Afectación viaria

La avenida de la cera

Toni Sust

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El apocalipsis del resbalón se ha cernido sobre la Diagonal. La manifestación convocada por Òmnium Cultural y la ANC en protesta por el encarcelamiento de sus máximos responsables, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, cuyos participantes desfilaron la noche del martes portando velas,  dejó un reguero de cera de consecuencias imprevisibles: la Diagonal ha amanecido cortada para evitar malos mayores, entre denuncias airadas en las redes sociales de que varios motoristas se habían ido al suelo al no contar con aviso alguno de lo que les esperaba. Hasta las 19.30, 24 horas después de la manifestación, no se ha vuelto a la normalidad.

En parte, lo sucedido se debe a la pérdida de hábitos religioso-festivos: en Sevilla es un problema habitual después de Semana Santa, con sus trifulcas políticas correspondientes y alguna indemnización a accidentados.

Espátula y agua fría

Pero en la capital catalana nadie previó que esto podía pasar. El ayuntamiento explica que las labores de limpieza empezaron a las 11 de la noche, pero eso cuénteselo al operario que antes de las 12 del mediodía caminaba por paseo de Gràcia, por debajo de la Diagonal, con una espátula rascando el suelo: “Con la espátula sacamos los trozos grandes y después viene el agua a presión. Si fuera caliente, sería más fácil. Pero la tenemos fría”.

Por la mañana, la afectación de tránsito ha sido muy considerable, con el primer y habitual efecto, de que muchos alumnos han llegado tarde al cole y no menos adultos, al trabajo. Durante todo el día, ciudadanos deambulaban buscando la ruta alternativa que había tomado el autobús que suelen coger.

Ana, una de esas madres que coloca a los niños en el autobús escolar (en su caso, en los Jardinets de Gràcia) a las ocho de la mañana para salir corriendo hacia la oficina, los ha tenido que dejar en manos de otros progenitores: el bus no llegaba. Roberto, que salía de Sarrià hacia el centro pasadas las 9 de la mañana, se ha encontrado con un colapso de aúpa que empezaba a la salida del túnel de Vallvidrera. Ha invertido una hora en llegar desde allí hasta la Ciutadella, algo insólito yendo en moto: “Ni en la nevada del 2010”, se lamenta. Las calles adyacentes a la Diagonal han sufrido cortes y aglomeraciones.

‘Abre los ojos’

A las 11.30, en el cruce de la Diagonal con Pau Claris, se podía haber rodado la escena de ‘Abre los ojos’ en la que Eduardo Noriega se encuentra en una Gran Vía madrileña vacía. Si no fuera porque en la parada de Diagonal, carril montaña, antes de llegar al paseo de Gràcia, un hombre esperaba, sentado, mirando tranquilamente el móvil, al autobús que no iba a llegar.

A lo lejos, en otra imagen inusual y cinematográfica, decenas de cochecitos de la limpieza se acercaban desde Francesc Macià en sentido Besós como los helicópteros de ‘Apocalypse Now’ pero echando agua.

El ayuntamiento ha argumentado que no ha habido un margen suficiente de tiempo para actuar. Por la noche empezaron a trabajar 20 equipos de limpieza, con 53 personas en total. A las 7 de la mañana ya eran 43 equipos y 92 operarios. A las 19.30, la circulación se había normalizado totalmente en la avenida en sentido Llobregat y Besós y se ha reabierto al tráfico el cruce entre paseo de Gràcia y Diagonal. No sin colocar antes carteles que avisan de que el riesgo de deslizamiento. Solo quedaban algunos cortes parciales en el lateral. 

Aunque, inmediantamente después, la Guardia Urbana, ha avisado de un corte de circulación en Francesc Macià por una concentración unionista. El bucle de las protestas.

Los grupos de la oposición han acusado a la alcaldesa, Ada Colau, de falta de previsión. Por el grupo Demòcrata, Jaume Ciurana ha acusado a Colau de “fracasar” al diseñar un operativo insuficiente. La presidenta de Ciutadans en el consistorio, Carina Mejías, ha ido más allá: “Colau está tan preocupada por dar apoyo a la independencia que se ha olvidado de gestionar la ciudad”. Quién pagará el gasto suplementario en limpieza, se ha preguntado Mejías, como el jefe de filas del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz, que ha pedido “dimisiones”.

Los aludidos

Los aludidos, obviamente, eran los convocantes. Òmnium Cultural ha lamentado las molestias causadas y se ha puesto “a disposición del ayuntamiento para lo que sea necesario”. Todo podría ser una conspiración del colauismo: la Diagonal vacía parecía una megasuperilla tomada por unas pocas bicis. O un ensayo de las obras para colocar el tranvía en el centro de la avenida, como postula el gobierno de Colau.