LOCALES CENTENARIOS

El restaurante Pitarra pasará a ser un pub irlandés

El local fue el taller y estudio de Frederic Soler, que con el seudónimo de Serafí Pitarra popularizó en teatro en catalán

Interior del restaurante Can Pitarra.

Interior del restaurante Can Pitarra. / JOAN CORTADELLAS

Ernest Alós

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El centenario restaurante Pitarra, de la calle Avinyó, se convertirá pronto en un pub irlandés. El local en el que Frederic Soler, 'Pitarra', trabajaba como relojero, reunía tertulias literarias y escribía obras que llevaron al público popular el teatro en catalán durante la segunda mitad del siglo XIX fue comprado hace unos meses por un inversor irlandés, propietario del bar de la plaza Universitat George Payne y socio del Kitty O'Shea's de Les Corts. 

Según fuentes de la actual propiedad, no está previsto realizar grandes obras de reforma del local sino únicamente "redecorar" su sala principal para que en las próximas semanas, tras rebautizarlo, empiece a operar como un "pub restaurante" orientado básicamente hacia la clientela turística. Según las mismas fuentes, la intención es mantener sin ninguna modificación el altillo en el que sus anteriores propietarios habían reproducido el ambiente de la trastienda de Pitarra, y conservar allí elementos relacionados con la figura del autor teatral catalán.

El Ateneu Barcelonès ha informado de que ha "salvado" la documentación relacionada con el escritor, "primeras ediciones, manuscritos, cartas y dibujos", y la reunirá en su archivo. Sin embargo, el restaurante alberga las piezas reunidas por sus anteriores propietarios, pero el verdadero fondo personal de Pitarra ya se encuentra en el centro de documentación del Institut del Teatre.

El distrito de Ciutat Vella solo ha recibido una solicitud de obras menores de los nuevos propietarios. El ayuntamiento, ha comunicado que "ha acordado con la nueva propiedad mantener una entrevista en los próximos días para conocer el proyecto exacto", su voluntad "respecto a los materiales literarios y artísticos que contiene el local" y su proyecto de actividad "que deberá estar de acuerdo con la licencia de restaurante de que dispone".

Según el portavoz del grupo del PDECat en el Ayuntamiento, Jaume Ciurana, la situación es difícil ya que el local no goza de ningún tipo de protección patrimonial al no haber "una figura que permita la protección de un ambiente". No obstante, Ciurana espera que una ciudad reconocida como capital literaria "pueda conservar la memoria de una época en el espacio físico" de locales como estos. "Pedimos una intervención decidida por parte del Ayuntamiento para salvar la atmósfera del local". 

El popularizador del teatro en catalán

Frederic Soler empezó a trabajar a los 14 años en la relojería que heredó de su tío, en la calle Avinyó de Barcelona. Paralelamente empezó a firmar a partir de 1856 obras teatrales de temática humorística y popular en catalán, con el seudónimo de Serafí Pitarra, hasta que en la década de 1870 fue aceptado en los círculos conservadores de los Jocs Florals. Pitarra fue también empresario teatral, abriendo el Teatre Romea al teatro en catalán. La trastienda de su relojería acogió una tertulia literaria y política frecuentada por personajes como Anselm Clavé, Valentí Almirall o Vïctor Balaguer. Una estatua en su honor erigida por suscripción popular preside desde principios de siglo la plaza del Teatre, en la Rambla.

Pitarra falleció en 1895 y su relojería y trastienda fueron traspasadas ya en 1890 y transformadas en restaurante, con sucesivos propietarios que apenas dejaron rastro de su pasado literario hasta que, a partir de los años 70 sus propietarios hasta hace unos meses, los hermanos Roig decidieron recuperar la relación del local con el autor teatral. Desde el ambiente de la 'rebotiga' donde Pitarra escribía y mantenía tertulias literarias en el altillo del local hasta retratos, manuscritos y ediciones originales de algunas de sus obras o el escudo original de la relojería, un gato negro (en alusión a las 'gatades', o comedias del autor) sobre el escudo de Barcelona y el lema con el que ha estado abierto el local durante las últimas décadas: 'Rebotiga d'en Pitarra. Bressol del Teatre Català'.