NUEVA CONTRATA DE LIMPIEZA

Barcelona apuesta por premiar en el futuro a quien recicle mejor

Una mujer deposita residuos en contenedores, en la calle Pujades, en Barcelona.

Una mujer deposita residuos en contenedores, en la calle Pujades, en Barcelona. / periodico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Gobierno de Ada Colau ha propuesto que el nuevo contrato de limpieza 2019-2027 incluya contenedores con sensores que indiquen cuándo quedan llenos para optimizar rutas y que preparen el sistema para poder aplicar en el futuro mecanismos para premiar a los ciudadanos que realicen correctamente la separación selectiva de la basura.

La propuesta de contrato, que iniciará su itinerario administrativo este miércoles en la comisión de Ecología, no aborda ni penalizaciones ni bonificaciones por estas conductas, pero sí posibilita incorporar elementos que incentiven en el futuro el reciclaje, con el objetivo de pasar del 36% de recogida selectiva al 60%, ha señalado en declaraciones a los medios este lunes la teniente de alcalde de Ecología, Janet Sanz, junto al comisionado Frederic Ximeno.

Ximeno ha explicado que los mecanismos  incluyen sistemas como tarjetas para abrir los contenedores o chips en las bolsas, y ha añadido que los contenedores tienen que estar preparados para aplicar sistemas en el futuro, ya que el contrato es de ocho años prorrogable a dos más, y  en una década habrá cambios técnicos relevantes. El presupuesto de licitación es de 307 millones anuales -más del 10% del presupuesto municipal- y se prevé que el contrato entre en vigor en noviembre del próximo año, cuando los contenedores empezarán a incorporar sensores que avisarán de cuando estén llenos, lo que permitirá mejorar rutas y su ubicación.

Blindaje contra irregularidades

El comisionado ha dicho que también se incluirán automatismos para garantizar el seguimiento y control permanentes -como GPS-, y que la propuesta de contrato también apuesta por ampliar progresivamente el sistema de recogida puerta a puerta -también la comercial- y reforzar la recogida en núcleos históricos, entre otros objetivos. 

Para evitar malas praxis, el nuevo contrato elimina el sistema de pago a la empresa según topes -con un precio hasta cierta cantidad y menos a partir de esta- y habrá un pago fijo que bonifique en función de los kilos de selectiva que se recojan, ha destacado Ximeno. 

"Hace pocos meses salían a la luz casos de posibles fraudes vinculados a la recogida y la limpieza. Hemos querido asegurar que las administraciones nos fortalecíamos con todas las herramientas", ha dicho Sanz en referencia a posibles incumplimientos de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). 

Sanz ha recordado que por ley solo se puede rechazar otorgar un contrato a una empresa si está condenada por corrupción o fraude con una sentencia firme. Sobre la posibilidad de remunicipalizar el servicio, ha dicho que todos los estudios lo han desaconsejado por el volumen de su presupuesto y empleados.