CONSECUENCIAS DEL MAYOR TRÁFICO AÉREO EN VERANO

El control de pasaportes de la T-1 genera las primeras colas del verano

Colas en el control de pasaportes del aeropuerto FOTO ALBA ROIG

Colas en el control de pasaportes del aeropuerto FOTO ALBA ROIG / TWITTER / ALBA ROIG

Óscar Hernández

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El control de pasaportes de la terminal 1 (T-1) del aeropuerto de El Prat para los pasajeros que salen de Barcelona está registrando esta semana colas superiores a las habituales, aunque Aena sostiene que no superan los límites máximos previstos de 30 minutos de demora. Sin embargo, una pasajera, Alba Roig, ha explicado a este diario que el lunes ella misma padeció una retención de 45 minutos en este filtro policial y que algunos pasajeros perdieron sus vuelos.

Los retrasos parecen motivados por cambios en la ubicación de las cabinas de control de pasaportes. "Hasta ahora se podía acceder por ambos lados, a izquierda y derecha después del control de seguridad, pero el lunes solo estaba abierto el lado derecho, donde hasta había cintas para controlar la gran cantidad de gente", ha indicado Roig. Aena ha reconocido que se están haciendo mejoras en ese control, pero que este depende exclusivamente del Ministerior del Interior, no del aeropuerto.

La posible demora en las cabinas de acceso a la zona de vuelos internacionales tiene que tenerse siempre en cuenta cuando hay que embarcar en un vuelo en el que se necesita pasaporte. Por eso es importante llegar al menos dos horas antes y acordarse de pasar este segundo filtro de seguridad a tiempo para dirigirse a la puerta de embarque y no quedarse en la zona de bares, tiendas y restaurantes mas tiempo del necesario.

Mil vuelos cada día

Estos días, como cada verano, están aumentando los vuelos en el aeropuerto barcelonés, donde ya se superan las mil operaciones diarias entre despegues y aterrizajes. “En el control de pasaportes tenemos las esperas habituales por estas fechas y que en hora punta son de 20 a 30 minutos”, ha indicado un portavoz del aeropuerto. Esta retención afecta solo a los pasajeros que viajan a destinos no europeos o no incluidos en la zona Schengen y, por tanto, los únicos en los que se exige un control de pasaportes previo al embarque.

Normalmente, unos cuatro policías nacionales comprueban en cabinas la documentación de los pasajeros antes de que estos accedan a la zona de salidas internacionales. En este control los agentes escanean el pasaporte (para comprobar que el titular no tenga causas pendientes que le impidan viajar) y comprueban que sea la misma persona que aparece en la fotografía.

El segundo filtro

El año pasado también en el control de pasaportes del aeropuerto barcelonés se registraron importantes colas, de más de una hora. Ya entonces desde la  Generalitat se criticó que el número de policías nacionales dedicados al control era insuficiente. No faltó quien vio  una cierta intencionalidad en esta limitación de medios humanos dada la crisis institucional entre Catalunya y el Estado.

Este control de pasaportes no tiene nada que ver con el primer filtro de seguridad que se encuentra el viajero al llegar al aeropuerto, entre le zona de facturación y la de embarque, donde el verano pasado se registraron auténticos calvarios por la hulga de celo de la empresa Eulen.

Ya no está Eulen

Estos días este primer filtro está funcionando con fluidez. Fuentes del aeropuerto han indicado que la nueva empresa de seguridad adjudicataria ha incrementado en una persona la dotación de cada una de las vías de control de escáner y arco de metales, con lo que se logra más fluidez. Ahora hay seis vigilantes en vez de cinco en cada vía de paso.

Este requisito de incremento de personal fue incorporado en las condiciones del último concurso público para acceder a este servicio, que desde hace mucho ya no ejerce la Guardia Civil, que sí  lo supervisa, sino empresas privadas de seguridad.