SINIESTRO EN EL CAMPOSANTO

"Todos los muertos reciben flores menos los nuestros"

El grupo de nichos que se derrumbaron el viernes en el cementerio de Montjuïc.

El grupo de nichos que se derrumbaron el viernes en el cementerio de Montjuïc.

Toni Sust / Barcelona

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Ha pasado un mes y medio desde que en las vías de Sant Antoni Abad y Sant Joaquim del Cementerio de Montjuïc, un derrumbe se llevó por delante 144 nichos. De ese total, según informó en su día Cementiris de Barcelona, 68 se desplomaron completamente, 28 quedaron intactos y tuvieron que ser vaciados y demolidos por seguridad y el resto sufrió afectación. Las familias no daban crédito a lo sucedido, y siguen sin dárselo. Llegan al día de Tots Sants, el día en que la gente acude en masa a visitar los camposantos para recordar a los suyos, especialmente preocupados y molestos: creen que Cementiris de Barcelona, que gestiona el camposanto, podría hacer más para acelerar la identificación y contemplan reclamar jurídicamente por lo sucedido.

El abogado José María de Palacio recibió este martes poderes de ocho de las familias para que pueda representarles. De Palacio sostiene que hay base para una reclamación judicial. “Lo primero es la identificación, después vendrá la reclamación patrimonial”, dice. Considera que la falta de mantenimiento es un motivo claro de lo sucedido. “Esto acaba de empezar. Todavía no han contactado con todos los familiares y por lo que sé algunos llamaron ellos mismos, sin que les avisaran. Quizá muchos ni se han enterado”, afirma el abogado, que subraya que la empresa responsable cuenta con presencia de la administración y ve muy escasa la cobertura económica prevista por Cementiris de Barcelona: 130.000 euros que deberían repartirse todos los familiares.

Identificación mediante el ADN

En Montjuïc, dos antropólogas siguen estudiando los restos de los nichos derrumbados para determinar, en lo posible, su identidad. Porque las profesionales ya avisaron de que en algunos casos se antoja imposible separar los restos de uno y otro difunto. También advirtieron de que en caso de que se recurra al ADN no todos los restos están en condiciones de servir para la prueba, que además requeriría la participación de padres, hermanos o hijos del finado para comparar. Trabajan en un laboratorio establecido en el mismo cementerio, porque se descartó la posibilidad de llevar los restos a otra parte, en gran parte por la inquietud de los familiares.

Dice De Palacio que aunque Cementiris de Barcelona no lo ha concretado, la sensación de los afectados es que la empresa no tiene intención de hacer pruebas de ADN. El consistorio sostiene que sí, y que Cementiris está dispuesto a asumir el coste. Al abogado, en cambio, le han llegado voces de que a algún familiar se le ha dicho lo contrario: que si quiere esas pruebas, que se las pague.

Una pulsera hospitalaria

El ayuntamiento da por identificados los restos de un centenar de las 144 tumbas caídas. No es una sensación que compartan los familiares. Aurora Nicolás, que tenía a cuatro familiares -sus abuelos y sus padres- en uno de los nichos derrumbados, no está nada satisfecha con la actuación de la Administración municipal: “Continúa la desinformación, se siguen haciendo las cosas mal. No sentimos que nos tengan en cuenta. Las antropólogas trabajan, pero no nos llega la información o no es información veraz. El otro día me dieron un informe antropológico y no la identificación. No tenía ni fecha”.

A Nicolás la llamaron esta semana para comunicarle que uno de sus cuatro difuntos había sido identificado: su padre. Según precisa De Palacio, lo identificaron al encontrar entre los restos una pulsera hospitalaria. No le parece concluyente. Nicolás está especialmente desolada ante la jornada de este miércoles en los cementerios. Incluso ha escrito algunos versos al respecto. Como los que siguen: “Hoy todos los muertos reciben flores, menos los nuestros, que no sabemos donde los esconden”.

El abogado insiste en que los afectados pedirán que se practiquen pruebas de ADN en todos los casos, y establece un paralelismo entre el caso de Montjuïc con el del Yak-42 que se estrelló en Turquía cuando trasladaba a 62 soldados españoles, 12 tripulantes ucranianos y uno bielorruso. La gestión para repatriar los cadáveres, con el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, como máximo responsable, se saldó con identificaciones incorrectas que llevaron a la entrega de cuerpos a familias que no eran las suyas. La causa principal: las prisas por completar el proceso.

Informes

El consistorio, que hace unos días se reunión con las familias, presentó pocos días después del derrumbe dos informes que sostenían que era inviable prever lo que iba a suceder. Según estos estudios, la lluvia sumada a la inestabilidad del terreno tienen la responsabilidad de lo que sucedió. El tiempo dirá si el asunto acaba en los tribunales y quién acaba pagando por una situación que hará que muchas familias enfoquen con especial inquietud el día de Tots Sants de este año.