Los vecinos siguen reivindicando la estación de Sant Andreu Comtal

Las estructuras de hierro de los dos futuros ascensores a lado y lado de la estación saben a poco a los vecinos de Sant Andreu del Palomar. Sí, tras años de lucha, finalmente Adif ha iniciado las obras de accesibilidad de la vieja estación, en la que hoy por hoy todavía es prácticamente imposible cruzar las vías con un cochecito de bebé sin ayuda, pero la instalación de los elevadores, que en principio finalizará el próximo mes de enero, y la sustitución de las vallas que protegen las interminables obras son las únicas actuaciones previstas en una estación que pide a gritos una remodelación completa.

Por tercer año consecutivo, la asociación de vecinos de Sant Andreu del Palomar ha convocado este sábado una acción simbólica frente a la estación para pedir así, a gritos, que se afronte de una vez por todas la reforma pendiente. " Queremos el proyecto entero y lo queremos ya", ha subrayado Santi Serra, presidente de la entidad. "Necesitamos la nueva estación para dejar de soportar el ruido de los trenes que pasan a cielo descubierto, para dejar de esperar el tren a la intemperie, para dejar de vivir al lado de unas obras abandonadas que provocan inseguridad, para poder quitar de una vez por todas las vallas que encarcelan al vecindario de las calles de la Andana de l'Estació y de Josep Soldevila y para poder disfrutar de una vez por todas del parque que ha de servir para unir Sant Andreu con los barrios de Bon Pastor y la Verneda", enumera el manifiesto leído por Serra frente a algunas decenas de vecinos y una furgona de los Mossos d'Esquadra.

Protesta frustrada

"Al final no nos podremos ni manifestar...", lamenta enfadada una vecina mientras abandona los andenes. Este año no han podido bajar a las vías en la ya tradicional acción. Los manifestantes -cuya media de edad supera los 50-, están custodiados por cuatro agentes de los Mossos d'Esquadra y no logran convencer a los responsables del servicio ferroviario para que detengan -de forma simbólica, ya que pretendían bajar a las vías solo unos minutos, para la foto- el servicio. La seguridad, por lo tanto, no estaba garantizada, y los convocantes son advertidos de que podrían ser sancionados. "Vámonos, en Soto del Real ya hay suficiente gente", ha indicado megáfono en mano el presidente de la entidad. Los vecinos han aceptado la retirada, pero lo han hecho al grito decidido y un punto más indignado de "Volem l'estació, ja'". 

No se han perdido la acción ni la hasta hace una semana concejala del distrito- la socialista Carmen Andrés-, ni Laia Ortiz, la actual edila, quien ya lo fue, también por poco tiempo, antes del ahora roto pacto de gobierno. "Los siete millones de euros para la reforma integral de la estación están, el problema es que están parados con el proceso de judicialización y de las auditorías de los obras de la Sagrera", ha señalado Ortiz. Andrés, por su parte, ha insistido en el paso hacia delante que supondrá la instalación de los ascensores pactada en su época, que los vecinos celebran, aunque califican como "parche". "No queremos soluciones paliativas ni caridad. ¿Cuántos años hace ya que esperamos el final de las obras? ¿Por qué no hay nadie que reconozca los errores?", concluyen. El año que viene volverán.