TRASLADO

Paradistas de la Abaceria viven con tensión su traslado a la carpa provisional

Denuncian carencias en la instalación que este viernes abre sus puertas al público

Mercat Abacería

Mercat Abacería / ALBERT BERTRAN

Toni Sust

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Los paradistas del mercado de la Abaceria estaban tensos este jueves. O por lo menos la inmensa mayoría. A pocas horas para la obertura de la carpa provisional, situada en el paseo de Sant Joan entre Indústria y Sant Antoni Maria Claret, en la que estarán varios años hasta que se complete la reforma del viejo mercado, los vendedores andaban este jueves atribulados: a mediodía, las paradas todavía no tenían electricidad, no funcionaban las cámaras de frío para el pescado y la carne, los lavabos no estaban en funcionamiento. Una nube de operarios proseguía a toda prisa los trabajos para concluirlos en el día.. 

No toda la carpa estaba en la misma situación. La parte de arriba, la que toca a Sant Antoni Maria Claret, estaba mucho más avanzada que la mitad inferior, hasta la entrada que da a la calle de Indústria. En principio, el mercado provisional tenía que estar abierto este jueves, pero se optó por retrasar 24 horas la entrada en funcionamiento. El sábado tendrá lugar la inauguración.

Nati Vila vende pescado: "Soy la cuarta generación. Es indignante que tengamos que abrir sí o sí. Siempre vienen de Sanidad a vigilar. Pero estos días no vienen". Como Nati, otro vendedor se pregunta si con la suciedad que hay ahora en la carpa la inspección daría su visto bueno a la obertura de la carpa.

“El mercado no puede abrir mañana”

"El mercado no puede abrir mañana", protestaba Nati, que decía que un pequeño sondeo entre 20 paradistas arroja un resultado concluyente: "La mayoría prefieren no abrir. Estaba previsto que el pasado lunes ya pudiéramos montar la parada. Al final no pudimos hasta el miércoles por la tarde", protesta. A su lado, Glòria, también pescadera pero que ya no seguirá, lanza un dardo a la alcaldesa: "A la inauguración vendrá la Colau como si estuviéramos conformes con lo que pasa, y no lo estamos".

"No nos venía de abrir mañana o pasado", opinaba Alexis Pairó, que vende bacalao y lo tenía en la parada a la espera de que la cámara frigorífica empezase a funcionar. Otros, como Rafael Álvarez, guardaban el género en la cámara del viejo mercado: "Tengo la ternera deshuesada. Tengo que venderla. Pero no creo que pueda abrir mañana. Ni yo ni nadie", decía. En su opinión, si alguno de los vendedores no puede levantar la persiana, el resto debería solidarizarse, aunque admitía que la situación de cada uno es distinta en función del género que maneje: "Los del pescado, si hoy ven que no podrán abrir ya no van a comprar esta madrugada y esperan. Otros no pueden esperar".

El vaso medio lleno

En contraste, con los citados anteriormente, la presidenta de los paradistas, Maribel Ampolla, pescadera, se mostraba optimista: "Supongo que algo faltará, pero tenemos que abrir. Peor que estamos ahora en el otro mercado no estaremos. Era sí o sí, teníamos que irnos. No había opción de abrir más días allí". Los hay que sí creen que la vía era que el viejo mercado estuviera todavía abierto.

"Estoy ilusionada y sé que esto saldrá adelante. En todos los mercados y las carpas provisionales ha pasado lo mismo", subrayaba Olga Agramunt, de la pollería Pili, vicepresidenta de los paradistas.

Más allá de las quejas por las prisas, los paradistas se muestran satisfechos con el que será su hogar laboral durante unos años. Porque ninguno parece estar seguro de cuánto tiempo estarán allí. Pero Nati sí sabe una cosa: "Aquí estaremos muy bien".

Horas después, Màxim López, gerente de Mercados del ayuntamiento, ha explicado a este diario que ya se habían resuelto gran parte de los problemas pendientes y ha calificado de "habitual" el nerviosismo por el traslado.