EL MERCADO DE LA MISERIA

Manteros de las Glòries: "Aquí somos cuatro desgraciados y mandan a cuatro coches para echarnos"

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Beatriz Pérez

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En los alrededores de la plaza de las Glòries, en un solar ubicado entre la Diagonal, la Gran Via y Ciutat de Granada, acostumbran a situarse cada día decenas de vendedores ambulantes. Son los otros manteros de Barcelona y proceden mayoritariamente de Marruecos, Argelia, Rumanía, Sudamérica. A diferencia de quienes venden en el centro de Barcelona (en la plaza de Catalunya, el paseo de Joan de Borbó, la Barceloneta...), que se dedican al 'top manta', los vendedores de las Glòries ofrecen a los viandantes productos de segunda mano que recogen en la calle. Por eso el suyo es conocido como el mercado de la miseria. Ellos denuncian que en Barcelona hay manteros de primera y de segunda, y que la Guardia Urbana no actúa igual con todos.

Sombreros, calzado, juguetes, radios, cremas solares y cosméticos, todo encontrado en la calle, es lo que se puede encontrar en el mercado de la miseria. "La policía es más dura con nosotros que con los del 'top manta', sí. Aquí somos cuatro desgraciados y vienen cuatro coches para echarnos", certifica Carlos (nombre ficticio), español de 91 años. Ha venido este sábado a Glòries a vender un casco de moto y dos sombreros. Carlos matiza, eso sí, que la policía no les pega, sino que los desaloja sin violencia. "Tambén tenemos problemas con los de los Encants. Nos denuncian y luego vienen aquí a las 7 de la mañana a comprarnos cosas que venden después ellos", critica. En mayo, de hecho, tuvieron un conflicto con los paradistas del mercado por situarse en las aceras de su entorno.

"A los vendedores del 'top manta' los dejan estar todo el día en la plaza de Catalunya y nadie los echa. Y eso que ellos tienen detrás a comerciantes que les venden sus productos y no pagan impuestos. A nosotros, sin embargo, nos echan cada día", relata desde las Glòries María, una mujer de mediana edad sudamericana, minutos después de la última redada policial. "Nos tratan como delincuentes, cuando vendemos cosas recicladas que encontramos en los 'containers'. No son cosas robadas, lo hacemos para sobrevivir", insiste.

Zapatos por un euro

Los vendedores del mercado de la miseria, al igual que los del 'top manta', aclaran que se dedican a este negocio por necesidad. "Venir a Glòries es el último recurso de todos los que estamos aquí -añade María-. Yo vendo zapatos por un euro... Nos maltratan bastante". Mohamed, que lleva 14 años en Barcelona y que nació en Marruecos, gana al día entre 5 y 7 euros. "Vendo ropa y chatarra. Lo que gano es para comer. No vivo en la calle, pero casi: en una casa abandonada", cuenta. Y, en referencia a los vendedores del 'top manta', dice lo mismo que sus compañeros: "Ellos venden ropa falsa, nosotros no".

María cree que uno de los motivos por los que las medidas de la administración municipal son, siempre según su percepción, más laxas con el 'top manta' que con el mercado de la miseria es porque los manteros del centro de Barcelona tienen un sindicato, el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes, y están mucho más organizados. "Nosotros no estamos asociados ni protegidos. Somos unos pobres infelices, unos desgraciados que hacemos esto para que nos complementar la pensión de final de mes", dice con pesar esta mujer. Aunque la mayoría de todos ellos no cobran siquiera una pensión.