay duda pero que su equipo asegura que no había comentado antes, como sus comentarios sobre Operación Triunfo. @AdaColau tiene 859.000 seguidores en Twitter (tenía 8.000 a finales del 2012), y su página en Facebook –que, dicen, lleva bastante a su aire-, otros 378.000. En su cuenta oficial de Instagram, @adacolauofficial, que lleva su equipo, constan 21.500 seguidores, y en la personal, @adacolau, que controla ella, 14.900.

Aparte de los mensajes de apoyo y de rechazo, su hiperactividad le ha llevado a ser objeto de un tipo concreto de bromas por su hábito de contar cómo ha vivido en algún momento situaciones que afectan a terceros. Se la acusa de sufrir el síndrome de Zelig, el personaje de la película de Woody Allen que se mimetiza con personajes famosos. Algunos de los tuits y declaraciones lo han propiciado, como aquel mensaje en Twitter en el que recordaba que nació horas después de la ejecución de Salvador Puig Antich.

Y otras situaciones, como cuando en plena polémica por los másteres falsos aseguró que le habían ofrecido facilitarle el aprobado en las dos asignaturas que le faltan para acabar Filosofía. La UB le pidió explicaciones y ella acabó disculpándose en un mensaje en Facebook.

En Twitter han proliferado los mensajes cachondos sobre Colau-Zelig:

Dicen sus colaboradores que la alcaldesa tiene en ocasiones más impacto que líderes estatales, en algún caso que el presidente del Gobierno. En ello también influye el síndrome de Gorbachov, por denominarlo así, por el que Colau goza de una imagen en ocasiones mucho mejor en el resto del mundo que en su propia ciudad.

Valls, el turista accidental

Si Colau es conocida en Twitter, Manuel Valls no lo es menos. De hecho, tiene más parroquia que ella y maneja cifras de futbolista: @manuelvalls tiene 1, 05 millones de seguidores en Twitter. Se entiende que es una audiencia esencialmente vinculada a su pasado político en Francia. Pero Twitter ha sido prácticamente la principal puerta de entrada de Valls en la ciudad, desde que utilizó la red para enviar un mensaje alertando de su decisión de que optaría a la alcaldía. El pasado 21 de septiembre, cuatro días antes de confirmar que se presentaría a la alcaldía de  Barcelona, Valls hizo un tuit en el que aparecía una foto de sus zapatos sobre el típico panot del Eixample y la palabra “Barcelona...”. Fue el primero de una serie que ha hecho fortuna: Valls tomando churros en un local de Ciutat Vella; Valls en la Boqueria; Valls en el Camp Nou; Valls tomando horchata en el Poblenou. Imágenes que han generado comentarios humorísticos y críticos, en gran parte de gente que las considera propias de un turista con dinero.

En Facebook, la página de Manuel Valls tiene 106.000 seguidores y una actividad similar a la de Twitter, algo inferior quizá. En Instagram tiene una cuenta cerrada –sólo pueden verla los seguidores confirmados por Valls- en la que todavía se presenta como primer ministro francés. Dice su equipo que algunos tuits y retuits y mensajes de Facebook son suyos y otros de colaboradores.

La actividad de Valls en Twitter ha resultado útil para analizar su relación con Ciudadanos. De entrada no frecuentaba mucho a sus compañeros del grupo municipal del Ayuntamiento de Barcelona, pero con el paso del tiempo, es de imaginar que a medida que los iba conociendo, y compartiendo paseos con ellos por la ciudad, empezó a retuitear a algunos de los concejales. Además de los de Albert Rivera e Inés Arrimadas, últimamente retuitea mensajes de personas que parecen llamadas a figurar en su candidatura, como la exsenadora de Unió e integrante del CAC Eva Parera. Difunde las noticias en las que aparece, y algunas sobre la ciudad, con notable presencia de las que atañen a problemas de seguridad. También lo hace sobre noticias de la actualidad francesa, aunque cada vez menos desde que se instaló en Barcelona. Y de vez en cuando muestra su rechazo al independentismo, o su apoyo a las entidades que lo rechazan.

Graupera, el alcaldable de Twitter

Con este título recibió este diario la presentación de Jordi Graupera como futuro alcaldable de Barcelona, porque en el inicio del proceso, Graupera no era alcaldable, sino el diseñador de un proceso de primarias que ha acabado ganando y que lo convertirá en candidato a la alcaldía. Ser tan seguido en Twitter le allanó el camino y pese a pasar una década en EEUU, ya era considerablemente conocido en Barcelona, y Catalunya. Por Twitter y por su condición de tertuliano. En la red social tiene 141.000 seguidores, una audiencia amplia, la tercera mayor entre los alcaldables, después de Valls y Colau.

Twitter ha sido decisivo para el proceso de primarias. Para presentarlas, primero, y para explicar su funcionamiento, después. En esta parte han abundado los mensajes de autoelogio por parte del ahora alcaldable y sus seguidores, que no han perdido ocasión de advertir a los rivales que su movimiento no quedará en agua de borrajas, que es el futuro.

