desalojo de la acampada

Regreso al cajero automático

Desalojados los campamentos de la Plaça de Catalunya

Desalojados los campamentos de la Plaça de Catalunya / .42981125

Beatriz Pérez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Con la vista puesta en la Diada de Sant JordiDiada de Sant Jordi del próximo lunes, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido pasar a la acción y desalojar este miércoles las dos acampadas reivindicativas (la de personas sin hogar, Acampada X Drets, y la de independentistas, Acampada X República) que llevaban semanas instaladas en la plaza de Catalunya. Pero el refrán no sirve porque, en este caso, muerto el perro, no se ha acabado la rabia, con perdón por la crudeza.

Especialmente es así en el caso de los sintecho, cuyo desalojo no soluciona la problemática, sino que simplemente la traslada. Por paradójico que resulte, unas 20 personas sin hogar (las que pernoctaron la última noche) han pasado este miércoles de la plaza... a la calle. Entre otros lugares, claro. "Yo me vuelvo al cajero", señalaba Abdelklim Khalil, marroquí de 50 años y uno de los desalojados. "Sigo perdido. No quiero irme a un albergue, quiero una habitación", contaba este hombre que trabaja como intérprete de la policía y que domina varios idiomas.

Peor parece el caso de Jaime Pubill, de 54 años. Hasta hace pocos días, dormía en los soportales del paseo de Picasso, pero la policía lo echó. Y ahora lo han desahuciado también de la plaza de Catalunya. No es fácil decidir a dónde ir. "Mi madre me ayuda con su pensión, yo no tengo ninguna. Tampoco puedo ir con ella, pues vive con un hombre. Cuando me separé me quedé sin nada", relataba Pubill. Pese al desalojo, logró guardar su tienda de campaña, que montará no sabía aún dónde.

"Por desgracia, estamos acostumbrados a que nos echen de los sitios donde dormimos", contaba Miky, portavoz de la Acampada X Drets, mientras se dirigía a la parroquia de Santa Anna, a pocos metros de la plaza. Sobre las 11 de la mañana y tras la tempranero expulsión, que se produjo de manera pacífica y sin resistencia, muchas de las personas sin hogar acampadas acudieron a esta iglesia para desayunar. Otras simplemente lo hicieron para cargar móviles o dormir en los bancos de madera de su interior.

Desde Santa Anna, Sheila, de 27 años, explicaba que Acampada X Drets no descarta volver a la plaza después de Sant Jordi e incluso que ese día haya un punto de información acerca de sus reivindicaciones, como les ha sugerido el ayuntamiento. "Los servicios sociales son limitados. A personas que llegan en sillas de ruedas las dejan estar en un albergue tres días y después las echan. Queremos ya soluciones al sinhogarismo", reclamaba.

Visibilización de un drama

El mérito de la Acampada X Drets, aunque finalmente haya tenido que abandonar la plaza de Catalunya, es que le ha pasado a toda Barcelona por las narices el drama de las personas sin hogar. Son entre 1.000 y 1.100 las que duermen en la calle en la ciudad. Y, más allá de esto, ha visibilizado más que nunca las calamidades de la vivienda, problema que se ha agravado en los últimos años debido al obsceno aumento de los alquileres.

La Síndica de Greuges, Maria Assumpció Vilà, presente en un momento del desalojo, expresó ante la prensa una realidad vergonzante: "Hay gente que tiene trabajo y que está durmiendo en la calle". Es el caso de Iliana, ucraniana de 65 años y una de las (hasta este miércoles) acampadas en la plaza de Catalunya. Hace días explicaba a este diario que trabaja tres días a la semana en un café-bar. Su sueldo ronda los 300 euros, de los que envía una buena parte a su hijo en Ucrania.

Si bien la Síndica reconoció que la situación en la plaza de Catalunya se había vuelto "insostenible" porque generaba problemas de "salubridad y convivencia", ha instado al consistorio a no desentenderse del asunto. "Ayuntamiento y demás instituciones deben hacer un esfuerzo y dar respuesta a esta gente".

Juntos por seguridad

Aunque la Acampada X Drets tenía un perfil reivindicativo, lo cierto es que gran parte de sus miembros no eran activistas del sinhogarismo. Se demostró este miércoles, cuando la mayoría, obedientes, recogieron sus tiendas de campaña sin rechistar a petición de la Guardia Urbana. "No recojáis las tiendas. Las tiendas son nuestra protesta, ¡no tenemos casa!", les increpaba Miky. "¡No las desmontéis, no se lo podemos regalar!", insistía.

Y es que, para muchos de quienes durante estos dos meses y medio han dormido al raso en el corazón de Barcelona, formar parte de la acampada significaba algo tan sencillo y a la vez importante como una mayor seguridad por la noche. "No nos interesa separarnos porque juntos nos defendemos unos a otros. Estamos más protegidos", reconocía Sara, de 31 años. Y a su lado Miky asentía. "Nuestros derechos se violan constantemente por el hecho de estar en la calle. Hay gente a la que pegan palizas, a la que incluso prenden fuego".

En el recuerdo de toda la ciudad permanece aún Rosario Endrinal, una mujer sin hogar que dormía en un cajero automático de La Caixa del distrito de Sant Gervasi y a la que tres jóvenes quemaron viva en el 2005.

Pisarello considera "adecuado" el desalojo 

El primer teniente de alcalde Barcelona,<strong style="font-family: PTSerif-Bold;"> Gerardo Pisarello</strong>, <strong style="font-family: PTSerif-Bold;">ha calificado de “adecuado” el desalojo de las acampadas de independentistas y sintecho en la plaza de Catalunya,</strong> que se ha producido este miércoles y que ya estaba anunciado. Pisarello ha afirmado que el desalojo <strong style="font-family: PTSerif-Bold;">“tenía como objetivo evitar problemas de insalubridad y garantizar un uso razonable del espacio”</strong>, teniendo en cuenta que la zona albergará en unos días grandes concentraciones de público con motivo de<strong style="font-family: PTSerif-Bold;"> la celebración de Sant Jordi.</strong>