BARCELONEANDO

Historias del Kasbah

Uno de los precursores de la restauración árabe en BCN, primero o segundo en instalarse en la ciudad según se mire, celebra su 40º aniversario

zentauroepp42080900 kasbah180214172405

zentauroepp42080900 kasbah180214172405 / periodico

Mauricio Bernal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Se puede empezar diciendo que un restaurante árabe era una rareza en Barcelona, porque eran los años 70, porque en la ciudad no había árabes, o había muy pocos, y porque los barceloneses demostraban escasa curiosidad por comer cuscús u hojas de parra; o se pueden usar imágenes, las que Charo Rodríguez se saca de la memoria para recordar aquellos tiempos. “Las pastas nos llegaban en avión desde Madrid; lo demás, el cuscús, las especias, las teteras, todo eso había que ir a buscarlo a Francia, a Perpinyà, donde eran fáciles de conseguir porque en Francia había muchos argelinos y mucha cultura argelina. El problema era que en la frontera solo te dejaban pasar 90 kilos de cuscús. Si traías más, se quedaban con la carga”. El Kasbah era un restaurante árabe, luego siempre necesitaba cuscús. Sus dueños viajaban cada lunes a Francia para renovar las existencias.

A finales de los 70 el cuscús tenían que ir a buscarlo a Francia porque aquí no se conseguía

El Kasbah echó a andar en marzo de 1978, hace 40 años. Si se tiene en cuenta el tiempo en que el local respondió al nombre de Marrakech y estuvo bajo la batuta del marroquí Omar Larbi, entonces es el restaurante árabe más antiguo de la ciudad, pero si no se cuenta esa etapa el honor corresponde a La Rosa del Desierto, el restaurante de la plaza de Narcís Oller, en Gràcia. Primeros o segundos, los dueños del Kasbah fueron unos pioneros, gente que tuvo que lidiar con los inconvenientes de abrir camino donde no lo había. Aquel mes de marzo de hace cuatro décadas, el segoviano Abelardo Bermúdez le compró a Larbi el local, lo rebautizó como Kasbah y le pidió ayuda para ponerlo en marcha a su amigo marroquí Mourdy Abdulá; el cocinero Mourdy Abdulá, que pronto se marcharía y que hoy regenta un local de cocina francesa en Inglaterra. Todo lo que sabe, Abelardo lo aprendió de él.

Los Tangerinos

Sí: el hombre al mando de la cocina en el Kasbah, por historia el primer o segundo restaurante árabe de Barcelona, es un castellano nacido en Aldealengua de Santa María, un pequeño pueblo de la provincia de Segovia que en el 2017 contaba 65 habitantes. Abelardo contraería matrimonio con la bilbaína Charo Rodríguez en los años 80 y los dos se convertirían en el rostro de este restaurante que al cabo se llenó de historia y de historias, uno de esos espejos capaces de reflejar la evolución de la ciudad. Se puede decir así, o se puede decir con otra historia de Charo: “Entonces el restaurante era medio francés porque lo árabe a casi nadie le interesaba. A comer cuscús venían los españoles que habían vuelto de Marruecos tras la Marcha Verde, entre ellos un grupo de amigos que se hacían llamar los Tangerinos porque habían vivido en Tánger, y algunos árabes que venían a la clínica Barraquer a examinarse los ojos. Los demás venían a comer comida francesa”.

"El restaurante era medio francés porque lo árabe no interesaba", cuenta Charo Rodríguez

El Kasbah se encuentra en el Poble Sec, en la calle de Vila i Vilà, a pocos metros de la avenida del Paral·lel. Como era previsible, la cercanía de El Molino y de los teatros de la zona en general empezó a partir de cierto punto a dejar huella en el restaurante (“siempre ha habido gente del teatro aquí metida”, dice Charo), lo cual ha quedado concienzudamente registrado en el libro de visitas, un volumen cuidado y lleno de fotos de los ilustres que han pasado por aquí, demasiados para citarlos en este texto. Eso sí, las frases que han dejado para el recuerdo son un síntoma de la hospitalidad que depara el lugar: “Las palabras no alcanzan para describir…” “El único lugar de Barcelona donde…” “Es un honor poder firmar este libro…” Los artistas también han entrado al lugar a trabajar: no hay restaurante que se respete que no haya sido alguna vez plató, y en el Kasbah recuerdan especialmente la filmación de 'La diputada', una película de Javier Aguirre estrenada en 1988 que además fue la primera grabada en las Cortes españolas.

El Kasbah ha acogido a algunas de las mejores bailarinas de danza del vientre de Barcelona; se puede decir así o se puede explicar con una historia de Charo: “Esta es Susana, californiana de padre egipcio. Bailó aquí durante mucho tiempo. Era la mejor. Era una diosa”.