CAN BATLLÓ, PARA LOS VECINOS

La oposición impide que Palo Alto salga a concurso

PDECat, PSC, Ciutadans y PP se ponen al lado de la fundación creada por Mariscal frente al intento de garantizar el control público del recinto

El Palo Market Fest, en Palo Alto, el pasado 1 de diciembre.

El Palo Market Fest, en Palo Alto, el pasado 1 de diciembre. / JORDI COTRINA

Ernest Alós

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El intento del Ayuntamiento de Barcelona de poner bajo control público el recinto de Palo Alto, la antigua fábrica de propiedad municipal gestionada durante dos décadas por la Fundación Palo Alto creada por Xavier Mariscal, ha topado con la oposición municipal. Las bases para sacar a concurso el 45% del recinto, mientras que el restante 55% sería de gestión estrictamente municipal, han sido rechazadas hoy en la comisión de Economía y Hacienda con los votos de PDECat, PSC, Ciudadanos y PP, que reclamaban más garantías para que la fundación mantuviese la gestión del recinto, con las abstenciones de ERC y CUP y el voto a favor únicamente de Barcelona en Comú y el concejal Juanjo Puigcorbé. En la misma comisión se ha aprobado la cesión directa por 30 años más 20 de 13.000 metros cuadrados de la antigua fábrica de Can Batlló a la Associació Espai Comunitari i Veïnal Autogestionat Can Batlló y la de tres naves de Can Ricart, por 15 años, a Hangar.  

La concesión de Palo Alto caducó el pasado mes de abril, pero ante las dificultades para negociar el nuevo modelo del recinto fue prorrogada provisionalmente. La derrota de la iniciativa municipal deja ahora el futuro del recinto aún más en el aire, con una concesión caducada e improrrogable. El equipo de Gobierno intentará volver a remitir dentro de un mes una nueva versión de las bases, tras una nueva ronda de negociaciones con los grupos municipales.

El concejal de Sant Martí Josep Maria Montaner ha defendido la necesidad de "recuperar la gestión municipal y el carácter público" de Palo Alto, con un modelo que supone que el 55% del recinto sea de gestión pública y el 45% para la entidad que logre el concurso por 15 años prorrogables a 20, que dedicaría el 35% a "proyectos tractores", empresas ya consolidadas, durante 10 años, y el 15% a una incubadora de empresas apadrinadas por las primeras, por cinco años.  

Muntaner ha expresado su "máximo reconocimiento" a la labor de Palo Alto y asegura que "lo que se está haciendo es dar la posibilidad de que el núcleo duro de los que están en Palo Alto puedan volver a ganar la concesión", pero sin poderles garantizar directamente su continuidad.

Mientras que la CUP se ha abstenido por considerar excesiva la parte privada del proyecto y estimar que la incubadora debería estar bajo el control público de Barcelona Activa, los grupos que se han opuesto a las bases han reclamado mayor garantías de continuidad. "Ver cómo el espíritu de Palo Alto se puede conservar pudiendo garantizar una seguridad para los actuales gestores", según el concejal de PDECat Raimond Blasi. Carina Mejías (Ciutadans) ha criticado que la renovación sea por un plazo mucho más corto que el de Can Batlló, Montse Ballarín (PSC) ha criticado que "no se respete  la labor que han realizado los concesionarios" y Javier Mulleras (PP) ha sostenido que "no es justificable que se plantee un cambio de gestión, si las cosas funcionan bien".