PROYECTO CONTROVERTIDO

Activistas 'toman' el piso colmena en obras de Sants

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"No somos abejas", han clamado esta mañana más de una veintena de vecinos activistas a las puertas de la que iba a ser la primera vivienda colmena de Barcelona hasta que el consistorio paró hace unos días la reforma del local por falta del permiso de obras preciso. Convocada como "acción sorpresa" por parte del Grup d'Habitatge de Sants, protestaban así contra el proyecto de Haibu 4.0 en la calle de la Constitució, 114, en La Bordeta. Lo hicieron accediendo fugazmente al espacio, que consideran "infraviviendas de especuladores", mientras la empresa replicó con una denuncia.

La singular iniciativa de esta Start Up, que ha crecido como la espuma en volumen de proyectos en solo un mes y ultima aperturas en varias direcciones secretas, está recibiendo sacudidas por los cuatro costados. Por cuestiones técnicas, desde los ayuntamientos de Barcelona (su permiso de obras era insuficiente) y luego este pasado sábado por el de L'Hospitalet (no tenían licencia de exposición para mostrar el piso colmena piloto más que a sus colaboradores de momento), que lo precintó. Ahora se ha sumado este grupo vecinal que lamenta que el ayuntamiento barcelonés solo hizo un "tibio movimiento" para impedirlo.

Mañana intensa

El colectivo de Sants, movilizado para desactivar dos desahucios en la zona esa misma mañana, se dirigió a mediodía al local. Se trata de unos bajos pendientes de obtener el permiso de obras adecuado (independiente de la actividad posterior), al que accedieron estando vacío. Según los activistas, la persiana estaba bajada pero sin cerrar porque "los vecinos dicen que va entrando y saliendo" personal. Por contra, la empresa insiste en que la obra está parada pero en su última visita habían olvidado echar el candado. Los participantes tomaron fotos del espacio -las paredes están aún peladas-, hasta que los promotores aparecieron y avisaron a los Mossos. Varios agentes se personaron para calmar los ánimos, mientras el gerente de Haibu, Marc Olivé, trataba de defender la "dignidad" de la iniciativa.

El mismo responsable indicó que el grupo "rompió una pared de pladur" y 'precintó' con cinta aislante el inmueble, entre "otros años". Por la tarde, puso una denuncia a la policía autonómica por "allanamiento y destrucción de propiedad privada". La empresa, a la que se siguen sumando inversores de distinto volumen, sigue empeñada en implantar su modelo de pisos compartidos que creen que es cuestión de tiempo que logren encaje legal.

Se basa en crear espacios abiertos -preparan varios de 120 a 400 metros cuadrados-, donde convivan a partir de 14 personas con espacios comunitarios y camas-cubículo que puede cerrarse para dormir, por 200 euros al mes. Algunos modelos tienen seis metros cuadrados (serían legalizables), a 275 euros. Curiosamente, los candidatos a 'colmeneros' que el sábado acudieron a ver el piso muestra de L'Hospitalet alababan su diseño y la fórmula de comunidad que plantean.

Pero para elGrup d'Habitatge de Sants y algunas plataformas activadas ante la crisis de vivienda que vive Barcelona, se trata de "miseria maquillada". Advierten que no son abejas:  "a diferencia de ellas desobedecemos al que está arriba y de hecho lo tumbaremos", rezan en un comunicado en twitter.