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El CAP del Raval Nord, en capilla

Las puertas originales de los años 30, en el CAP Raval Nord.

Las puertas originales de los años 30, en el CAP Raval Nord. / ALBERT BERTRAN

Anna Rocasalva

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Hace tiempo que los profesionales sanitarios del CAP Doctor Lluís Sayé reclaman un nuevo centro de atención primaria y denuncian que el edificio no cumple las características de espacio e infraestructura necesarias para atender adecuadamente a sus pacientes. El ayuntamiento ya lleva más de dos años tratando de encontrar alternativas para el emplazamiento del CAP del Raval Nord de momento, pero, sin éxito. La ubicación más plausible que el consistorio puso sobre la mesa era la cercana capilla de la Misericòrdia, en la calle Montealegre, que “cumplía los requisitos técnicos necesarios para la construcción de un nuevo CAP”, según fuentes del departamento de Salut de la Generalitat. La voz del mundo de la cultura de la ciudad se hizo oír pronto: la capilla debía ser, según lo prometido, para el Macba. La de los profesionales sanitarios, no tanto.

La capilla fue cedida al Macba en el 2013, durante el mandato de Xavier Trias, pero el convenio de cesión contenía una cláusula de rescisión del contrato por “una causa de interés general”, que podría encajar con la necesidad urgente de un nuevo CAP. Además, el proyecto de convertir la capilla en la sede de la colección permanente del museo no se llevó a cabo por falta de presupuesto. Para resolver el conflicto, los departamentos de Cultura y Sanidad de la Generalitat, el consorcio del Macba, el Ayuntamiento de Barcelona y el distrito de Ciutat Vella han creado una comisión de trabajo para valorar las diferentes posibilidades, pero aún no hay una decisión firme.

A día de hoy sigue sin haber una solución factible para las necesidades de los profesionales sanitarios y los pacientes del CAP Dr. Lluís Sayé. Un centro de salud que, en definitiva, integra diariamente unas consultas complejas ya que responde a las características socioeconómicas y sanitarias de la mitad de la población del Raval.

Antiguo sanatorio

“Pedimos tener un centro digno donde ejercer nuestra profesión y este no lo es por sus dimensiones y sus problemas estructurales”, explica la directora del CAP Lluís Sayé, Ana Romagosa. Y es que el CAP del Raval Nord parece mucho más moderno de lo que realmente es. Edificado entre 1936 y 1938, fue un sanatorio para tuberculosos puntero, en una época en la que la enfermedad causaba estragos en la población. Diseñado por los arquitectos Josep Lluís Sert, Joan Baptista Subirana y Josep Torres Clavé, constituyó uno de los pocos ejemplos de arquitectura moderna en el centro histórico de Barcelona, un modelo de edificación racionalista y funcionalista que quería desbancar al modernismo.

El dispensario fue restaurado en 1993 y actualmente alberga el CAP Dr. Lluís Sayé. Pero aún conserva las amplias terrazas para tomar los célebres 'baños de sol'; la antigua sala de actos y proyecciones, con su palco regio; y una hermosa biblioteca a dos niveles llena de viejos volúmenes de medicina. “Sin embargo, al tratarse de un patrimonio arquitectónico protegido, no podemos hacer las reformas estructurales necesarias para dar cabida a todos nuestros usuarios”, lamenta la directora.

Pequeño y difícil de adaptar

Los profesionales sanitarios del CAP Raval Nord explican que el centro se les está quedando pequeño y que la demanda de más espacio se nota especialmente en horas punta y en momentos estacionales claves, como las campañas de vacunación de la gripe en invierno. “Al no haber suficientes consultas, estamos usando las antiguas salas de radiología para la tuberculosis, sin ventilación ni ventanas”, comenta Romagosa. “También hemos más que triplicado el número de analíticas y la sala donde las hacemos está desbordada”, explica Núria Villanueva, enfermera y adjunta de dirección del CAP. “Prácticamente no tenemos salas de espera y utilizamos los pasillos -agrega - Y la recepción, que es muy pequeña, se colapsa enseguida y los pacientes tienen que esperar de pie”.

Tampoco la infraestructura del centro sanitario es la adecuada para un ambulatorio. Por ejemplo, no hay un acceso apropiado para personas con movilidad reducida en la misma entrada. “Las puertas son las originales pero esto significa que no se abren automáticamente sino hacia fuera y una persona que va en silla de ruedas no puede entrar a no ser que alguien le abra la puerta”, afirma Romagosa. También hay varias consultas en las que el tamaño de las puertas impide que pase una silla de ruedas o una camilla. “En situaciones extremas, cuando se ha tenido que trasladar un paciente al hospital los técnicos han tenido que llevarlo en volandas”, lamenta Villanueva.

Una prioridad sanitaria

Según fuentes del consistorio, buscar un nuevo emplazamiento para el CAP Raval Nord es una necesidad ya que se trata de uno de los centros prioritarios del Plan de Equipamientos Sanitarios que acordaron el Ayuntamiento y la Generalitat para el período 2016-2023.

Durante estos dos años, el distrito de Ciutat Vella, a demanda del Consorci Sanitari de Barcelona, ha propuesto varios emplazamientos que debían reunir las condiciones óptimas para construir un nuevo centro de asistencia primaria, y que debían estar necesariamente en la misma zona para acoger el mismo número de vecinos que se atiende actualmente en el Raval, un barrio denso y con pocos espacios libres.

Sin embargo, la mayoría no cumplían los requisitos idóneos, excepto la capilla de la Misericòrdia. “No es que queramos la capilla 'per se' sino que iremos de cabeza a allí donde el departamento de Salut considere porque necesitamos una solución inmediata”, afirma la directora del CAP Dr. Lluís Sayé. “Pero de ninguna manera es una guerra entre sanidad y cultura”, matiza.

Según los profesionales sanitarios, la necesidad de un nuevo CAP ya se veía a venir desde el 2006, pero las instituciones públicas parecen estar pasándose la responsabilidad las unas a las otras. Actualmente, según fuentes municipales, tras la última reunión se acordó que sería el Servei Català de la Salut quien debía proponer al Ayuntamiento emplazamientos alternativos y también se pactó revisar tres de las opciones ya estudiadas en su momento. Una de ellas es la ampliación de la actual ubicación por el sótano, algo que no agrada a los profesionales del centro. “Cada X años nos lo plantean pero es un proyecto que siempre se descarta”, explica Villanueva. “Creemos que los sótanos no cumplen las características de un ambulatorio y menos este, sin luz natural ni ventilación”, añade. “Cuando dejemos este centro deberemos pasar un luto porque es precioso y tiene mucha historia -concluye- pero es muy necesario que nos marchemos”.

El Raval, un condicionante complejo

<span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">El centro sanitario del Raval Nord atiende a diario a un gran número de consultas complejas que responden a una multiplicidad de factores. “El Raval tiene unos indicadores sanitarios muy malos debido a problemas socioeconómicos subyacentes”, explica el oncólogo César Serrano, vecino y paciente del CAP Dr Lluís Sayé. <strong>“Me parece muy alarmante que la esperanza de vida en este barrio sea casi cuatro años inferior al resto de Barcelona”, </strong>lamenta. Y es que “el código postal puede condicionar más la salud que el código genético”, agrega la enfermera y adjunta de dirección del CAP, Núria Villanueva.</span>