PLENO MUNICIPAL

Colau guillotina su tranvía para alcanzar un mínimo acuerdo político

Trambaix 8 Un convoy de la red del tranvía que cubre el Baix Llobregat circula por la Diagonal a la altura de la calle de Entença.

Trambaix 8 Un convoy de la red del tranvía que cubre el Baix Llobregat circula por la Diagonal a la altura de la calle de Entença.

Carlos Márquez Daniel

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El debate sobre el tranvía en Barcelona tiene hoy dos interpretaciones. La primera, la realista, es la que defiende la búsqueda de un frágil acuerdo político que permita cerrar el mandato con algo tangible. Ni que sea impulsar un primer tramo, el menos peliagudo, de Glòries a Verdaguer. La segunda, la ambiciosa, podría censurar al gobierno de Ada Colau por haberse apeado de la propuesta de máximos, de punta a punta, hasta Francesc Macià. Ambos caminos maridarán definitivamente el 23 de marzo cuando la alcaldesa, tras un año de run-run, pida el voto por ese pragmatismo de mínimos

La noticia la ha dado la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, que este lunes por la tarde ha confirmado que Barcelona en Comú elevará a votación ese trayecto hasta el paseo de Sant Joan. Lo harán por varias razones. Porque ERC lo lleva en su programa electoral, detalle que la propia concejala ha recordado en varias ocasiones, y porque el PSC ya avanzó el domingo en este diario que esa es su apuesta, y no otra. Así las cosas, se confirma lo que se viene olisqueando desde hace semanas: en marcha, a pleno rendimiento, el 'pressing ERC' para llegar a la cifra mágica de 21 ediles que permitan sacar adelante el proyecto. Los republicanos, por cierto, han preferido no soltar prenda por ahora. 

Protocolo

El asunto se discutirá en primera instancia el miércoles en la comisión de Ecología, Urbanismo y Movilidad. El formato de la propuesta, por la vía del protocolo de colaboración entre el ayuntamiento y la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) para ejecutar las obras y posterior explotación de "la primera fase de la red tranviaria unificada", no es gratuito. Parece, de hecho, una nueva medida de presión sobre Esquerra, ya que semejante tramitación viene a implicar a un entre supramunicipal en el que están integrados, al margen del consistorio barcelonés, los 35 municipios que rodean a la capital catalana.

Según Sanz, la propuesta define sin fisuras dos de los aspectos que más preocupan a la bancada republicana: la financiación y la gestión del servicio. A diferencia de la ejecución de las obras del Trambaix y del Trambesòs, que pagaron las empresas concesionarias, en este caso sería el ayuntamiento quien lo pagaría todo. De este modo podría asegurarse que la explotación también sea pública. Aunque ahí hay dos problemas que pueden ser el caballo de Troya de ERC en el caso de posicionarse con la bancada del 'no'. Los tramos ya en funcionamiento tienen concesión hasta el 2032 y esas mismas empresas (en este caso, la línea del Besòs, aunque es un suponer) deberían ser las que se hicieran cargo del servicio.

"Paso a paso"

El sistema no se rescata porque cuesta entre 200 y 440 millones. Como mucho, y eso es algo que ya se debe estar negociando, se modificarían las condiciones contractuales, de manera que la ciudad recibiera más y la empresa, menos. Si será suficiente para agarrar el voto republicano y el de la CUP, en liza por motivos muy similares, es una incógnita. A partir de ese lejano 2032, la idea, entonces sí, es que la ciudad se haga cargo del Tram. De todo el Tram.

¿Y qué pasa con lo que faltaría hasta llegar a Francesc Macià? "Hay que ir paso a paso, pero tenemos la voluntad de hacerlo y de completar esos 3,8 kilómetros", ha concretado la teniente de alcalde. "Pero ahora mismo -ha añadido- el acuerdo político es hasta Verdaguer y nos parece que ya es un paso adelante". Y un último y contundente mensaje de Sanz para el presidente del grupo municipal de ERC: "No me imagino a Alfred Bosch votando lo mismo que el PP de Alberto Fernández Díaz porque con él compartimos el deseo de trabajar por la gran Barcelona y por la mejora del transporte público metropolitano". 

Aritmética complicada

<strong>Ada Colau</strong> no lo tiene nada fácil para alcanzar los 21 votos que le permitirían tirar adelante este primer tramo de tranvía, entre Glòries y Verdaguer. Tiene asegurados los 11 de <strong>Barcelona en Comú</strong> y los cuatro del <strong>PSC</strong>. Le faltan seis. Los cinco de <strong>ERC</strong>, que sigue sin decidirse ante las dudas que suscita el proyecto, le dejarían a uno de la mayoría. Se dan por descontados los 10 del <strong>PDeCAT </strong>y los tres del <strong>PP</strong>. También los cinco de <strong>Ciutadans</strong>, aunque con menor grado de rechazo. Los tres de la <strong>CUP </strong>también podrían unirse al pastel del 'sí'. Por último, el concejal <strong>no adscrito Gerard Ardanuy</strong> podría terminar de decantar la balanza en función de lo que hagan el resto de indecisos.