BARÓMETRO DEL GESOP

Los barceloneses suspenden la política de vivienda de Colau

Barómetro GESOP municipales Barcelona -  vivienda

Toni Sust

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Ada Colau se convirtió en alcaldesa de Barcelona por su pasado, y el activo que este representaba, como luchadora por el derecho a la vivienda. Con ella al frente, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) fue el movimiento social con más peso en la calle: acompañó a los desahuciados por impago, detuvo desalojos cuando nadie lo hacía y propició cambios legislativos que el Gobierno central rehuía. Con este currículum, de Colau se esperaba que diera un peso significativo a la vivienda. Ha hecho un plan para incrementar la vivienda asequible de alquiler, ha apostado por la rehabilitación.

El caso es que según el Barómetro Municipal del GESOP los barceloneses solo suspenden mayoritariamente la gestión del consistorio en un ámbito sectorial: el de la política de vivienda, que recibe un 4,2. Un 46,2% de los encuestados la suspende, un 30,6% la aprueba, un 14,6% le da un notable y un 5,5% no sabe o no contesta.

Nota media de gestión: 5,5

Los barceloneses dan un aprobado a la gestión del ayuntamiento en general. Es medio punto superior a la que recibía en la encuesta de hace un año. Un dato que contrasta con la nota personal de Colau, que baja del 5,5 de mayo del 2017 a un 5,2. Los encuestados combinan optimismo con decepción. La mitad, un 49%, considera que la ciudad ha empeorado en el último año, en tanto que un 27,8% cree que ha mejorado y un 19,3%, que está igual. Es el peor registro de la década en este apartado. En mayo del 2017, un 38,3% veía Barcelona peor que 12 meses atrás, un 32,3% la veía mejor y un 25,1%, igual.

En cambio a la pregunta de si Barcelona mejorará o empeorará durante el año que viene, los ciudadanos invierten un tanto la proporción: un 37,9% opina que la ciudad irá a mejor, un 32,9% que irá a peor y un 9,5% que irá igual.

En la gestión de la seguridad, últimamente marcada por la crisis de los narcopisos, el consistorio aprueba con un 5,4: un 30,4% la suspende, un 32,2% le da un aprobado, un 29,8% la puntúa con un notable y un 6,8% la juzga excelente. Pero cuando se pregunta a los ciudadanos por la crisis de los narcopisos en sí misma el resultado es distinto: la nota baja a un 3,7. Un 54,8% suspende la gestión municipal en este punto, que el 19,3% aprueba y el 13,9% puntúa con un notable. Más notas: en turismo, aprobado raspado, un 5. En convivencia y cohesión social, un 5,7. Un 5,3 para la gestión del espacio público.

Por recuerdo de voto, los que apoyaron a Barcelona en Comú en las municipales del 2015 son los únicos que respaldan la política de vivienda. Es de suponer que el suspenso ciudadano a la gestión de Colau en este apartado está influenciado por la actual crisis de la subida de los precios de los alquileres, que está traduciéndose en una gran dificultad por parte de los inquilinos para renovar sus contratos. El gobierno de Barcelona en Comú subraya que apenas tiene armas para combatir este problema, que escapa a su competencia. Pero el problema de ese discurso es el de siempre: si Colau no tiene competencias para atacar la subida de alquileres, y por lo tanto no es culpa suya, tampoco lo era de su antecesor, Xavier Trias, ni lo será de próximos alcaldes.

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Probablemente ajenos al debate competencial, como es lógico, los barceloneses se centran en el problema. Según la encuesta del GESOP, los ciudadanos suspenden con una nota de 3,2 la gestión del gobierno en relación con la subida de los alquileres. Un 62,2% le da un 4 o menos, un 21,4% la aprueba y un 8,6% le otorga un notable.

Franquismo, tráfico, supermanzanas

El sondeo pregunta también por otras actuaciones del ayuntamiento que han generado controversia. En el caso de los cambios de nombre de calles que llevaban el nombre de personajes del franquismo y épocas anteriores a este, el consistorio recibe un 6,2, aunque se aprecia cierta polarización: casi uno de cada tres encuestados, un 27,3%, suspende esta actuación, un 17,1% la aprueba, un 19,3% le da un notable y un 33% la juzga excelente. La limitación de tráfico en días de alta contaminación recibe un 6,1 y la creación de las supermanzanas suspende por una décima, 4,9.