PLAN DE BARRIOS

Un imponente edificio singular para el 'Besòs profundo'

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Helena López

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Abriendo una trampilla y trepando, literalmente, por una escalerilla, se alcanza el tejado de los viejos cines Pere IV. Desde él se ve, hoy por hoy jugándose el tipo, buena parte del distrito, uno de los que concentra mayores desigualdades en la ciudad. De la opulencia de Diagonal Mar, cuyas altas torres se perciben arrogantes desde este ahora desierto terrado, a las colmenas del Besòs, donde se levanta el edificio con los días contados, con sus característicos balcones desbordados de ropa tendida. A sus pies, una de las salidas de la estación de metro Besòs Mar, hasta hace pocas semanas, cuando se inauguró su reforma, la más deficiente de toda la red del suburbano. La parada de la que parten cargados con sus mantas al cuello muchos de los manteros de la ciudad, dirección al centro. "Cuando abrieron la estación, se llamaba La Mina, pero los vecinos del barrio cogieron por bando a Narcís Serra el día de la inauguración, en octubre de 1982, y le dijeron que cómo la podían llamar La Mina, si aquello no era La Mina, era el Besòs. Este ordenó el cambio de nombre y a pasó a ser Besòs Mar", recuerda el historiador Marc Andreu, actualmente técnico del distrito de Sant Martí.   

El error del exalcalde socialista ahora imputado por el agujero de Caixa Catalunya no fue casual. El "Besòs profundo" -como se conoce popularmente a la parte del barrio entre la Rambla de Prim y la frontera con La Mina-  ha sido históricamente un lugar ninguneado. De ahí lo casi revolucionario de la apuesta municipal de convertir los viejos cines de la calle de Alfons el Magnànim -una de las últimas salas de barrio de la ciudad, en funcionamiento hasta el 2001 y abandonados desde entonces- en la sede administrativa del distrito de Sant Martí. Con la espectacular fachada principal de cristal, proyecto del arquitecto Jorge Vidal, ganador del concurso de ideas, mirando a La Mina. Un moderno edificio que sustituirá al actual, con aluminosis, como muchos de los construidos por el Patronato en la misma época y el lugar, más propio de los actuales edificios de Diagonal Mar que de los bloques de pisos del Besòs.

Presencia vecinal en el jurado

El proyecto ganador del concurso, al que se presentaron más de 30 propuestas, se caracteriza además de por ser totalmente transparente -una de las premisas de las bases- por su majestuosidad y por los huertos en el terrado, un nuevo espacio al aire libre donde, además de sembrar lechugas, organizar "actividades cívicas, sociales y culturales". Un nuevo espacio comunitario (uno de los mantras del mandato).

Formaron parte del jurado representantes vecinales -la reconversión de este edificio uno de los proyectos motor del plan de barrios del Besòs y este edificio ahora abandonado había sido largamente reivindicado por el barrio- los que apostaron por este edificio singular, para un barrio que se caracteriza por la uniformidad en sus construcciones franquistas clónicas. ¿Por qué no podían tener un edificio así también en el Besòs?

Los 'renders' del proyecto ganador -que acompañan esta información- y los de los proyectos finalistas se exhibieron durante unas semanas en el centro cívico del Besòs.

El edificio tendrá un doble uso y horario. Sede administrativa del distrito en horario de oficina -los vecinos del Poblenou o la Vila Olímpica deberán desplazarse hasta el Besòs para pedir un permiso de obras- y espacio cultural y vecinal por las tardes-noches, con un gran auditorio en los bajos y salas polivalentes en el resto de pisos. Una de las apuestas estratégicas del mandato para el gobierno local es la lucha contra el déficit histórico que arrastra esta riba de la ciudad, y la apertura de la sede del distrito aquí -algo que prevén que pase durante el próximo mandato- comportará la llegada de 100 trabajadores, lo que puede suponer una dinamización económica del deprimido enclave. 

Una 'caller mayor' más jugable

En paralelo a la construcción de la nueva edificación, se reurbanizará la calle de Alfons el Magnànim para convertir el espacio a la entrada del edificio en una gran plazarepensando los juegos infantiles -buscando hacerlos más amables, más prácticos, más útiles, en la línea de la nueva apuesta de la ciudad por intentar ser un poco más 'jugable'- y reordenando y ampliando las por ahora pocas zonas verdes. La intención es que Alfons el Magnànim sea una "calle mayor" que una los dos Besòs, que en realidad son uno, no que divida.  

En cuanto a los plazos de ejecución del nuevo edificio, el gobierno municipal prevé que el proyecto técnico esté listo este verano, el ejecutivo, en diciembre y que las obras -previo derribo del actual edificio- puedan empezar en el 2019, con una duración estimada de 20 meses. 

Mientras el viejo edificio siga en pie, podrá verse el gran y colorido mural que lo decora, ya casi icónico, firmado por el grafietero del barrio Kamil Escruela precisamente para reivindicar que dejara de ser una construcción sin vida.   

Otros proyectos en el marco del plan

<strong>EDUCACIÓN</strong> En el marco del plan de barrios el consistorio anunció hace unos días la inversión de <strong>28,3 millones en proyectos educativos y culturales</strong>. 20,2 de ellos serán serán para adecuar <strong>10 escuelas e institutos en el Eix Besòs</strong>. Además, han explicado los responsables, por primera vez se contratará a 61 profesionales no docentes para <strong>atender mejor al alumnado de 39 escuelas.</strong> Serán psicólogos, educadores, monitores, especialistas en audición y lenguaje o <strong>expertos en transtornos de la conducta.</strong>