URBANISMO DE GÉNERO

Redibujar la ciudad con ojos de mujer

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Helena López

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La marcha empieza en la parada de origen y final de la V-5, frente al IES Montjuïc; una pequeña gran victoria de las vecinas de la Colònia Santiveri, humilde núcleo de viviendas vinculado a la fábrica de la famosa herboristería escondido entre talleres y naves industriales en la Marina del Prat Vermell. Ellas pedían, siguen pidiendo, de hecho, que el bus entre en la Colònia, y de momento han logrado un primer paso: la nueva línea las acerca más que nunca, aunque aún se queda a las puertas. No se rinden. Hasta que en julio abra la anunciada, peleada y esperadísima estación del metro de Foc Cisell, el bus es la única manera de llegar en transporte público a este durante décadas abandonado rincón de la ciudad, con un urbanismo marcadamente masculinizado en el que mandan el asfalto y el coche.

La de la Colònia Santiveri fue una de las primeras primeras marchas exploratorias impulsadas por el Ayuntamiento de Barcelona para estudiar la seguridad y el urbanismo de los barrios a partir de la experiencia cotidiana de sus vecinas. "Una herramienta para empezar a construir la ciudad desde otra perspectiva, superando la mirada androcéntrica con la que se ha construido históricamente", señala Estel Crusellas, coordinadora del Centre per a la Igualtat i Recursos per a les Dones (CIRD)

Se trata de comprobaciones sobre el terreno de los elementos que pueden mejorar la percepción de seguridad en los distintos espacios públicos: la iluminación, el mobiliario urbano, la accesibilidad o el tipo de vegetación. "A veces es algo tan sencillo como pintar un paso de cebra", explica Crusellas.

"Una necesidad basada en el conocimiento de que los hombres y las mujeres se mueven distinto por la ciudad. Las mujeres, por ejemplo, son más dependientes del transporte público, el gran olvidado en zonas industriales como la Colònia Santiveri o el Baró de Viver, otro de los espacios explorados", señala la concejala de Feminismos y de Sants-Montjuïc Laura Pérez. Una iniciativa que ahora se está desarrollando en los 10 barrios en los que se está desplegando el plan de barrios, en el eje Besòs y en la Zona Franca.

"A partir de las seis de la tarde las empresas cierran y esto queda vacío", explica Esther Pérez, vecina del barrio y, ahora, consejera de distrito para poner en contexto la marcha. Desde el paseo hasta la Colònia Santiveri hay que cruzar descampados y polígonos vacíos para llegar a casa. Por eso la V-5 fue una victoria. "El hecho de que aquí esté el inicio y final de parada ayuda mucho a la percepción de seguridad. Saber que si vienes a esperar el bus aquí a según qué horas habrá un autobús parado con alguien dentro", prosigue la vecina y consejera. 

Un paseo para los coches, no para las personas

El punto más negro de la marcha por la Colònia es el paseo de la Mare de Déu del Port. A un lado, el cementerio de Montjuïc, lugar muy frecuentado por camioneros que hacen rutas internacionales, donde paran para descansar, y zona de prostitución nocturna relacionada con el consumo de drogas. En la otra acera -por llamarle de alguna manera, ya que en gran parte no está urbanizada-, la pegada al muro de los terrenos de Santiveri, el paseante queda acorralado entre el muro de la fábrica y las típicas plantas que adornan los parterres de la autopista para embellecer la vista de los conductores. Unas plantas que impiden completamente la visibilidad de quien va a pie.

La hostil calle, además, tiene una iluminación pensada exclusivamente para los coches. La reforma de esta calle es una de las comprometidas tras la realización de la marcha exploratoria en la zona, en unas obras que empezarán este trimestre y que está previsto que finalicen antes de que acabe el año, con un presupuesto de un millón de euros.

Hasta una parada del Bicing

Además de la reforma de Mare de Deú del Port hay previstas otras actuaciones vinculadas a esa marcha como limpiar la entrada de un párking en la calle de l'Encuny, mejorar todas las aceras -ahora, la jungla- convirtiendo las calles interiores de la barriada en plataformas únicas o mejorar la poda. En la misma calle de l'Encuny las ramas cubren las farolas y, aunque haya iluminación, queda totalmente eclipsada.

Está prevista también la instalación de una parada del Bicing en la línea de hacer más habitable el barrio -"tenemos aquí los talleres de toda la ciudad, pero ninguna estación", concluye la consejera.