la reforma de una vía primordial

La Meridiana perderá carriles y ganará rambla entre Glòries y Mallorca

El ayuntamiento iniciará las obras en junio y prevé acabarlas en marzo del 2019 con 11 millones de inversión

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Carles Cols

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Igual que hace 25 años, la Meridiana se pone en obras para hacerla más amable con el peatón y menos agradecida para el coche. El Ayuntamiento de Barcelona tiene previsto comenzar el próximo mes de junio los trabajos para reducir el número de carriles de aquella antigua autopista urbana, de momento entre la plaza de las Glòries y la calle de Mallorca. Salvo imprevistos, ese tramo se inaugurará en marzo del 2019, con la ciudad ya en plena ebullición preelectoral y, por lo tanto, como una suerte de anticipo de la reforma del resto de la Meridiana, hasta Fabra i Puig, que quedaría pendiente para el próximo mandato. Es esta una irrenunciable reivindicación vecinal, pues la pacificación conseguida en 1995 resultó ser agridulce por insuficiente, desde la perspectiva de quienes viven ahí.

El presupuesto es contenido pese a lo mayúsculo de la avenida. Se destinarán 11 millones de euros a reurbanizar unos 800 metros longitudinales de la Meridiana, en superficie unos 52.000 metros cuadrados. El coste, por comparar, es apenas una cuarta parte de lo previsto para urbanizar el parque de la adyacente plaza de las Glòries.

La esencia del plan es simple: menos carriles para los coches, más espacio para los peatones. La cuestión es cómo. En este sentido, el recorrido entre Glòries y Mallorca ha sido subdividido en tres secciones distintas, porque cada una de ellas tiene ya, actualmente, una función distinta desde el punto de vista de la movilidad.

Un brazo del parque de la Canòpia

Entre las Glòries y la calle de Aragó, un punto ciego dentro de la trama urbana de la zona, la transformación será radical. Actualmente hay tres carriles de salida de la ciudad (dos para vehículos privados y uno de bus) y un único carril de entrada, con dos cordones de aparcamiento en batería. La propuesta consensuada con los vecinos es que pase a haber dos carriles en cada sentido, uno para el coche privado y otro para el transporte público. La configuración de este tramo está directamente condicionada por la reforma de la plaza de las Glòries. A su manera, el parque de la Canòpia de esa plaza hasta ahora urbanísticamente maldita alargará uno de sus brazos a través de la Meridiana.

Entre las Glòries y Aragó ya hay hoy en día un paseo central, pero realmente muy desafortunado, poco apetecible. Una vez que finalicen las obras, esa rambla tendrá 16 metros de anchura, con abundancia de árboles y con carril bici en los laterarles. Eso no impedirá que las aceras sean también bien anchas. De entre 8,4 y 9,2 metros.

La siguiente sección, con un tratamiento distinto, será la comprendida entre Aragó y València. Aquí comienzan las prudencias. Forma parte de la red básica del tráfico rodado. Buena parte de los vehículos que entran en la ciudad a través de Fabra i Puig no dejan la Meridiana hasta llegar a la calle de Aragó. Es una puerta de entrada al Eixample. También lo es de salida, a través de València. A costa de eliminar un carril de entrada y otro de salida, se ganará superficie para prolongar la rambla central, aunque será de dimensiones más modestas, 9,5 metros. Las aceras laterales, en cambio, serán más anchas, de entre 11,4 y 11,8 metros.

De València a Mallorca

La tercera y última sección que se modificará antes de abril del 2019 será el tramo comprendido entre las calles de València y Mallorca. Aquí la prudencia crece. València es un desagüe del Eixample. Únicamente se eliminará uno de los cuatro carriles de entrada. De los cuatro de salida, uno se reservará para el bus. Con la modificación, se podrá prolongar la rambla central del tramo anterior, con idénticas características.

En su conjunto, este es un proyecto ejecutable dentro del calendario previsto, pues no comporta la apertura de grandes zanjas y, por lo tanto, tocar las galerías subterráneas de servicios. Se inaugurará antes de las elecciones municipales casi sin duda, porque, además, y de forma excepcional, la próxima cita con las urnas para elegir alcalde cae este 2019 en junio y no el tercer domingo de mayo, como suele ser habitual, porque el 9-J se celebrarán también elecciones europeas.

La cuestión, en consecuencia, es ¿y después, qué? Pues el ayuntamiento ha presentado a los vecinos de la Meridiana el proyecto entre Glòries y Mallorca como una primer plato de un menú completo que se servirá más allá del 2019. Sin embargo, este mismo verano pondrá en marcha algunas medidas para pacificar el tráfico entre Mallorca i Fabra i Puig.

Medidas paliativas

Una de ellas consistirá en reducir la anchura de los carriles de circulación de vehículos. La cantidad de carriles será idéntica, sí, pero forma parte del abecé de cualquier experto en tráfico que cuando son más estrechos el impacto sobre el conductor es el mismo que con el llamado efecto túnel: se reduce la velocidad. Esos centímetros que se obtengan con esta reducción se destinarán a ampliar la mediana central, la zona de seguridad en la que se refugian los peatones que no logran cruzar en una única secuencia semafórica la Meridiana.

Por último, en la confluencia de la calle de Garcilaso, a la altura pues de la Sagrera, se habilitará un nuevo intercambiador de autobuses urbanos, con un espacio exclusivo para encochado y desencochado de pasajeros.