IMPULSO A UN PROYECTO GAFADO

El ayuntamiento cederá la obra de Glòries a una veintena de empresas

Estado de la excavación, ahora parada, del primer túnel de la Gran Via en el centro de la plaza de las Glòries, entre las calles de Castillejos (en primer término) y Badajoz (al fondo), ayer.

Estado de la excavación, ahora parada, del primer túnel de la Gran Via en el centro de la plaza de las Glòries, entre las calles de Castillejos (en primer término) y Badajoz (al fondo), ayer.

Carlos Márquez Daniel / Barcelona

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Todavía es pronto para ponerle fecha al corte de cinta de la nueva plaza de las Glòries. Lo que sí se sabe es que los túneles viarios que permitirán convertir la superficie en una de las mayores zonas verdes de Barcelona deberían estar listos en el 2021. Para que eso sea posible, para que llegue el momento en el que el alcalde o alcaldesa de turno inaugure la mayor obra de la década (con permiso de la Sagrera), habrá sido necesaria la participación de una veintena de empresas distintas. Tras romper, en abril, el contrato con las compañías que perforaban las entrañas de la plaza, el ayuntamiento le ha dado un volantazo a la estrategia constructiva: despedazar el proyecto en lotes para no volver a pillarse los dedos.

El consistorio, a través de la empresa pública BIMSA, sacará la semana que viene a concurso público la obra civil del túnel de Glòries, tanto lo que queda por hacer de la fase 1 del túnel entre Castillejos y Badajoz, como la fase 2 hasta la Rambla del Poblenou. También ha licitado una primera parte del parque de la Canòpia (46.000 metros cuadrados). En total: 10 lotes, tres para la fase 1, dos para la fase 2 y cinco para la zona verde. En precios sin IVA, el montante asciende a 80 millones para las galerías viarias y 15 para el jardín. Está previsto que los trabajos empiecen en algún momento del primer trimestre del 2018. La actuación de los túneles consiste en la construcción y puesta en funcionamiento de unos túneles urbanos -dos tubos independientes con circulación unidireccional- con una longitud de 957 metros.

El escollo ferroviario

Con este método de contratación, el gobierno de Ada Colau intenta evitar las bajas temerarias en las ofertas de las empresas. Eso es lo que sucedió con el anterior negociado, en el que una unión temporal de empresas (UTE) se hizo con la fase 1 ofreciendo un 24,5% menos del valor de licitación. Fueron tirando, hasta que se pillaron los dedos con el paso por debajo de los túneles de Adif, Rodalies y metro. Esos tres escollos se dividen ahora en tres lotes. El cuarto y el quinto se dedicarán a la fase 2 del túnel que está por comenzar.

Como condición, el consistorio ha prohibido que una misma empresa se presente a dos lotes distintos. De ahí que, teniendo en cuenta las previsibles uniones de distintas compañías, se espere que una veintena de firmas distintas terminen el trabajo, lo que generará, según ha afirmado este lunes el director general de BIMSA, Ángel Sánchez, "una sana competencia". ¿Que cómo se controlará a tantos adjudicatarios distintos trabajando a la vez en un mismo espacio? Sánchez admite que es un reto, pero que está prevista una dirección de obra por encima de todos que coordine el avance del trabajo. El hecho de trabajar de manera simultánea, ha asegurado, ayudará a recuperar el tiempo perdido (los trabajos se pararon en mayo y no se retomarán hasta febrero o marzo).

Sobre la posibilidad de vetar a las empresas que participaron en la anterior UTE, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, ha explicado que los servicios jurídicos municipales "lo están estudiando". La extinción de ese contrato se está cerrando, y no se descarta que la cosa termine en los tribunales