PROBLEMA ELÉCTRICO

Autoapagón en la Zona Franca

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zentauroepp44585032 barcelona 07 2018 unas quinientas viviendas se quedan sin 180808182803 / Carlos Montanyes

Felipe Valenzuela

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Los vecinos de Marina de Port estuvieron a punto de convertirse en animales nocturnos después de sobrevivir como buenamente pudieron a seis apagones de luz consecutivos, desde el miércoles 31 de julio hasta el pasado martes. Durante esas seis jornadas, "a las diez de la noche llegaban los apagones y la luz no volvía hasta la madrugada", relatan los afectados. "Tenemos que salir con los niños porque dentro de casa no se puede estar," asegura un vecino. La primera reacción del barrio fue achacar los cortes a la conexión de farolas públicas a los contadores de las viviendas que sufrían los fallos eléctricos. La noticia sorprendió al Ayuntamiento de Barcelona que afirmó que el problema no derivaba de la iluminación urbana sino de un "fallo con el transformador de la zona" por lo que el asunto se trasladó a Endesa.

Con los vecinos cada día más indignados porque los apagones seguían sucediéndose, la compañía envió técnicos para verificar la situación y comprobó que el problema, para su sorpresa, era en realidad una falta de ventilación en la zona del controlador. ¿La causa? La acumulación de suciedad en el patio interno donde se encontraba el aparato. ¿La conclusión? Eran los vecinos los que se autoprovocaban los cortes de electricidad nocturnos.

Noches de verano a oscuras

Los apagones comenzaban a la misma hora todos los días. "A las diez se va la electricidad y no vuelve hasta la una o dos de la mañana", afirmaba uno de los afectados cuando todavía no se sabía por qué se estaban produciendo los cortes de suministro. La táctica ideada por los vecinos para sobrevivir al calor era salir a la calle y aguantar con linternas las cinco horas que duraba. Según los habitantes de la zona, un señor de edad avanzada llegó a desmayarse el martes por las altas temperaturas y tuvo que ser socorrido por los vecinos que decidieron no avisar a los servicios de emergencia.

Endesa lo tenía muy claro, el origen del mal funcionamiento solo se podía reducir a dos posibilidades: o a la sobrecarga del controlador por una falta de ventilación, a priori relacionada con las altas temperaturas registradas en los últimos días, o a una sobrecarga en el aparato ocasionado por un "consumo no regulado" de la corriente, es decir, un fraude al conectar la electricidad a un contador ajeno. La compañía aseguraba que el sistema instalado en Marina de Port nunca había dado problemas y que el aparato en sí no registraba ningún tipo de incidencia.

La empresa por lo tanto envió un equipo de técnicos para localizar la causa del problema eléctrico y se encontró con una situación bastante peculiar. Según los técnicos, el terminal no funcionaba correctamente ya que las rejillas de ventilación, situadas en lo que parece ser un patio de luces, estaban "llenas de suciedad". Al ser preguntados por una indemnización a los vecinos, después de sobrevivir seis noches sin corriente eléctrica, la compañía aseguró que la causa del fallo no correspondía a un problema de Endesa. "No es atribuible ya que no es un factor que esté relacionado con una dejadez o falta de inversión por parte nuestra", zanjó la compañía eléctrica.