precampaña municipal

Mejías, Pisarello y el francés

Lejos de sentirse cuestionada, la actual jefa de filas de Ciutadans en BCN se abre a acompañar a Valls si es candidato

Carina Mejías.

Carina Mejías. / periodico

Toni Sust

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Licenciada en Derecho, procuradora de los tribunales durante más de 20 años, Carina Mejías empezó en política con el PP, partido del que fue concejala en el Ayuntamiento de Barcelona y diputada en el Parlament. Tras cambiar de aires, fue también diputada de Ciutadans en la Cámara catalana, a partir del 2012.

Su líder, Albert Rivera, le pidió que fuera la candidata municipal en el 2015 y logró un buen resultado: la entrada en el consistorio de Ciutadans por primera vez y con cinco concejales (Jordi Cañas lo intentó en el 2011 y no obtuvo representación). El partido se convirtió así en la tercera fuerza del ayuntamiento, aunque ha tenido poco recorrido adicional: la oposición municipal es un duro desierto en el que uno sobrevive como puede si sus votos no son imprescindibles.

Una vez se supo que Manuel Valls había sido tentado por Rivera para sustituirla, Mejías reaccionó con rapidez y fair play, apostando por la paz social: afirmó que era una opción ilusionante y se mostró dispuesta a trabajar bajo el mando del exprimer ministro francés: “Lo que queremos es ganar y creo que en estos momentos con su incorporación estamos en situación de poder ganar la alcaldía”.

Pulla en el pleno

Mejías no solo es oposición, es quizá la concejala –o concejal- que peor relación tiene con la alcaldesa, Ada Colau, y su mano derecha, Gerardo Pisarello. Pisarello, como buen número dos, se encarga de los rifirrafes con los rivales de Barcelona en Comú.

Y así lo demostró en el último plenario municipal, celebrado el pasado viernes, cuando replicó a un dardo de Mejías contra el gobierno de Colau advirtiéndola de que quizá aquel no era el día para que la presidenta del grupo de Ciutadans vertiera críticas. Con la particularidad de que se lo dijo en francés, en una obvia alusión a la nacionalidad del hombre que podría convertirse en cabeza de lista en su lugar. “Tiene usted un enorme mal  gusto”, contestó la concejala.