proyecto controvertido

Los 'pisos colmena' desafían a Colau con inminentes aperturas en Barcelona

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Patricia Castán

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Como si del piso piloto de un edificio de nueva construcción se tratase, la primera 'vivienda colmena' vivienda colmenade muestra ha levantado este sábado la persiana con sus ya famosas camas-habitáculo, mobiliario recién salido de Ikea y espacios comunes a punto en L'Hospitalet. Pero la exhibición, que en esa primera jornada estaba limitada y no era abierta al público, ha sido fugaz porque la Guardia Urbana ha precintado a mediodía el espacio por temas administrativos, mientras la alcaldesa Núria Marín clamaba vía tuit que en el municipio las colmenas no tienen "cabida" a la par que defendía el acceso a la "vivienda para todos". Un pulso que ya se vivió en otro intento en Barcelona hace unos días y que se agudizará en las próximas semanas porque sus promotores ultiman tres aperturas a hechos consumados. Clientes, a 200 euros al mes, no les faltan, mientras crece la polémica y el debate al respecto.

La irrupción del proyecto de las colmenas, que en agosto avanzó en exclusiva EL PERIÓDICO, sigue levantado ampollas. Sus instigadores las plantean como una solución ingeniosa y "social" al problema que vive la capital catalana (según los últimos datos difundidos el pasado agosto por el Govern el precio medio de un contrato de alquiler en Barcelona fue en el segundo trimestre de 916 euros), mientras sus detractores hablan de especulación e infravivienda. El invento se desarrollaría en otras grandes ciudades con distintas urgencias residenciales y la prensa internacional ya se ha hecho eco del tema.

Una quincena de inversores participan ya en el controvertido proyecto, cuyo próximo paso es la apertura de tres grandes espacios -según el caso acogerán de una treintena a un centenar de personas- en unas semanas en Barcelona. No harán pública su ubicación para evitar denuncias previas -como sucedió en Sants- mientras buscan encaje legal. De ese modo, relatan, el cierre tendría que ir precedido de un complicado desalojo de sus habitantes. En los últimos días el propietario de un gran edificio de Barcelona también se ha sumado al carro con el plan de hacer una macrocolmena donde residirían cientos de moradores. 

Cuestión de espacio

¿Qué es una infravivienda en Catalunya? Así consideran esta fórmula residencia los consistorios de Barcelona y la vecina L'Hospitalet. La normativa alude a metros cuadrados y cédula de habitabilidad. Según el decreto de Habitabilitat 141/2012 del Govern, se exigen al menos cinco metros cuadrados de habitación para una persona, ocho para dos y 12 para tres. Lo complejo del caso de las llamadas colmenas que promueve la start up Haibu 4.0 es que su filosofía son grandes hogares compartidos, donde no hay habitaciones sino que se disponen unos cubículos cama de madera -individuales o dobles- para preservar la intimidad, a precio 'low cost'. La propuesta inicial es de 2,2 metros cuadrados de largo por 1,2 de alto y de ancho, lo que no cumpliría la legislación, pese a que propiamente no se trate de habitaciones.

Para sortear este argumento, en el piso piloto de 150 metros cuadrados montado en el número 9 de la calle de Holanda, junto a la Riera Blanca, se han instalado también habitáculos con el doble de amplitud, así como una versión para parejas aún mayor de dos metros de altura (a 275 euros) que cumplirían los requisitos regulados, aduce Marc Olivé, gerente de la empresa. Dentro de ellos cabe incluso mobiliario y tienen una puerta frontal translúcida. 

El fulminante montaje de L'Hospitalet -sin obras porque era un local bajo diáfano ya reformado donde solo han tenido que instalar decoración y muebles en apenas unos días- "nunca se usuará como vivienda sino como muestra para los interesados", enfatiza el mismo portavoz. Su misión es lucir su configuración de cara a las más de 1.200 personas que han expresado interés y las más de 200 inscritas como candidatas en firme. Sus artífices mantienen que se trata de un sistema "moderno, digno" y asequible, en "mejores condiciones que muchas infraviviendas que se alquilan a precio de oro en Barcelona". Desde los llamados pisos patera o las habitaciones zulo a los albergues con literas triples y 12 personas por habitación, opinan, mientras la propia alcaldesa de L'Hospitalet los tacha de "modelo especulativo".

Uso como exposición

No obstante, el Ayuntamiento de L'Hospitalet, pese a las palabras de Marín no ha actuado aún en base al cuestionado modelo residencial, sino por cuestiones formales. El local ha sido clausurado por que no contaba aún con la licencia de usos para exposición, un trámite pendiente que había llevado a los artífices a limitar la visita solo a familiares y conocidos el fin de semana, aunque algunos interesados no han podido aguardar a la próxima semana y han acudido de visita. Por la tarde, la Guardia Urbana ha permitido la entrada restrictiva al local a sus promotores y colaboradores.    

El ayuntamiento del municipio ya tenía en el punto de mira al local, que no esconde su nombre y objeto, por lo que el viernes requirió ya el permiso de exposición, que no se llegó a tiempo de tramitar. Por ese motivo se ha optado por la clausura, mientras Marín proclamaba en su cuenta de twitter primero que se había levantado acta del asunto -"no lo permitiremos"- y poco después que se había "cerrado". "No queremos pisos colmena y actuamos", rezaba. En Haibu 4.0 replican que nadie de este consistorio ni del barcelonés se ha "molestado en conocer el proyecto". Por contra, sí hay encuentros previstos con grupos de la oposición en Barcelona. "Que vengan y nos digan si de verdad creen que esto es una infravivienda", tercia Olivé.

Los planes de la singular empresa se basan en locales a pie de calle pero con entrada con llave y no aptos para turistas. El hándicap añadido en la mayoría de casos es que por amplios o luminosos que puedan llegar a ser, al ser comerciales carecen de cédula de habitabilidad, por lo que sus asesores legales pretenden encontrar una percha en otro tipo de actividades experimentales. 

"Mi actual habitación de alquiler es más pequeña"

Manuel, de 26 años, ha recorrido con minucioso interés el piso piloto de L'Hospitalet, desde las zonas de mesas de trabajo hasta la sala para ver la tele o la cocina donde solo habrá (por normativa sin cédula de habitabilidad) varios microondas. Es uno de los interesados dispuestos a instalarse en la primera colmena disponible y por la mañana quiso avanzarse a la apertura de la exposición al gran público la próxima semana. ¿Su sentencia? Este chileno ingeniero de sistemas opina que "esto no es una solución para siempre pero es genial para una temporada". "Tal y como está el mercado aquí con precios de alquiler muy abusivos es una buena idea", valora, consciente de los "pequeños incovenientes" y sorprendido por el revuelo que ha causado el proyecto.