BARRIO DE SANT JOAN BAPTISTA

La ocupación de tres bloques de pisos expulsa a familias y asusta a los vecinos de Sant Adrià de Besòs

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Guillem Sànchez

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La ocupación ilegal de tres bloques del barrio de Sant Joan Baptista ha expulsado a varias familias con contrato de alquiler y mantiene contra las cuerdas a buena parte de este vecindario de Sant Adrià de Besòs. Los primeros ocupas llegaron hace varios meses, pero tras su desembarco han aparecido muchos más. Actualmente la proporción entre residentes legales e ilegales -en las 60 viviendas en conflicto de las fincas 8, 10 y 12 de la calle de Sant Pere, junto a la 'plaza del parchís'- se ha invertido a favor de los segundos. El problema, según relatan en el barrio, no es únicamente que los ocupas, procedentes del barrio de la Mina y del de Sant Roc (Badalona), hayan provocado el éxodo de las familias con contrato, sino que también han hecho saltar por los aires la convivencia a su alrededor. 

El incidente más grave sucedió hace pocos días, cuando fue agredido un vecino que caminaba frente a los pisos. Según personas cercanas a la víctima -que, como todas las que han hablado con este diario, exigen anonimato-, una quincena de ocupas bajaron a por él al creer que estaba tomando fotografías con el teléfono móvil. "Uno de ellos le propinó un puñetazo en el ojo", explican. También le quitaron el teléfono y se lo estamparon contra el suelo. El episodio acabó cuando la víctima, que ha denunciado los hechos, tuvo que huir "corriendo".

Reggeaton y huevos contra el colegio

Frente a los tres bloques ocupados, exactamente en la acera de enfrente, se ubica el colegio Amor de Déu, un centro concertado de primaria y secundaria. Durante los últimos días del curso escolar, la tensión fue constante debido sobre todo a que "ponían música a reggeaton" tan alta que resultaba complicado impartir la lección. En agosto, cuando únicamente las monjas de la residencia han permanecido en el centro, las molestias han sido de menor envergadura. Pero han incluido el lanzamiento de objetos, como huevos, contra la fachada. La comunidad de padres de los alumnos espera que la solución llegue antes de que arranque nuevamente el curso, el 12 de septiembre.

El bar Núria y el colmado situados a escasos metros, y regentados por empleados chinos y pakistanís, respectivamente, también se han llevado lo suyo. La terraza del bar ha tenido que retirarse porque robaban sillas y ceniceros. También porque ocupaban las mesas desde primera hora y hasta las tantas y, en numerosas ocasiones, se negaban a pagar la cuenta. O se marchaban con un "luego te pago" del que nunca más volvía a saberse. Este lunes la máquina de tabaco estaba desconectada y empotrada del revés contra la pared porque los menores acudían a comprar tabaco y cogían el mando a distancia para desbloquearla sin la presencia de ningún adulto. En el colmado, el episodio más problemático sucedió este viernes poco antes de la hora del cierre. Varios jóvenes se presentaron allí, cerraron la puerta del negocio, arrancaron la máquina de golosinas de la entrada y la tiraron a la basura. 

Solvia sube el alquiler

La empresa Solvia (Banc Sabadell), propietaria de los tres bloques, quiso subir el alquiler a las familias que residían aquí hace casi un año, explica Joan Callau, alcalde de Sant Adrià, quien califica el incremento de "legal pero excesivo". El aumento no llegó a producirse, pero "la amenaza" del nuevo alquiler, conjugada con la presión de la ola de ocupaciones, ha conducido a una fuga de familias que ha puesto la alfombra a los ocupas: al no pagar ningún alguiler son invulnerables a cualquier encarecimiento.  

Solvia, según el ayuntamiento, explicó en la última reunión que mantuvo con el consistorio que ya no era la propietaria de los bloques, pero se negó a facilitar el nombre del nuevo dueño, "un fondo buitre". En un comunicado, el ayuntamiento acusa a Solvia de inacción ante una situación "angustiosa" para los vecinos. La reunión del equipo de Callau con el propietario actual será finalmente esta semana. 

Los vecinos posiblemente lleven a cabo una segunda cacerolada de protesta a finales de semana, cuando empiece la fiesta mayor en Sant Adrià, y los feriantes tienen previsto colocarse junto a las fincas ocupadas. Más madera para un vecindario que no está para muchas celebraciones. 

Vigilancia las 24 horas en La Llagosta

<span style="font-size: 1.6rem;">Los Mossos d'Esquadra vigilarán durante las 24 horas del día la zona de La Llagosta (Barcelona) donde en los últimos días se ha producido otra disputa vecinal por la presencia de una familia conflictiva, que ya ha abandonado el lugar, para evitar que haya más incidentes.</span>