EFECTOS DEL 1-O

Se alquila piso turístico a 30€ al día en Barcelona

Turistas con maletas en la barceloneta

Turistas con maletas en la barceloneta / periodico

Patricia Castán

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Calculadora en mano, si el descenso de viajeros se prolonga en Barcelona, no será de extrañar que muchos pisos de alquiler turístico -en especial los ilegales- se reconduzcan hacia el alquiler convencional. La bajada de la demanda a consecuencia de la inestabilidad política y la imagen internacional de la ciudad están afectando también a los particulares que hacían negocio (o llegaban a fin de mes) por esta vía. Solo que estos son más vulnerables si detrás hay una hipoteca o una inversión frágil. Los portales de reservas muestran pisos por días desde 30 euros en la capital catalana y habitaciones en domicilios de particulares por 15 euros diarios, muy por debajo de lo habitual. Y aún con todo, hay miles de camas vacías.

La patronal Apartur prepara un estudio de los efectos del 1-O, mientras que Airbnb, pese a su gran banco de datos online, dice no tener cifras al respecto. Y es difícil comparar con los precios habituales dada la disparidad de la oferta y la temporalidad. Habitualmente es común encontrar pisos desde 70 euros a más de 500 al día, según su zona, acabados y la fecha. 

Quienes sí lo tienen claro son miles de anfitriones y propietarios, afectados en mayor o menor grado. En el caso de la asociación de Veïns i Amfitrions de Barcelona, con unos 700 miembros que alquilan habitaciones en sus casas, la caída ha sido tan notoria que han reclamado a Airbnb alguna promoción o impulso a las reservas en Barcelona desde su web. Las cifras oficiales hablan de un 3,9% menos de viajeros en la ciudad en octubre (y un 7% menos de pernoctaciones hoteleras), pero muchos aluden a afectaciones más contundentes.

Veïns i Amfitrions de Barcelona pide a Airbnb que promocione la ciudad en su web para salir del bache turístico

El desplome coyuntural -ligero tras el atentado y notorio con la crisis política- puede resultar 'beneficioso' en el caso de los pisos ilegales, que aún se cuentan por miles pese a las ofensivas municipales, si el filón turístico es menos lucrativo. Cuestión de números. No solo hay viviendas turísticas a precios inusitados (alguno a 25 euros, más la tarifa de servicio de la web y, a veces, de limpieza), sino que hay mucha oferta disponible. Se cuentan por cientos las viviendas de 40 a 70 euros diarios libres, de forma que ante una ocupación baja reiterada puede resultar más rentable un alquiler mensual convencional. Sobre todo ante el riesgo de multas cuando no hay licencia. 

Cambio de usos

Luis M. explotaba hasta ahora tres pisos turísticos, pero tras la baja ocupación de los últimos dos meses y sus costes de mantenimiento, ha decidido destinar uno de ellos a una renta mensual, más segura. Aunque la rentabilidad de los pisos de uso turístico en Barcelona es altísima, estas explotaciones implican mantener los alojamientos en perfecto estado, porque de su puntuación dependen sus futuras reservas. Luis enfatiza también que la persona encargada de la limpieza por horas ha pasado de ingresar unos mil euros mensuales a solo 200 este mes, y lo mismo con otros servicios colaterales. Por el mejor piso, en Enric Granados (para seis personas) en temporada baja suele pedir 300 euros por mes (500 en verano). "Estos días a 150 lo tengo vacío, y ni siquiera hay consultas", apunta. No lo quiere rebajar más para no atraer a un turismo 'low cost' que conlleve problemas, dice.

Otros particulares (que no grandes inversores) con piso turístico han recortado las tarifas porque priman "lograr ingresos" a toda costa, dice Gerard D.. En verano alquila a 120 euros por día y en invierno baja a 80 en periodos flojos de reservas, pero este octubre ha tenido que ajustarlos más. Otros consultados aducen que si alojan a estudiantes por periodos cortos la afectación es poca, pero sufren con nuevas reservas de parejas o con viajes de negocios. Las cancelaciones hasta ahora eran pocas porque si están prepagadas el viajero se 'arriesga'.

Este subsector sufre también una nueva competencia: la de hoteles habitualmente más caros que ahora ofertan incluso cuatro estrellas a 50 euros y se convierten en asequibles para muchos viajeros. 

Sin consultas

Pero donde hay más nervios es en la llamada economía colaborativa, por la que muchos barceloneses se benefician del turismo ofreciendo camas en sus propios hogares y bajo su tutela. Veïns i Amfitrions de Barcelona ha dado ya la voz de alarma. En algunos casos se trata de familias que solo buscan ingresos extra; en otros, de gente que recurre a esta vía para poder llegar a final de mes. Damaris Rojas, presidenta de la entidad, asume que noviembre siempre es más flojo pero "nunca como este año". "Se ha notado muchísimo, no solo no entran reservas sino siquiera consultas". Hasta el punto de que Airbnb (que siempre sugiere un precio recomendado), les recomienda alquilar a 15 o 18 euros por noche.

A esos precios es posible encontrar ahora habitación doble incluso en pleno centro de Barcelona. Esta anfitriona normalmente no alquila a menos de 25 o 30. Ahora está por debajo. Por las reuniones del Consell Turismo y Ciudad saben que el primer trimestre será también complicado, por lo que han pedido a Airbnb, principal operador, que promocione la capital catalana desde su web, más allá de las acciones institucionales.

José Luis Rodríguez, secretario de la entidad y anfitrión se ve obliga a ofrecer "precios irrisorios". "No me queda otra" que cobrar 18 euros por una habitación para dos personas (en verano a 55 y en invierno a 30, por norma). Y aún con esa tarifa no le llegan consultas. Los huéspedes, además, le cosen a preguntas sobre seguridad y conveniencia de venir o no a Barcelona.