techo 'low cost'

El ayuntamiento para las obras del primer piso colmena de Barcelona

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Patricia Castán

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Si alguien pensaba que los llamados 'pisos colmena' eran el anzuelo de una sórdida estafa, el ayuntamiento ha podido constatar que el polémico proyecto era real y tangible tras parar las obras hoy viernes. Los promotores de esta fórmula de viviendas compartidas donde se despliegan habitáculos-cama individuales ya tienen listo su primer cubículo de tamaño real, a la par que estaban ultimando las obras del espacio de Sants-Montjuïc de 105 metros cuadrados donde pensaban debutar a finales de septiembre con 14 residentes incluidos. Por muy cuestionado que esté el asunto, candidatos no les faltan: más de 800 han solicitado información y más de 200 han rellenado el documento de inscripción para acceder a uno. El precinto de las obras no obedece a la actividad, sino a la falta de permisos necesario para el grado de intervención en el local. Solo habían presentado un comunicado, pero la empresa tiene intención de realizar los trámites para seguir con la obra la próxima semana.

Como avanzó EL PERIÓDICO a finales de agosto, la insólita propuesta contó con el rechazo inmediato del ayuntamiento, que al saber por este diario de la iniciativa informó entonces a los Mossos d'Esquadra. La policía, sin embargo, no abrió ninguna investigación porque no había denuncia alguna. Pero tener todas las normativas en contra y las críticas de que quienes ven en las colmenas una infravivienda -incluso el presidente Pedro Sánchez las ha censurado- no detuvo a Haibu 4.0, donde están convencidos de que su propuesta responde a una "necesidad" real de vivienda asequible. Su previsión es que el alquiler mensual por persona sea de entre 200 y 275 euros, por dormir y utilizar todos los espacios comunitarios: cocina con microondas, zona de armarios, baños, etc...

El ayuntamiento dice no haber recibidio solicitud de licencia de actividad alguna, aunque el socio Marc Olivé muestra diversa documentación de las instancias presentadas ante los servicios jurídicos y para exponer su idea a la alcaldesa Ada Colau. Porque tras la controvertida idea hay varios socios del sector del diseño y la ingeniería obstinados en defender la "dignidad" de sus cápsulas. El habitáculo no supone el 'hogar', sino una cama -con cierre de puerta corredera para favorecer la intimidad-  que permite cohabitar en un mismo espacio a distintas personas.

El primer ejemplo en Sants se distribuye en 18,5 metros cuadrados para dormitorio, 16 para cocina, 25 para zona de estudio o trabajo, 8 de biblioteca, 12 de lavabos y duchas, 4 de patio, 7 de zona zen y 15 de "desarrollo personal".

Residentes en la provincia

Los requisitos de Haibu 4.0 incluyen poder demostrar varios años de residencia en la provincia de Barcelona. Quieren evitar así a recién emancipados, estudiantes internacionales de paso o turistas. "Desde el principio pensamos en esta idea para afrontar los problemas de vivienda que hay en Barcelona y evitar que la gente se siga marchando de la ciudad o tenga que ocupar pisos porque no puede pagar ni un alquiler ni una habitación", relata Olivé. Obviamente, no es una solución a largo plazo, pero aspiran a que sea una alternativa.

Al no encajar en las condiciones mínimas de habitabilidad decretadas por de la Generalitat (ni en habitaciones de 12 metros cuadrados o más pueden habitar más de tres personas), el proyecto parece a priori condenado. Tampoco han logrado hasta ahora el cambio de uso de local a vivienda (es un bajo comercial). Su intención era abrir a hechos consumados y tratar de evitar con sus abogados un desalojo. Pero las investigaciones del ayuntamiento -buscaban el espacio en la Bordeta- les ha llevado a dar con el local en la calle de la Constitució y poder parar las obras simplemente porque tramitaron un comunicado de obras menores, cuando al redistribuir el espacio interior hacía falta otro permiso de obras, ha explicado la teniente de alcalde de Urbanismo Janet Sanz. Haibu dice que hará el trámite la semana que viene y pretende seguir con la reforma. Sanz ha insistido en que este tipo de "infravivienda" y "hacinamiento" no tienen cabida en Barcelona y evitarán su implatación.

La empresa dice estar dispuesta a llegar al Gobierno central para lograr cobertura legal. "¿Porqué un albergue puede tener decenas de literas en poco espacio que generan 700 euros por cama al mes, o puede acogerse a inmigrantes y personas sin recursos en centros asistenciales saturados y a nosotros nos quieren prohibir que convivan 14 personas en un espacio acondicionado y asequible?", "¿por qué lo nuestro es hacinamiento y lo otro no?", sostiene Olivé, ante las críticas del consistorio. Incluso se plantean iniciar acciones legales por "calumnias" y denuncian que en el wifi gratuito de Barcelona no se puede entrar a su web. Aparece un mensaje que dice que el acceso está restringido "por motivos éticos".