RITMOS URBANOS

El 'La La Land' de la Mercè

La danza moderna y los bailes urbanos truinfan como apuesta de la Ciutadella y del parque de la Trinitat

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Cristina Savall / Barcelona

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La Ciutadella y el parque de la Trinitat son estos días un largo plano secuencia de la segunda parte del musical ‘La La Land'. En estos escenarios de la Mercè, todo el mundo baila y baila, o contempla coreografías o aprende trucos y pasos para acompasar el movimiento del cuerpo con la música.

Hay talleres para bailar con bebésclases de popping para contraer y relajar los músculos y lograr un 'freeze', que consiste en congelar la figura; duelos de bailes urbanosdanzas modernasy también tradicionales coreanashousedance, krump, claqué, flamenco, swing, salsa, breakdance, hip-hop, e, incluso, tape dance con 'Las cuatro estaciones' de Vivaldi, y un espectáculo itinerante con bailarines de papel.

En la Mercè, el baile pocas veces es cosa de dos, como ocurre delante de Macba o frente a las cristaleras de CaixaFòrum donde se reúnen los bailarines urbanos para ensayar. La fusión de estilos y el mestizaje marca la identidad de esta propuesta en una ciudad en la que en estos últimos años ha abiero un gran número de espacios para albergar tanto compañías pequeñas como de proyección internacional.

Solo en la Ciutadella se programan 28 espectáculos de baile. Thomas Noone, coreógrafo y bailarín, lidera 'Dancing partners', un proyecto de intercambio artístico que ha traído a las fiestas a la compañía britànica James Wilton Dance, la sueca Norrdans y la italiana Spellbound Contemporary Ballet. "La Mercè es una gran oportunidad para acercar la danza a personas que no suelen ir a las salas", considera Noone, que valora especialmente el éxito de los talleres que han organizado. "Han sido muy participativos", asegura. Para él, Barcelona es una capital de la danza. 

El sol de este domingo no se lo ha puesto fácil a los bailarines que actúan en la franja del mediodía y a primera hora de la tarde. Sobre todo, a los que asisten al taller de baile con bebés que imparte Mònica Monge al lado del Castell dels Tres Dragons. Los padres acaban rojos como un tomate y los bebés, la mayoría con la cabeza descubierta, también.

Futuros acróbatas

Desde el escenario, Monge muestra con un muñeco cómo el padre o la madre deben de colocar el bebé boca abajo arropado por sus brazos, cerca de sus barrigas (para que se sienta seguro) e iniciar el balanceo. Sus cuerpos se transforman en un columpio. "Fijaros si el bebé se siente bién, si es así empezar a dar vueltas", indica la profesora. Al final, giros y más giros, pasos adelante y atrás y brazos arriba y abajo. Todo al ritmo de 'Lilly', de Pink Martini, para entrenar a futuros acróbatas.

Al lado de la cascada, reina el claqué con Chicago Tap Theatre y Tap Olé bajo un sol de justicia. En las sillas, las academias de baile de Barcelona aprovechan la ocasión para dejar 'flyers' anunciando sus cursos. Si cerca hubiera una mesita con ofertas para matricularse, habría cola. Todo el público sale con ganas de beber agua y de aprender la técnica de Fred Astaire. En la Ciutadella también destacan las coreografías modernas de Alba Zamora y de Lali Ayguadé.

Rudi Albarado es quién lleva la batura de los ritmos urbanos en el parque de la Trinitat. En la zona de pistas, familias enteras se apuntan a las clases de 'Funky al carrer'. "Los niños de 9 a 12 años arrastran a los padres, y también vienen muchos adolescentes. Me ha sorprendido porque muchos han aprendido los pasos más complicados", comenta. Más bailarines para la próxima Mercè.