La batalla por Barcelona

La V de (Manuel) Valls para salvar a Barcelona "del precipicio"

Valls presenta su campaña electoral.

Valls presenta su campaña electoral. / FERRAN NADEU

Toni Sust

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Manuel Valls lleva un tiempo recorriendo Barcelona, hablando con vecinos de distintos barrios y exhibiendo ese proceso, hoy una foto tomando churros, mañana otra en la Boqueria. En el largo camino que está recorriendo desde que empezó a plantearse si se presentaba a la alcaldía, el exprimer ministro francés ha dado este jueves otro paso al presentar su campaña, o parte de ella, en un acto ante 900 personas que le han escuchado en una sala del Palau de Congressos de Catalunya.

Entre la asistencia destacaban dos colectivos que apoyan a Valls: miembros de Ciudadanos y empresarios de reconocido patrimonio. De los primeros, del partido de Albert Rivera, ha obtenido el apoyo público y los derechos electorales que le permitirán estar en los debates principales y acceder a ayudas. De los segundos, una financiación presuntamente considerable y alguna guía: dicen que son los empresarios que le apoyan quienes le insistieron en que se presentara como independiente –su plataforma lleva el nombre Barcelona, capital europea- y no como un hombre de Ciudadanos.

“Con vuestro apoyo seré el próximo alcalde de Barcelona”, ha empezado su discurso, para agradecer a continuación la intervención de ocho personas que le han mostrado públicamente su apoyo, de la exsenadora de Unió Eva Parera a un igeniero jubilado que ha llamado a solucionar los problemas que causan los inmigrantes. Como la última de los ocho ha sido Inés Arrimadas, Valls ha aprovechado que la mencionaba para subrayar que no tiene problema alguno con Ciudadanos.

“Una plataforma transversal y progresista”, así ha presentado la candidatura que está elaborando: “Me defino como progresista, social-liberal. Fuera las etiquetas”. “Quiero ser alcalde porque Barcelona se ha deteriorado”, ha afirmado Valls, que ha asegurado que el populismo ha ido impregnando la ciudad en los últimos años. Entre el público, representantes insignes del mundo económico, como el abogado Emilio Cuatrecasas y el empresario Ramon Bordas, y alguno del político, como una delegación del partido Lliures, del exconvergente (y también extrotskista, pero mucho antes) Antoni Fernández Teixidó y el exrector y exconseller del Govern provisional de Tarradellas Josep Maria Bricall.

El candidato sopesa plantear la gratuidad del transporte público

Bleu, blanc, rouge

Vallls ha hablado entre dos grandes V que iban cambiando de color y que durante un buen rato, azul la primera, roja la segunda, y blanca la pantalla que estaba tras el alcaldable, componían la bandera francesa. El candidato ha dado paso a un vídeo de campaña en el que se va mezclando con imágenes de Barcelona esa V que parece que será el símbolo visual de la candidatura. “La V de la victoria, la V de Valls”, ha subrayado.

“Los responsables de la ciudad la han puesto al servicio de causas que la han perjudicado. La ha perjudicado la mala gestión y, mucho, el proceso independentista”, ha resumido el candidato, que ha afirmado que su campaña quiere evitar que Barcelona “acabe en el precipicio” y combatir “la fantasía de que será capital de una república imaginaria”.

Cita algunos carriles bici como fruto de la mala gestión: "Me hablan mucho del de Ganduixer"

Hará una campaña “con moderación y respeto, así somos o tendríamos que ser los catalanes”, ha prometido. Después ha recordado el escrache que sufrió en un acto en el Raval y ha advertido de que a los que le increpan les contestará con respeto: “Si no respetas a tus adversarios, no puedes respetar a los barceloneses y ser alcaldes de todos”. Aquí ha aprovechado para referirse a VOX, lo que tiene su aquel: Valls se ha mostrado contrario a todo pacto con el partido, en tanto que Ciudadanos no lo ha excluido. Para salir airoso del tema, ha subrayado que quién pida líneas rojas contra la ultraderecha en Andalucía no puede tolerar ataques como el del escrache aludido.

Sostenibilidad

Para lograr una ciudad más sostenible ha citado la posibilidad de caminar hacia la gratuidad del transporte público, auque de forma no muy concreta: primero ha dicho que la planteaba para los jóvenes, luego para los residentes. Entre las críticas que ha hecho a la gestión de Colau ha destacado los carriles bici, y aquí ha dejado notar dónde viven sus amigos: “Todos me hablan del de Ganduixer”.