INDIGNACIÓN

La Verneda se manifiesta contra la puesta en libertad de Gregorio Cano

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Beatriz Pérez / Barcelona

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Unas 150 personas del barrio de la Verneda i la Pau (Sant Martí) se han concentrado este jueves por la tarde para mostrar su rechazo a la salida de prisión de Gregorio Cano Beltri, el 'violador de la Verneda'. Cano había salido de prisión la noche antes tras cumplir 20 años entre rejas por 17 agresiones sexuales y 40 tentativas.

"He sido la primera en llegar y estoy aquí por mis dos hijas. Tengo mucho miedo", cuenta Fina, indignada. "Este hombre no puede estar en su casa porque no está rehabilitado. O prisión, o centro psiquiátrico", añade para, a continuación, gritar con furia junto al resto de las manifestantes: "No tenim por! Vergonya de justícia!".

Las mujeres, de diferentes edades y generaciones, son las grandes protagonistas de la concentración de la Verneda que lleva el sello de la lucha feminista de los últimos meses. 'Violadors: ni a la Verneda, ni enlloc' es una de las pancartas más visibles en un acto que lleva por grito principal el ya tan conocido "No es no".

A todas estas vecinas de Barcelona les une el rechazo a la puesta en libertad de Gregorio Cano, quien tiene un alto riesgo de reincidencia porque no se le considera rehabilitado. Todas ellas tienen, además, en sus mentes y corazones la indignación por la sentencia de 'La manada', conocida hace justo una semana. "Hemos llegado a un punto en que en el acto sexual tiene que haber sometimiento", critica Maite, que tiene una nieta de 20 años.

Al lado, Cristina escucha la conversación e interviene: "Yo vengo aquí por mis hijas. Este hombre vive por mi zona. Siento mucha rabia... Si estas cosas les hubieran pasado a las hijas de estos jueces, no sé qué opinarían". Y frente a ellas, una joven muestra un cartel inequívoco: 'Jo no he de vigilar, que vigili ell'. 

Repulsa y miedo

En un momento dado, las manifestantes se desplazan a la vivienda de Gregorio Cano, situada a pocos metros de allá. Justo al llegar a la puerta principal, más fuerte que en ningún otro momento resuena el "No es no". "Este verano vuelve a hacerlo", comenta un vecino en medio de la multitud. "¡Cobarde!", grita de repente una mujer, cuando se ve una silueta en el balcón de la casa del violador. Y todas las demás se unen.

Muchos no tienen dudas de que Cano actuará de nuevo y no solo la repulsa, sino también el miedo a que esto suceda es lo que ha llevado al vecindario de la Verneda a movilizarse menos de 24 horas después de salir de la cárcel. "No está bien que tenga que haber otra víctima para que este hombre regrese a prisión", comenta una vecina que lleva 40 años en el barrio y que prefiere mantener su anonimato.

"Esta es la primera vez en mi vida que vengo a una manifestación. No he ido a ninguna otra otra. Yo sé lo que es esto", confiesa visiblemente emocionada mientras sujeta una pancarta que reza: 'Que la por canviï de bàndol'. "Desde lo de 'La manada' estamos todas muchas más unidas", concluye.

La Verneda está reviviendo ahora un miedo que creía guardado en el cajón de los años 90, cuando el violador actuó. Una vecina, ya anciana, recuerda aquella época. "Yo iba a buscar a mis hijas con un palo a la parada de bus", relata. Al barrio no le basta que los mossos vayan someter a una vigilancia no invasiva a Gregorio Cano ahora que está en libertad. Piden, sin ambages, su regreso a la cárcel.