Así son los pisos prefabricados tipo Ikea que hará Colau en Barcelona

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Patricia Castán

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Por dentro uno podría creerse que está recorriendo Ikea: no falta detalle en comedores, cocinas y habitaciones, donde se imponen líneas modernas y tonos naturales, todo muy nórdico. Como de anuncio. Pero aquí lo que se 'vende' no son muebles, sino espacios para vivir. Se prometen "funcionalidad, sostenibilidad y calidad" para fabricar -porque el proceso es industrial- los pisos públicos más innovadores de Barcelona. Unas viviendas prefabricadas que vertebrarán tres edificios de alquiler en el 2019 en los barrios de La Bordeta (en Can Batlló), El Parc i la Llacuna del Poblenou y el Gòtic Sud, y que ahora pueden palparse y 'vivirse' en la exposición que ha montado el Ayuntamiento de Barcelona para arrojar luz sobre sus APROP (alojamientos de proximidad provisionales).

Como dos grandes contenedores, los dos prototipos (de una y de dos habitaciones) se han ubicado junto al centro Disseny Hub Barcelona, en Glòries. Con tanta gracia y buena orientación que casi dan ganas de instalarse. En su interior nadie diría que se trata de estructuras ligeras y de construcción rápida. Parecen cómodos y juveniles hogares de 29 y 58 metros cuadrados. Hace una década, cuando la ministra Trujillo propuso construir minipisos de 30 metros cuadrados le llovieron los insultos, por la supuesta "indignidad" de la medida. Pero los tiempos cambian y ahora es la alcaldesa Ada Colau quien apuesta por esta prueba piloto para ganar vivienda social en una ciudad "tan densa" y encarecida que toca ponerse creativo.

La oposición municipal le criticó que invente "barracones" para dar salida a emergencias habitacionales, pero el ayuntamiento deja claro que estas son soluciones complementarias, "provisionales" y rápidas, mientras se construyen edificios permanentes, y en el marco del plan de Derecho a la Vivienda. 

Otras ciudades

La idea no es original, se insiste, ya que ciudades como Berlín, Copenhague, Londres o Amsterdam ya han desarrollado contenedores o formatos modulares que permiten construcciones temporales y más económicas para aliviar la demanda de hogares asequibles. Solo que en los casos expuestos se aprecia que su uso suele ser como residencia estudiantil y concentrado en una zona. Por contra, en la capital catalana se pretende extender a "solares temporalmente en desuso" de todos los distritos, según ha explicado la concejala de Derechos Sociales, Laia Ortiz. Y es que los usuarios en la ciudad serán de amplio espectro y edad: desde personas solas a familias "con dificultades para acceder a la vivienda en el entorno donde están arraigados". Cuando el solar se necesite se podrán trasladar a otro punto. Se alquilarán por una media de 250 euros, pudiendo ser sin coste en casos graves.

La alcaldesa parte de la idea de que es prioritario mantenerse en el barrio donde uno ha vivido, una filosofía menos compartida en otras grandes metrópolis extranjeras, con más porcentaje de vivienda de alquiler (y de mudanzas) donde los jóvenes se emancipan antes.

Los culpables del déficit

El montaje se ilustra con paneles informativos en los que se arremete contra la burbuja inmobiliaria que "provocó que cientos de miles de personas fueran desahuciadas de sus hogares", contra la reforma de la LAU que redujo a tres los años de los contratos de arrendamiento, y contra el Estado, por haber recortado un 70% la inversión en vivienda.

La muestra (hasta el 29 de julio y con actividades complementarias en torno al problema de la vivienda) sirve también para que el ayuntamiento saque pecho por su plan de impulsar 66 promociones con 4.500 viviendas públicas hasta el 2021, pese a que la ciudadanía suspenda al consitorio en este asignatura. La ciudad, como el Estado, acumula un grave déficit al respecto. Colau ha enfatizado hoy que "por cada 100 euros que el ayuntamiento destina a vivienda, el Govern pone 23 y el Gobierno central 10". Un esfuerzo inasumible que la ha llevado a reclamar a las dos renovadas administraciones "recursos". "Con presupuesto en pocos meses podriamos tener cientos de pisos", ha dicho.

Y es que los módulos se pueden construir en medio año, garantizan accesibilidad, priorizan materiales reciclados y tienen eficiencia energética. Se rematan con cubiertas verdes o huertos urbanos en la azotea y espacios comunitarios -a pactar con los barrios- en sus bajos. Para acceder a estos alquileres habrá que estar inscrito en el registro de solicitantes de vivenda de proteccón oficial.