REINA AMÀLIA, 8 / BUILDING CENTER (CAIXABANK)

"Ni siquiera había una persona que nos escuchara"

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M. Jiménez / B. Pérez / G.Sànchez

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El fenómeno de los narcopisos no puede entenderse sin el estallido de la burbuja inmobiliaria del 2008. Muchas familias fueron desahuciadas de sus hogares ante la imposibilidad de pagar la hipoteca al banco. Los pisos quedaban vacíos y el resto de la historia ya la conocen.

Sucedió, por poner un ejemplo, en el número 8 de la calle de la Reina Amàlia. Esos pisos pertenecían (y aún lo hacen) a Building Center, inmobiliaria de CaixaBank. "El local lo recuperamos el 20 de diciembre. Estaba ocupado por drogadictos. El desalojo fue apoteósico", explican fuentes cercanas a Building Center. Ahora se han "superprotegido" con rejas antiocupas. "Los vecinos tienen el teléfono de una persona de Servihabitat [servicer' de CaixaBank], por si hay problemas para que se pongan en contacto con ellos", añaden estas fuentes. 

La versión que cuentan Mónica y Bea sobre la atención que han recibido por parte de CaixaBank es radicalmente distinta. "Ni siquiera había una persona con la que pudiera hablar, alguien que me atendiera", lamenta Mónica, que luchó prácticamente en solitario para que el banco se responsabilizase de estas propiedades. Bea, propietaria del 3º 1ª, cuenta lo mismo. El techo del piso ocupado por un traficante que vivía justo encima se desplomó, sobre el baño de su casa. "Les llamaba y no me pasaban con nadie, me presenté en su sede y no me dejaron pasar, les escribí decenas de correos y nunca me respondieron", denuncia.