BARCELONEANDO

Manuel Valls ya está aquí

En Badalona tienen un aparcamiento con el nombre del exprimer ministro francés que rinde homenaje a un primo de su padre

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Carlos Márquez Daniel

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Ya se habrán dado cuenta por la foto de Danny Caminal de que el titular es un poco tramposo. Sí, es cierto, Manuel Valls ya está aquí. Pero no, no es el exprimer ministro francés que deshoja la margarita sobre sus opciones de concursar a la alcaldía de Barcelona bajo la bandera naranja de Ciutadans. Lo que presentamos hoy es un aparcamiento municipal que se llama igual que él y que está en Badalona. Pero una cosa no quita la otra, porque ambos, el párking y el político, tienen una historia que contar. Incluso habrá quien quiera ver algún que otro paralelismo.

Vaya por delante que la excursión parte de un tuit del periodista Jordi Ribalaygue, que fue quien se fijó en lo curioso del caso. "¿Párking unionista?", se preguntaba. Se imponía cruzar el Besòs para desvelar los misterios de este contenedor de coches. Seguro que hay más gente que ha hecho cosas y que se llama Manuel Valls. Quizás fuera un líder vecinal, o un concejal de esos que se dejaron la piel en tiempos de estrecheces, o un empresario altruista. O un alero mítico de ‘la Penya’. Nada de todo eso. En este caso, el aparcamiento rinde homenaje, según confirma el propio ayuntamiento, al compositor y músico de cuya cabeza salieron las notas del himno del Barça. Ni más ni menos. Nació en Badalona en 1920, lo que le convierte en serio candidato a que esta ciudad le dedique un espacio, ni que sea algo tan poco ‘nostrat’ -pero sí muy concurrido- como un párking público. ¿Y no tiene nada que ver con el Manuel Valls que todos conocemos? Lo tiene: era primo hermano de su padre, el pintor Xavier Valls. Círculo sanguíneo cerrado.

Hechas las presentaciones, es momento de meterse bajo tierra. Dentro del aparcamiento atiende un hombre de extrema amabilidad que responde al nombre de Alfonso. Detalla que el lugar dispone de tres plantas y 250 plazas. Hay un poco de todo, pero la mayoría de ellas son concesiones a 50 años. Solo 57 huecos son de rotación, ocupados en su mayoría por los que vienen al CAP Doctor Robert, sito a pocos metros de la entrada. Estamos, por cierto, en el barrio de Dalt de la Vila, donde sorprende la mezcla entre la Badalona más medieval y edificios de nuevo cuño con pinta de protección oficial, con esas zonas verdes que con el paso de los años se quedan en zonas.

Antonio pasea con las manos en la espalda. Lleva gorra y camisa de manga corta con bolsillo. Su señora está en centro de salud "haciéndose un chequeo". Él suele esperar fuera, dando largos paseos por la sombra. Dice que esta plaza siempre estuvo mal resuelta, y que parece mentira que haya tan pocos árboles. "Los niños aquí en verano se quedan cocidos". Sobre el Manuel Valls catalano-francés dice no saber nada. Sobre el aparcamiento: "Muy útil, pero nosotros siempre venimos andando, nos lo pidió el médico y son 20 minutitos". 

Ratas y basura

Aquí donde hoy está el aparcamiento antes todo eran campos. Por decirlo suavemente. Montserrat, una señora mayor que vive en Mestre Antoni Nicolau y que usa un andador con gran destreza, prefiere decir que esto estaba "lleno de mierda y ratas". "Lo tenían dejado de la mano de Dios, era un vertedero. Si le digo la verdad, era asqueroso". Cuenta que vive con uno de sus dos hijos. "Me dijo: mamá, yo me quedo contigo para hacerte compañía". Con su difunto esposo se marcharon a Barcelona, pero aquello era inmenso y las distancias eran enormes. Volvieron a Badalona. Y a finales de siglo les hicieron el aparcamiento. 

Como suele pasar en estos casos, a la obra del párking le siguió la urbanización de la superficie. Se generaron dos niveles para salvar el desnivel de la zona, muy cercana a la autopista C-31, que forma parte de la banda sonora del barrio. Hay una zona infantil sin niños y una área para perros sin animales. "Esto está siempre vacío, no se mataron demasiado para que fuera cómodo para los vecinos", se queja un cliente de la Granja Nicolau, el único bar con vistas a Manuel Valls. En los edificios hay 'estelades' y banderas españolas. Bastante repartido. Y en unos bajos, una sede de ERC con un '155' pintado en la persiana.

Sería un detalle que el exprimer ministro francés, si decide aceptar la oferta de Ciutadans, celebrara aquí su mitin metropolitano. Pero esa decisión, y perdonen el chiste malo, está por ahora aparcada