ESTABLECIMIENTO EMBLEMÁTICO

El restaurante Pitarra ya se ha convertido en el 'Scruffy Murphy's Irish Pub'

El local de la calle Avinyó ha cambiado hoy su rotulación y mobiliario

Nueva rotulación del antiguo restaurante Pitarra.

Nueva rotulación del antiguo restaurante Pitarra. / FERRAN NADEU

El Periódico

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El cartel de Can Pitarra ya es historia. El local de la calle Avinyó que en su origen fue la 'rebotiga', tertulia literaria y relojería del autor teatral Frederic Soler, 'Pitarra', luce ya un cartel con su nuevo nombre: 'Scruffy Murphy's Irish Pub'. También nueva carta (de la cocina barcelonesa tradicional a la cerveza Guiness y las hamburguesas) y mesas y butacas adaptadas a su nueva identidad.

El local fue comprado hace unos meses por un inversor irlandés, propietario del bar de la plaza Universitat George Payne y socio del Kitty O'Shea's de Les Corts. Según los propietarios, la intención es mantener sin ninguna modificación el altillo en el que sus anteriores propietarios habían reproducido el ambiente de la trastienda de Pitarra, y conservar allí elementos relacionados con la figura del autor teatral catalán.

La transformación levantó críticas en el seno del Ayuntamiento, con ERC y el PDECat reclamando nuevas figuras de protección patrimonial para establecimientos de este tipo. El distrito de Ciutat Vella recordó que el nuevo proyecto debía estar de acuerdo con la licencia de restaurante de que dispone. 

El popularizador del teatro en catalán

Frederic Soler empezó a trabajar a los 14 años en la relojería que heredó de su tío, en la calle Avinyó de Barcelona. Paralelamente empezó a firmar a partir de 1856 obras teatrales de temática humorística y popular en catalán, con el seudónimo de Serafí Pitarra, hasta que en la década de 1870 fue aceptado en los círculos conservadores de los Jocs Florals. Pitarra fue también empresario teatral, abriendo el Teatre Romea al teatro en catalán. La trastienda de su relojería acogió una tertulia literaria y política frecuentada por personajes como Anselm Clavé, Valentí Almirall o Vïctor Balaguer. Una estatua en su honor erigida por suscripción popular preside desde principios de siglo la plaza del Teatre, en la Rambla.

Pitarra falleció en 1895 y su relojería y trastienda fueron traspasadas ya en 1890 y transformadas en restaurante, con sucesivos propietarios que apenas dejaron rastro de su pasado literario hasta que, a partir de los años 70 sus propietarios hasta hace unos meses, los hermanos Roig decidieron recuperar la relación del local con el autor teatral. Desde el ambiente de la 'rebotiga' donde Pitarra escribía y mantenía tertulias literarias en el altillo del local hasta retratos, manuscritos y ediciones originales de algunas de sus obras o el escudo original de la relojería, un gato negro (en alusión a las 'gatades', o comedias del autor) sobre el escudo de Barcelona y el lema con el que ha estado abierto el local durante las últimas décadas: 'Rebotiga d'en Pitarra. Bressol del Teatre Català'.