LA PRECAMPAÑA

Valls, el candidato de Ciutadans que también puede serlo del PP

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, junto al exprimer ministro francés Manuel Valls, el día de Sant Jordi, en Barcelona.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, junto al exprimer ministro francés Manuel Valls, el día de Sant Jordi, en Barcelona. / FERRAN NADEU

Toni Sust

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Cuando Manuel Valls admitió que se estaba planteando presentarse a las elecciones municipales del próximo 26 de mayo, en abril pasado, se produjo una asociación automática: se dio por hecho que si al final daba el paso lo haría como candidato de Ciutadans. Albert Rivera se preocupó de subrayarlo e incluso afirmó que el exprimer ministro francés, con una carrera política más bien finiquitada en Francia, sería el primero de una lista de fichajes de independientes con algo que aportar a la sociedad, a la política y a su partido.

Fuentes del PP consideran que aquello fue una especie de apropiación y admiten que resultó efectiva: "Hubo incomodidad en el PP y en Societat Civil Catalana", dice un dirigente. Valls sale citado en casi todas partes como el posible candidato de Ciutadans, cuando sus vínculos primigenios fueron con Societat Civil Catalana y su propósito político es el de representar al espacio del constitucionalismo que ha combatido al independentismo catalán, es

Miembros de Ciutadans en BCN lamentan que Valls no pise su sede: "Si viene a la ciudad, nos enteramos por la prensa"

decir, el de Ciutadans, el del PP y el del PSC.

Valls tardó poco en precisar que si daba el sí no sería para representar a un partido, sino a una plataforma. El PSC declinó el ofrecimiento y algunos dirigentes populares mostraron cierto fastidio ante el que aparecía casi como un rival. El presidente del partido en Catalunya, Xavier Garcia Albiol, replicó: "Si piensa que un ayuntamiento es para seguir con el debate identitario se equivoca. Un ayuntamiento es para gestionar los problemas reales de los vecinos".

Omnipresente, invisible

Valls afirmó tiempo atrás que durante el verano y ahora se prevé que haga un desembarco potente en Barcelona a partir de septiembre. No es que no haya frecuentado la ciudad. Ha mantenido reuniones en general discretas con, políticos, periodistas, profesionales de un perfil determinado: ejecutivos de 40 a 50 años con un papel empresarial relevante. En cambio, apenas ha participado en actos públicos o visitas a barrios populares, que debería atender: el mismo Nou Barris que había votado a Ada Colau en las municipales optó por Inés Arrimadas en las legislativas de diciembre.

Los barrios populares no son los únicos que no ven a Valls. Miembros de Ciutadans en Barcelona ponen de manifiesto la extrañeza, cuando no resquemor, que les causa constatar que el que aparece como su alcaldable potencial no pise nunca la sede del partido en la capital catalana: "Nos enteramos de que visita o de que ha visitado Barcelona por los medios de comunicación". Otra cosa es que el líder, Albert Rivera, sí mantenga un trato estrecho con el exprimer ministro francés, con el que se le vio cenando hace unos días en Menorca.

Pero en la base del partido hay quien subraya que el verdadero entorno del exprimer ministro francés, Societat Civil Catalana, está repleta de exmiembros del PP. Algunos con una relación inexistente con su expartido, otros claramente más cercanos.

El JxSí del PP

En este contexto, al PP se le abre una ventana en Barcelona. Hasta hace unos meses, los populares vivieron mal su competencia con Ciutadans, una especie de socio crítico que le iba comiendo terreno, presentándose como savia nueva en contraste con un Gobierno marcado por la corrupción. Pero la caída del Ejecutivo de Mariano Rajoy y del propio Rajoy ha cambiado las tornas. La figura del nuevo líder, Pablo Casado, un rival mucho más parecido a Rivera que Rajoy, y el nuevo papel del PP en la oposición han aliviado el peso que, por extensión, los populares sufrían en todas las localidades. Aunque las encuestas situan al PP cerca de quedarse fuera del Ayuntamiento de Barcelona, fuentes del PP dan por hecho que ahora sí entrarían si se presentan en solitario.

Y añaden que también están preparados para sumarse a una plataforma que encabece Valls. Casado ha

Los populares, en riesgo de quedar fuera del consistorio, dicen que la caída de Rajoy mejoró sus expectativas

explicitado que esa vía es posible. A diferencia de la antigua Convergència, que tras lograrlo una vez no ha conseguido meter de nuevo a ERC en una lista conjunta que maquille su posible descalabro, el PP de Barcelona tiene un elemento a favor. No tiene que forzar la formación de una candidatura conjunta que le ayude a amortiguar un mal resultado en las urnas. Ha sido invitado a participar y no ha rechazado esa invitación, como hizo el PSC, por lo que no se entendería que se le cerraran las puertas. Más allá de la fórmula, está por ver si el actual jefe de filas del PP, Alberto Fernández Díaz, sigue o abandona el consistorio.

En el peor de los escenarios, el de que Valls no logre la alcaldía e incluso decida irse y no quedarse a hacer de concejal de la oposición cuatro años, dejaría un grupo municipal en el que, presumiblemente, figurarían concejales de Ciutadans, de perfil independiente y del PP. No es el peor panorama para los populares si lo comparan con el que manejan ahora.