Graupera utilizó Twitter para movilizar al posible electoral de sus primarias, y envió DM, mensajes directos y privados, desde su cuenta a los que se habían hecho seguidores de la cuenta de su candidatura, @bcnescapital, con apenas 6.500 ‘followers’, para convocarlos a un concierto, y la de la candidatura, para llamar al voto en las primarias. El también filósofo ha tenido una tendencia histórica a los hilos, ristras de tuits, largas o muy largas.

En Facebook, Graupera tiene un perfil tradicional y también una página con 5.300 seguidores que versa sobre las primarias, con entradas sobre el proceso y las  votaciones, incluida la foto del candidato emitiendo su sufragio con su descendencia en el cochecito.

Ernest Maragall, el tuitero mayor

Ernest Maragall tiene cuenta en Twitter, en Facebook y, desde hace poco, una en Instagram creada con motivo de su presentación como alcaldable. Según su equipo, es el propio Maragall quien se encarga del grueso de su actividad en Twitter, a la que accede con un ipadEn Twitter (@ernestmaragall) tiene  76.100 seguidores. Su página en Facebook tiene 9.200 seguidores.

Fiel a su carácter, es de los menos folklóricos, o de los más sobrios, en su uso de Twitter, que igual emplea para reprochar en un mensaje personal a Valls el pacto de Ciudadanos con Vox como para retuitear mensajes de ERC en Barcelona y vinculados con los políticos presos por el procés. Tecnológico a sus 75 años, el veterano político se centra en Twitter. De sus mensajes en Facebook se ocupa más su equipo, como de la cuenta de Instagram, @ernest.maragall, que consta de cuatro publicaciones y apenas algo más de 500 seguidores.

Munté, la alcaldable por ahora

Neus Munté lleva meses de actividad prácticamente diaria como alcaldable oficial del PDECat, partido en el que ganó las primarias por la plaza, lo que no evita que siga impuesta la convicción de que la exvicepresidenta del Govern acabará de un número dos o tres de una lista unitaria entre su partido y la Crida de Puigdemont, dado que ERC rechazada esa candidatura conjunta independentista. Y con la duda como contexto, Munté tuitea casi a diario, en su mayoría mensajes vinculados con la ciudad, pero también, como Maragall, con el independentismo y los políticos presos por el ‘procés’.

Munté tiene una audiencia considerable en Twitter: 73.100 seguidores. Dicen sus colaboradores que ella controla su cuenta en solitario, como la de Facebook y la de Instagram. Nadie aparte de ella misma conoce las claves para acceder a las cuentas. Menos activa en Facebook, en Instagram tiene una cuenta privada (@neusmunte) con 2.500 seguidores.

Mascarell, el tapado (o no)

En el mapa electoral independentista en Barcelona, entre las dudas sobre cuántas candidaturas tendrá, Ferran Mascarell es otra pieza del puzzle. Ha confirmado que se presentará, sin más cobertura, pero sigue apareciendo como el posible alcaldable de Puigdemont. En Twitter tiene 23.000 seguidores y una actividad no diaria con semejanzas con la de Maragall y Munté: mucho mensaje sobre independentismo y los políticos encarcelados. El exconseller, explica, hace sus mensajes tanto en Twitter como en Facebook (donde actúa menos que en Twitter) e Instagram, donde tiene 1.200 seguidores y una actividad orientada a su condición de candidato a la alcaldía.

Collboni, más personal en Instagram

El jefe de filas de los socialistas en Barcelona, @jaumecollboni tiene 19.800 seguidores en Twitter, donde es responsable de la mayoría de los mensajes: algunos los envía su equipo. Esencialmente, tuitea sobre aspectos de la ciudad, aunque también sobre política estatal, entre otros aspectos. Una conducta similar a la que tiene en su perfil de Facebook. Más personal es su intervención en Instagram (@jcollboni), en la que tiene casi 4.500 seguidores.

Bou, estridente y poco seguido

Se diría que la cuenta de Josep Bou i Vila, el candidato independiente del PP, tendría que triunfar mucho, dada la escasa tendencia del alcaldable a la contención, pero solo tiene 3.900 seguidores en Twitter y no tiene cuenta en Facebook e Instagram. Como tuitero, Bou destaca por la defensa del constitucionalismo y la crítica feroz al independentismo y a Colau.

Bou igual le da la bienvenida al cambio en Andalucía, y aplaude el pacto que incluye a Vox, que jalea a las entidades constitucionalistas en Catalunya.  Una senda, esta última en la que tuitea de forma parecida a Valls. El problema de Bou es que por más que tuitee no triunfará más que los tuits que se han hecho sobre su propio vídeo de presentación, en un acto ante Pablo Casado en el que repasó a gritos su apellidos catalanes, y que ya es historia de las precampañas barcelonesas.