Los riesgos para la salud del amianto

El amianto (o asbesto) es uno de los componentes del fibrocemento, un material de construcción que fue usado masivamente durante décadas como aislante del calor y del fuego, sobre todo (aunque no solo) en edificios. Pese a que en la Unión Europea (UE) está prohibido desde el 2000,prohibido desde el 2000, todavía encontramos amianto en tejados, baldosas, azulejos, productos de cemento, herramientas de automoción (el embrague o los frenos), materiales ferroviarios, en trajes ignífugos de pilotos o  bomberos, objetos de construcción naval, reparación y desguace de barcos, en la siderurgia o en el sector eléctrico (como las centrales térmicas y nucleares). Solo aquellos materiales muy degradados pueden suponer un peligro real para la salud.

Los riesgos derivados de este producto están producidos por la inhalación de sus fibras: las de menor tamaño son las que alcanzan las vías aéreas inferiores. Se ha demostrado que las fibras sueltas de amianto que llegan a los pulmones pueden causar enfermedades graves, como cáncer de pulmón, mesotelioma (tumor de pleura cuya única causa conocida es el amianto) o asbestosis (un tipo de fibrosis pulmonar).

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el amianto es el responsable cada año de más de 100.000 muertes en todo el mundo. Víctimas como extrabajadores de los centros industriales donde se manipulaba este material cancerígeno sin ningún tipo de protección, pero también familiares suyos que estuvieron en contacto con las fibras (por ejemplo, mujeres que lavaban la ropa de trabajo del marido) o vecinos que vivían cerca de un foco de producción.

En mayo falleció el primer enfermo reconocido de amianto del Metro de Madrid: un extrabajador que estuvo durante años en contacto con las fibras de asbesto de diversas piezas de los trenes.