BARCELONEANDO

"¡Menuda sorpresa, cabrones!"

El FAD homenajea a Colita reproduciendo la exposición 'La gauche qui rit' de 1971 que la policía clausuró

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Natàlia Farré

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"¡Menuda sorpresa, cabrones!". Así, al más puro estilo Colita, mujer que hace lo que le da la gana y dice lo que quiere (y piensa), llegó la fotógrafa, el lunes, al homenaje que le rendía el FAD. Tranquilidad convertida en emoción. En segundos. Los que tardó en darse cuenta de lo que le esperaba. Un montón de amigos y una vieja exposición. Lo del reconocimiento lo sabía. El asombro lo puso el 'finissage'. Vocablo parecido al 'vernisage', pero con momentos opuestos. Y en este caso, además, con mucho tiempo de por medio. Cuarenta y seis años para ser exactos. Vamos, que lo del lunes fue nombrarla Maestra del FAD y clausurar, con aperitivo, de ahí lo de 'finissage', la muestra que inauguró en 1971 en la Sala Aixelà: 'La gauche qui rit'. Entonces no pudo hacerlo, se le adelantó la policía. La exposición fue prohibida a las 24 horas de su inauguración. No gustó lo de 'gauche'. 

El lunes no hubo problema. Ni rastro de los muchos policías y demás agentes de la autoridad que últimamente tienen a bien de proteger la ciudad. Ya se sabe, Barcelona, a la que uno se despista, se pone anarquista o libertaria. Aunque lo del lunes tiraba más a libertinaje. De palabra. Y de recuerdo. Poco más. Así, Maruja Torres, una de las presentes, decía querer "tocar al pianista", aunque en realidad lo que deseaba era uno de los cócteles que preparaban al lado del piano. Buenísimos, por cierto. Mientras, Serrat confesaba públicamente y sobre el escenario, de ahí la reproducción de sus palabras, que el piso de la fotógrafa le había servido de refugio para darle una alegría al cuerpo en más de una ocasión. Y es que Colita es muy Colita, que es lo mismo que decir que es muy amiga de sus amigos. Generosa fue uno de los adjetivos más repetidos. También el de feminista. A eso se ve que pocas le ganan.

Las fotografías lucían de la misma manera que lo hicieron en su día: mismo formato y mismas paredes; los que no lucían igual eran sus protagonistas. La edad no perdona. Estaban casi todos: Teresa Gimpera, Jorge Herralde, Beatriz de Moura, Rosa Regàs, Enric Majó, Oriol Bohigas, Serena Vergano... Y los que no estaban fue, como dijo Serrat en un ataque de añoranza, porque: "Han tenido el mal gusto de irnos dejando y dejándonos cada vez más solos". Pasada la nostalgia lo suyo era buscarse en la fotografía. Los más divertidos Herralde y De Moura. El primero, protagonista de una de las imágenes más icónicas de la serie, reconociendo que el mérito del éxito no es suyo sino del trasero de las dos modelos (busquen la instantánea y lo entenderán); y la segunda, explicando cómo el vestido a rayas que viste en la fotografía lo hizo arrancando una cortina a lo Scarlett O'Hara en 'Lo que el viento se llevo'.  

Tan dura como tierna

Hubo más referencias cinematográficas, todas a cargo de Maruja Torres, cinéfila de pro. La más celebrada: "En 'Gilda' Rita Hayworth decía 'Si yo fuera un rancho, me llamarían tierra de nadie', y yo digo: 'Si Colita fuera una masía, sería tierra de todo el mundo', porque en cada habitación encontraríamos a alguien. A Carmen Amaya haciendo sus cosas mientras unos gitanitos entran y salen, a los presos de la Copel con su rebelión, la manifestación de 77… y en el salón, lleno de copas y alegría, estaría la Gauche divine". Una bonita manera de recordar que Colita puso imagen a esos jóvenes que querían desesperadamente ser modernos. Sí, pero ese solo fue un capítulo más de una larga y dilatada carrera. Reconocida con muchos galardones. Entre ellos, el Premio Nacional de Fotografía que tuvo el valor de no querer. Fue su forma de protestar por la política cultural del ministro Wert. Lo dicho, una mujer que hace lo que le da la gana y dice lo que quiere (y piensa).

¿Más? Despedida de altura: "Si en algo soy Mestra es porque lo he aprendido de mis amigos. Cómo os quiero, coño". Puro estilo Colita. Tan dura como tierna.