Una grúa abandonada por una constructora lleva 10 años en pie en Barcelona

Felipe Valenzuela

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Las grúas son un elemento del 'skyline' de Barcelona. Quizá por ello haya pasado desapercibida durante casi una década una de ellas, un 'fósil' superviviente de los años del 'boom' del cemento que dejaron proyectos inconclusos y abandonados: una máquina, de 25 metros y en desuso desde hace años, que ha llevado a los vecinos del barrio de la Teixonera, después de años de trámites e insistencias, a consolidar la Plataforma Afectados por la Grúa, desde donde denuncian que la máquina no tiene mantenimiento alguno e incluso se mueve en los meses de más viento.

La plataforma se queja del mal estado de la grúa -sin contar el factor de la contaminación visual que un aparato de ese tamaño provoca en el paisaje de la zona residencial-. Uno de los vecinos asegura que hace tiempo se le cayó un tornillo en su terraza. "Se aprecia una oxidación clarísima", apunta Fernando Llorente, miembro del colectivo. "Cuando la constructora quebró, aquí se quedó la grúa. Quitaron el cuadro eléctrico y la abandonaron. Nos vamos a hacer respetar con este tema", afirma.

La grúa se mueve en otoño por los fuertes vientos, según vecinos del barrio

El ayuntamiento, inmóvil ante la problemática

Cuando en el 2013 los vecinos dieron los primeros pasos judiciales, el ayuntamiento redactó un informe para desmontar la máquina, incluso realizó un presupuesto de 12.000 euros. "Estuvimos en contacto con el departamento de Licencias e Inspección del distrito -asegura Llorente- Teníamos reuniones de 90 minutos de reloj, recibíamos explicaciones pero no nos daban soluciones." Según el vecino, el jefe de los técnicos les aseguró que la grúa se iría pero al año siguiente, en el 2014, ese responsable se jubiló.

El muerto le llegó entonces al nuevo jefe de técnicos. La primera notificación emitida por el consistorio le fue enviada a la empresa propietaria de la grúa en abril del 2014 pero las ilusiones de los vecinos se vieron truncadas, en octubre del 2015, cuando la compañía envió técnicos para garantizar el buen estado de la máquina. El certificado en cuestión sirvió solo por un año pero la empresa se encargó de emitir el siguiente que valía por dos, siendo la fecha de caducidad mayo de este 2018.

El certificado de mantenimiento, caducado

"Cuando caducó la validez del certificado fuimos al ayuntamiento, a finales de julio, para retomar el tema", explica Llorente. "La respuesta fue increíble. El expediente estaba cerrado -asegura- El documento caducaba en mayo y al consistorio le dio igual que se hubiese expirado el plazo de validez".

El caso estaba cerrado aun teniendo el certificado de validez caducado hasta que los vecinos fueron al consistorio

No fue hasta que la plataforma entró en contacto directo con la concejala de Ecologia, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, y con la edil del distrito de Horta-Guinardó, Mercedes Vidal, cuando el consistorio, en funciones por ser época vacacional, respondió a las peticiones de los vecinos. "Les avisamos de que estabábamos hablando con medios de comunicación", explica Llorente. Fue ahí cuando el ayuntamiento decidió mover ficha y envió un equipo de técnicos a revisar la situación de manera urgente.

Una revisión del montón

"Se han personado este miércoles a las ocho de la mañana: un rerpesentante del ayuntamiento y dos operarios", explica David Tinaco, miembro de la plataforma. Según el vecino, los dos operarios, enviados por la propietaria de la grúa, iban con las conclusiones ya hechas. "Antes de subir decían que la máquina estaba en buen estado", asegura.

El procedimiento de la revisión ha sido "inusual" para los vecinos. "Es verdad que profundizaron un poco más que en otras revisiones -asegura Tinaco-. Se han subido arriba de la grúa cuando antes solo la miraban desde fuera o la escalaban un par de metros". Esta vez, los operarios que llevaban a cabo la revisión, que debió haberse hecho tres meses atrás, "dieron patadas a zonas donde había tornillos y también a los hormigones que sirven de contrapeso, se sacudieron las manos y dijieron que la grúa estaba en perfecto estado", concluye.

En la última revisión, los ténicos se limitaron a dar patadas en las zonas de los tornillos y en los hormigones

"Les comentamos que los tornillos estaban claramente oxidados pero se mostraron indiferentes -explica Manuel del Peral, vecino del barrio que estuvo presente durante la última revisión- La parte de abajo de la grúa no la pudieron ver porque estaba llena de porquería. Cuando llueve, eso se inunda". Pero la decisión de los operarios era firme. Para el consistorio, la grúa "ha pasado los controles de seguridad pertinentes y se encuentra en buen estado", según fuentes municipales. La propuesta del ayuntamiento es un seguimiento durante el verano para "explorar las medidas a tomar desde el distrito".

"Nos aseguraron que la grúa podía quedarse 20 años más -relata Antonia Morales, miembro de la plataforma- Tengo 40 años, ¿me estás diciendo que tendré 60 y esa cosa seguirá ahí?".