Fondistas y 'runners' bajo el aguacero de la cursa de El Corte Inglés

Guillem Sànchez

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Mientras los 50.000 corredores inscritos en la Cursa El Corte Inglés-Trofeo Internacional Ciutat de Barcelona se acercaban a la línea de salida, las nubes negras se apretaban sobre ellos. Faltaban pocos minutos para las 9.00 horas y han terminado coinciendo ambas cosas: el pistolezado de salida y el inicio del aguacero. La misma lluvia para empapar a dos tipos de participantes antagónicos que coinciden en la carrera popular más concurrida de Europa: los atletas que corren contra el tiempo y los amateurs que se toman su tiempo para correr. Por segundo año consecutivo, con más corredoras que corredores.

La carrera de El Jaafari

La montaña de Montjuïc, ecuador de una ruta que se despliega por el centro de Barcelona, esperaba a los participantes con cuestas de asfalto que chorreaban agua marrón. Para los más veloces, tras coronar el monte pisando la pista de atletismo del estadio olímpico Lluís Companys, lo más peligroso empezaba entonces, durante la bajada, controlando el miedo a los resbalones.

Abderrahim El Jaafari ha regresado a la plaza de Catalunya, lugar de inicio y final de la carrera, antes que nadie. Bajo una cortina de agua, ha parado el crono en 33:38, más de medio minuto antes que el segundo atleta, el joven letonio Dmitrijs Serjogins, el único al que correr sobre mojado le gusta más que hacerlo sobre seco. "Bajo la lluvia, respiro mejor", ha alcanzado a justificarse en un castellano incipiente.

El Jaafari gana esta prueba cada vez que la corre (2012, 2014 y 2018) y nadie, en los 40 años de historia que ha cumplido el certamen este 8 de abril, ha sido capaz de hacerlo en menos tiempo que él. Vecino de Lleida y de 33 años de edad, este corredor de origen marroquí es el dueño de la mejor marca, 32:38, registrada en el 2014.

Triplete para Miriam Ortiz

Miriam Ortiz ha sido la primera mujer en cruzar la meta (38:23), un tiempo que le ha permitido revalidar sin apuros el título. Como El Jaafari, ha ganado tres veces la carrera, aunque ella lo ha logrado consecutivamente. Si la lluvia no le ha sido un problema para vencer, sí para atender a la prensa y recoger el premio. La mujer estaba empapada y temblaba de frío mientras cumplía con el protocolo de pódiums que se reserva a los ganadores. "El agua me molesta solo porque dificulta la visión, pero no para correr", ha tartamudeado mientras intentaba domesticar un jersey que se le resistía más que sus competidoras.

En segundo lugar ha cruzado Janeth Becerra, con 38:48. "Lo he pasado muy mal durante los últimos meses, la peor etapa de mi vida", ha explicado. Diagnosticada en noviembre de una colitis que implica un tratamiento que ha torpedeado su preparación, Becerra hoy ha sonreído finalmente al lograr inesperadamente su mejor resultado. En los tres años anteriores obtuvo dos cuartos puestos y un tercero.

Los corredores toman la calle

Tras las victorias de El Jaafari y Ortiz, era el turno de gloria para el pelotón de 'runners'. Los corredores amateurs, esforzados y curvilíneos sin la fibra de los campeones, han conquistado poco a poco la plaza de Catalunya. Rostros de cansancio, auriculares en el oído y teléfono adosado al brazo. El móvil siempre cerca, para las canciones de motivación que animan a resistir los 10,76 kilómetros de la ruta y para el autorreconociento de un 'selfie' que conviene enviar enseguida. 

El agua ha descafeinado el folclore de una carrera acostumbrada a contar con participantes dispuestos a disfrazarse para amenizar el recorrido. Pero hoy han faltado casi todos, precisamente el día en que se recogían donativos para la organización Pallapupas, una asociación de payasos que visita a niños ingresados en los hospitales. 

La lluvia no ha alejado en cambio de su propósito a corredores como Josep Maria Farré. Entre los 50.000 participantes había muy pocos con más ediciones que él en las piernas. A sus 73 años ya corrió la primera cursa, en 1978, y desde entonces ha faltado solo cuando se lo ha impedido algún imponderable familiar. Comenzó con unas bambas Munich y ahora se ha acostumbrado a las Nike y usa un vendaje compresivo para la circulación. Pocos cambios más. 

El año pasado, la familia de Farré aportó miembros de tres generaciones distintas a la carrera: Josep Maria, su hijo y su nieto. Él llegó en primer lugar. La forma física no lo es todo en esta carrera, el secreto está en saber esquivar los embotellamientos. Él lo sabe porque la ha corrido más veces que nadie.