LA GESTIÓN MUNICIPAL

Los fiascos de Colau

La alcaldesa Ada Colau, en el pleno del pasado febrero.

La alcaldesa Ada Colau, en el pleno del pasado febrero. / periodico

Toni Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ada Colau sabía que como alcaldesa, con un grupo de 11 concejales, estaría obligada a pactar con la oposición, lo que no era fácil dado que su campaña electoral se fundamentó en abominar de la gestión que los partidos clásicos habían hecho en la ciudad. Salvó los primeros golpes con una alianza en la que participaron ERC, el PSC y la CUP. Así sacó adelante la investidura y las ordenanzas fiscales para el 2016, pero no los presupuestos: prorrogó los últimos del anterior alcalde, Xavier Trias. No pudo bajarse el sueldo oficialmente, como había anunciado.

Al convertir al PSC en su socio de gobierno, perdió a ERC como socio oficioso estable. La lista de fiascos es amplia: el gobierno no ha podido pactar unos presupuestos, ha debido aprobarlos dos veces vía una cuestión de confianza. Por primera vez, el Pla d’Acció Municipal (PAM) no salió adelante. No ha aprobado nuevas ordenanzas desde el 2016.

El CIE y la huelga de metro

No todos los sinsabores se han debido a la falta de apoyo. La huelga de metro fue una cruz para la alcaldesa. En el terreno simbólico, otra derrota es el anunciado cierre del centro de internamiento para extranjeros (CIE) de la Zona Franca, instalación que a estas alturas sigue funcionando con toda normalidad. El proyecto de una funeraria pública, retirado de votaciones para no perderlas, es otro fiasco en ciernes. En un plano global, que la vivienda sea ahora un problema mayor que cuando llegó es un revés para la alcaldesa, aunque pueda argumentar que la falta de competencias le impide combatirlo.