La movilidad urbana

Los ladrones de bicis frenan a los nuevos ciclistas en BCN

El 26% de personas dispuestas a pasarse a la bici lo harian si pudieran aparcarla de forma segura

bici aparcamiento bicis forma U al revés

bici aparcamiento bicis forma U al revés / Elisenda Pons

Óscar Hernández

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El robo de las bicicletas o de sus piezas (sillines y ruedas, sobre todo) es el principal freno para una mayor expansión de este tipo de vehículos en Barcelona. De hecho, esta es una de las principales preocupaciones de los ciclistas junto al problema también íntimamente relacionado de dónde aparcar el vehículo.

Los ciclistas consultados por el RACC suspenden la seguridad de los aparcamientos en U, las barras fijas que hay en la calle a las que se pueden atar con una cadena las bicicletas. Estas zonas de estacionamiento público, habituales en el centro de la ciudad, son continuo escenario de robos. Basta un paseo para comprobar como en muchas de ellas aparecen ruedas abandonadas aún atadas a una cadena o chasis sujetos sin el resto de los elementos.

Al 7% le quitaron la bici

La encuesta a 600 ciclistas que ha realizado el RACC para su Barómetro del ciclista urbano de Barcelona revela que al 7% de los ciclistas le han robado la bicicleta en los últimos cinco años. Y a uno de cada diez le han quitado algún componente de su vehículo de dos ruedas. De hecho, los ladrones de bicicletas utilizan simples cizallas (tenazas de gran tamaño) para cortar cualquier cadena. No se frenan ni ante las de tipo pitón, que cortan con sierras radiales portátiles.

El hecho de que el robo de una bicicleta sea castigado normalmente como un hurto y no con como un robo, y que la sanción penal sea menor, también favorece el auge de estas sustracciones. La existencia de un mercado negro de venta de estos vehículos robados, que casi nunca se pueden identificar por carecer de matrícula, tampoco ayuda.

El miedo al robo influye no sólo en un menor uso de la bicicleta sino también en la decisión de dónde dejarla. La encuesta confirma que el 83% de los ciclistas guardan la bicicleta en casa (el 70,4% dentro de su propio domicilio y el 12,6% en un párking en casa). Solo el 1,8% utiliza un aparcamiento de pago con plazas de bicicleta y el 13,4% opta por dejarla atada en la calle, ya sea en los aparcamientos U o unida a un elemento de mobiliario urbano, como farolas o papeleras.

Hay otro dato importante de cómo afecta la inseguridad a las dos ruedas: el 26%  de  las personas que estarían dispuestas a cambiar otros medios de transporte por la bicicleta lo harían «si pudieran dejarla en la calle con seguridad». «Los robos de bicicletas o de sus elementos actúan como elemento disuasorio en el uso habitual de este modo de transporte. Entre los no ciclistas, una mejora de la seguridad en el estacionamiento en la calle sería el motivo para cambiar a la bicicleta», se recoge en una de  las conclusiones finales del informe.

Junto a estaciones

Es por ello que la asociación de conductores reclama en las recomendaciones del estudio «mejorar la seguridad de los estacionamientos en la calle para evitar los robos de bicicletas». Y propone la creación de plazas subterráneas o la extensión del Bicibox, un sistema de armarios en la calle donde colocar la bicicleta. También sugiere «crear estacionamientos específicos masivos y vigilados en hubs de movilidad, como la estación de Sants y la plaza de Catalunya,  e impulsar el registro de bicicletas para minimizar el riesgo de robos y poder recuperar las bicis sustraídas».

Josep Mateu, presidente del RACC, aseguró ayer que su entidad se ha fijado «en otros sistemas de aparcamientos de bicicletas en otras ciudades para intentar encontrar una solución» .

Barcelona dispone de 26.158 plazas para estacionar las bicicletas en el espacio público (las de los soportes tipo U) y otras 1.203 en espacios vigilados (aparcamientos B.SM y Saba y plazas en estaciones de transporte público), según el estudio del RACC.