ATRACO A DOMICILIOS

Una calle sufre tres robos diferentes en 15 días

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turull / Google Maps

Felipe Valenzuela

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El paseo de Turull, en el barrio de Vallcarca i els Penitents (Gràcia), está en el punto de mira de los ladrones. La calle de solo 650 metros ha sufrido tres atracos en menos de 15 días y los vecinos no saben qué hacer. El 'modus operandi' parece indicar que se trata de la misma banda: esperan a que los propietarios marchen y, entre las diez y once de la noche, entran destrozando puertas ventanas. Los ladrones se hicieron con 4.000 euros en joyas en el último de los atracos y para los propietarios, el mal de cuerpo no se va. "Lo importante no es el valor económico sino el sentimental, el miedo que se te queda no lo cubre el seguro", afirma uno de los afectados.

Varios vecinos se ha pronunciado respecto al alarmante tema.  "La vigilancia en esta zona es cero, tenemos coches aparcados desde hace tres o cuatro meses. La preocupación por la autoridad es mínima, inexistente -explica uno de ellos-. Tuvimos uno hace 20 días, otro hace dos semanas y el último fue el sábado 22 de julio". Al preguntarles sobre la presencia policial en el barrio, los vecinos afirman que es nula.

Trabajo de profesionales

El trabajo de los cacos está calculado. Primero sueltan a un ojeador que pasea por la zona y se fija en la rutina de los vecinos y en las casas que están vacías. Cuando las viviendas se quedan solas, acceden de forma violenta. "No rompieron solo el cristal, sino que destrozaron la ventana entera", explica uno de los afectados, quien se encontraba de viaje cuando sucedió el robo. "Destrozaron la valla, la ventana y la puerta de la habitación principal -explican los propietarios-. Tenían calculado el tiempo que pasa entre que suena la alarma y lo que tarda en llegar la polícia". Según los vecinos, no es casualidad que la manera de entrar y la localización de los crímenes coincidan.

Los ladrones se centran en objetos fáciles de llevar y fáciles de vender. "Solo cogen joyas y dinero, dejan todo lo que sea televisión u ordenadores", explican vecinos. Por el último robo, que tuvo lugar hace una semana, el propietario se muestra afectado pero no del todo sorprendido. "Ahora no hay sensación de seguridad en el barrio, pero nunca la hubo", afirma. A pesar de trabajar todo el día, no recuerda ver mucha presencia policial en el barrio. "El ayuntamiento tiene gran parte de responsabilidad, hay mucho abandono", apunta.

Un barrio dejado

"El consistorio se centra en mejorar unas zonas pero de otras se olvida y eso revela un poco cómo son en realidad -explica uno de los propietarios robados-. En la plaza de las Glòries, por ejemplo, invierten un dineral pero esta zona, que está detrás Park Güell y es invisible, no les importa". Los vecinos se quejan del alto flujo de vendedores ambulantes que pasan por el paseo Turull para acceder al parque y la impunidad con lo que lo hacen. "Es la entrada de servicio por decirlo de alguna manera", apuntan. Los vecinos no pueden evitar hablar sobre la horrible situación de la calle. "No tenemos acera, vamos por en medio de la calle y todas las curvas son ciegas, es un peligro", afirman.

Los recientes robos, según los vecinos, son una gota más en el vaso. "Aquí vive gente mayor y jubilados que ahora están con miedo", relatan. Para los afectados, la sensación de inseguridad se irá pero lo que les marca ahora es la imagen despreocupada que tienen del ayuntamiento. Solo en Barcelona, los robos a domicilios llegaron a superar los 5.300 casos en el 2017. "No hemos encontrado de golpe con una realidad que no conocíamos, nos quedamos con una sensación de ultraje, de violación", aseguran.

Por otra parte, varios vecinos del mismo paseo lamentan los hechos ocurridos pero niegan la falta de presencia policial en la zona. "Hemos tenido buena relación con los mossos después de los sucesos", explica uno de ellos. Los mismos residentes piden que no se califique al barrio de "peligroso" e "inseguro" por lo que se desentienden de cualquier calificativo denigrante relacionado con el Passeig Turull.

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