REFERENCIA EN SANT MARTÍ

El alma del Besòs, en apuros

El comedor solidario Gregal, elegido por el ayuntamiento como "proyecto motor" de su plan de barrios, debe retornar 60.000 euros al consistorio por un trámite burocático

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Helena López / Barcelona

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La lógica del anarquismo y la lógica de la administración raramente coinciden, y seguramente es necesario que así sea. Los problemas llegan -o arrecian- cuando un proyecto de raíz abiertamente anarquista como es el comedor solidario Gregal es el elegido por la administración -y vendido al mundo a bombo y platillo como tal-, como "proyecto motor" para uno de sus planes de barrio más ambiciosos, el del Besòs. Ahí están obligados a entenderse, por el bien común, lo que no está resultando sencillo.

El gran problema que arrastraron durante todo el año pasado, en vías de solución, que no solucionado, es una deuda de 60.000 euros con el ayuntamiento, que finalmente se han visto obligados a aceptar -"60.000 euros, más 3.500 de intereses", puntualiza José Gil, presidente del Ateneu Gregal, al no haber justificado correctamente -según los parámetros de la administración, claro-, la subvención del año 2016. Nadie sospecha de que esos 60.000 euros se gastaron en el reconocido comedor solidario de este deprimido barrio del distrito de Sant Martí, en el que dan de comer a medio millar de personas cada día, pero la burocracia municipal requiere de un papeleo en el que el Gregal no se siente cómodo. Finalmente han tenido que aceptar devolver -de forma fraccionada, por supuesto- ese dinero para poder desencallar el resto de proyectos pendientes. 

Con esa deuda con la administración no podían recibir la inyección económica necesaria para realizar las necesarias obras en la cocina, en la que cada día trabajan de forma desinteresada más de 20 voluntarios, entre los que están en la cocina, los que están en el comedor y los que están en el servicio de ducha, una nueva línea de trabajo que acaban de abrir "hartos de pedir a al ayuntamiento que las pusiera y no nos hicieran caso", resume Gil.  

Materia prima donada

Materia prima donada"La materia prima con la que cocinamos procede íntegramente de donaciones. De los paradistas del mercado del barrio, del Banc dels Aliments, del Club Rotary, de la Fundació Pare Manel y de distintas empresas. Además, como la subvención siempre llega tarde y teníamos que pagar las cuatro nóminas que tenemos, porque funcionar, funcionamos con voluntarios, tuvimos que pedir un crédito, y ahora un segundo para pagar la deuda, pero lo haremos porque creemos que es importante seguir con el resto de proyectos. No queremos estar toda la vida dando de comer a la gente, queremos que la gente se forma. Convertir el Gregal es una escuela de cooperativas, que la gente puedan formar sus cooperativas", relata el presidente del proyecto, cuyo comedor social nació como una forma de protesta.

"Veíamos que en el barrio cada vez había más gente que buscaba comida en los en los contenedores y que teníamos que hacer algo. El Besòs siempre ha sido pobre, pero no así", relata Mercedes, quien, junto a su hermana, Montse, y Gil, presidente del Ateneu, decidieron iniciar la aventura.

Comedor y 'take away'

Al principio hicieron un comedor para niños para poner en evidencia la falta de becas de comedor, algo que, tras esa y otras denuncias finalmente se solucionó (como mínimo en gran parte). De los 400 menús diarios que calculan que reparten, 200 se sirven en el comedor -para personas sin techo- y 200 los entregan en fiambreras, para que las familias puedan comérselos en sus casas, en un ambiente más adecuado para las criaturas que un comedor social.

Fuentes municipales insisten en su compromiso para con el Gregal. "Vamos a invertir un millón de euros en el proyecto, 750.000 para las obras de la cocina, y 250.000 para el gasto corriente. Partíamos de visiones muy antagónicas, pero todo el mundo ha puesto de su parte para entendernos", concluyen desde la coordinación de los planes de barrio.