plaga

El desmadre de las ocupaciones en el Raval de Barcelona golpea a Colau

Beatriz Pérez / Guillem Sànchez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Con 269 pisos vacíos identificados por el ayuntamiento, el 61% de ellos propiedad de bancos o fondos de inversión, el Raval de Barcelona sufre un auténtico desmadre de ocupaciones de diversas tipologías. Las más tóxicas son las que se hacen para montar narcopisos, que amenazan la convivencia ciudadana y echan a los vecinos del barrio. El reverso son las ocupaciones pactadas con la comunidad para impedir que los pisos de la droga sean reocupados por traficantes. Y hay también ocupaciones motivadas por la pura emergencia social, ideológicas y de verdaderos profesionales de la ocupación. 

Ahora le ha tocado al consistorio sufrir en sus propias carnes este descontrol con la ocupación de la finca de propiedad municipal de Sant Ramon, 1. La oposición ha cargado contra la alcaldesa, Ada Colau, por la gestión de las ocupaciones en general y por este episodio en particular.

La Guardia Urbana de Barcelona ha desalojado este jueves por la mañana el inmueble, uno de los grandes proyectos de vivienda social del gobierno de Colau. El absoluto caos de ocupaciones que asuela al Raval ha empujado a la alcaldesa, antaño líder de las movilizaciones antidesahucios, a verse en la paradoja de tener que desalojar ella misma. La teniente de alcalde de Derechos Sociales de Barcelona, Laia Ortiz, ha defendido la intervención: responde a la voluntad del ayuntamiento de "preservar y proteger" el parque de vivienda pública, ha dicho. En estos casos, ha añadido, "la respuesta debe ser actuar con rapidez y siguiendo criterios de transparencia".

Esta finca está compuesta de 11 viviendas de protección oficial que ya estaban adjudicadas. Las obras de rehabilitación de las mismas acabaron "hace más de nueve meses", según ha afirmado Javier Buron, gerente de Vivienda del ayuntamiento, en RAC-1, y se espera que los beneficiarios entren antes del verano, aunque todavía falta la instalación eléctrica del edificio. El ayuntamiento descubrió este miércoles que todos los pisos habían sido ocupados por 22 jóvenes. Una vez presentó denuncia y la Guardia Urbana acreditó que aún no se había constituido morada en su interior, se procedió al desalojo en poco más de 12 horas.

El edificio de Sant Ramon, 1, conocido porque en sus bajos se ubica el histórico bar Marsella, fue ocupada por personas del barrio. Entre ellas había un bebé de nueve meses. Los padres y el menor, los últimos en ser desalojados con mediación de servicios sociales, han sido trasladados temporalmente a una pensión. Aunque no ha habido violencia entre ocupas y policías, sí se vivieron momentos de tensión. "Estas casas son para lucrarse. A los que hemos vivido aquí toda la vida, nos echan", ha gritado Hatim, padre del bebé. Este joven magrebí, que vive en Barcelona desde 1988, salió en diferentes ocasiones al balcón con su hijo, al que exhibió delante de los periodistas.

El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha negado que la ocupación de la finca de Sant Ramon haya estado vinculada con el tráfico de drogas y ha afirmado que respondía a una "emergencia social", si bien ha matizado que los pisos vacíos también pueden usarse con fines delictivos. Los jóvenes (y efímeros) ocupantes de esta finca eran plenamente conscientes de que estaban llevando a cabo una ocupación ilegal, según fuentes conocedoras del caso, pese a que algunos de ellos han alegado haber sido víctimas de una estafa.

Presunta estafa

Por ejemplo, Najim, de 28 años, ha mostrado a los periodistas un contrato falso de alquiler de un piso de Sant Ramon, 1. En el contrato figuran la dirección del piso, el nombre del joven y también el de su arrendador, al igual que su NIE. Pero son datos falsos. En este contrato fraudulento, ambas partes acordaron que Najim pagaría una mensualidad de 528 euros al mes durante 18 meses. Ahora, su presunto estafador, alega, no le coge el teléfono. Las mismas fuentes aseguran que, de momento, ni Najim ni el resto de supuestas víctimas han aportado ningún tipo de información que permita la identificación de las personas que les han estafado. Y van más allá al cuestionar que hayan sido estafados.

En cuanto al tiempo que los ya exocupas han estado habitando este inmueble de propiedad municipal también hay controversia. Ninguna de las partes coincide. El ayuntamiento asegura que solo un día. Sin embargo, Najim dice que él lleva 13 días. Otros, como Hatim (el padre del bebé), dicen haber entrado hace tan solo tres días. Hatim fue el mismo que este miércoles alertó a la prensa que se encontraba realizando un narcotour en la calle de la Riereta de que la Guardia Urbana había ido a inspeccionar la finca de Sant Ramon, desalojada justo al día siguiente.

"¡Pienso ocupar otro piso! ¡Y después otro, y después otro", les ha gritado Hatim a los mossos que bloqueban la entrada a Sant Ramon a su salida de la vivienda. En esta ocasión, al ser la propiedad de titularidad municipal, la policía autonómica solo ha desarrollado labores de apoyo. Algunos vecinos salían a los balcones para ver qué está pasando en la calle. Un drama humano, una estampa diaria del Raval.

Lucha contra el narcotráfico

Con motivo del desalojo en Sant Ramon, 1, el primer teniente de alcalde de Barcelona, <strong>Gerardo Pisarello, </strong>ha pedido este jueves un Govern efectivo de la Generalitat para <strong>priorizar la acción</strong> de los Mossos d’Esquadra contra las redes de narcotráfico. <span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">Pisarello también ha alertado de que los narcopisos podrían convertirse en un problema metropolitano y por eso ha pedido la implicación de todas las administraciones. Para él, sería "deseable" tener un 'conseller' de Interior.<strong> "El problema excede al barrio",</strong> ha afirmado y, a continuación, ha recordado que también excede al ámbito competencial del consistorio.</span>